Getafe 2-0 Alavés
El Alavés perpetra una tarde para el desasosiegoUn soberbio Sivera evita una goleada escandalosa a un Alavés titubeante y blando que resultó arrollado por la intensidad del Getafe
Hay partidos que se disputan, otros que se juegan y algunos que simplemente se perpetran. Al nivel casi de acto delictivo descendió un Alavés desconocido ... al que el viento de la intensidad local se llevó por delante. Con los colores de la vergüenza ajena subiendo por los mofletes del aficionado en una segunda parte irrisoria que sólo salvó la excepcional actuación de Sivera. Una tarde para el desasosiego y la intranquilidad. Cuando el equipo albiazul buscaba el equilibrio y mirar hacia arriba en la tabla encadenó tropiezos y titubeos. Hasta estampar su cara en el cemento de una derrota justa y dura. Las magulladuras fueron múltiples.
Todavía se puede cerrar los ojos y ver a Uche convertir en casi nada a la defensa albiazul. También constatar que el VAR no ha venido precisamente a ayudar. Posiblemente con razón, anuló el penalti a favor que podía haber supuesto el empate y concedió a los locales uno que no había señalado Díaz de Mera. Esa ensalada de manos en posiciones naturales o antinaturales que se aliña en función del colegiado de turno y puede resultar sabrosa o avinagrada. Si se tiene en cuenta que tras la pantalla se encontraba Trujillo Suárez -aquel que no quiso expulsar a Aspas en Vigo- vaya usted a saber. Hace cuatro días tampoco hubo roja a Endrick… Qué mala suerte.
Getafe
Soria; Djené, Berrocal, Alderete, Diego Rico; Carles Pérez, Milla, Arambarri (Nabil, min. 89), Sola (Juan Iglesias, min. 69); Uche (Álvaro Rodríguez, min. 89) y Bertug (Mayoral, min. 74).
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Deportivo Alavés
Sivera; Tenaglia, Abqar (Manu Sánchez, min. 55), Sedlar (Mouriño, min. 55), Diarra; Jordán, Protesoni (Antonio Blanco, min. 55); Carlos Vicente, Stoichkov, Carlos Martín (Kike García, min. 46); y Toni Martínez (Villalibre, min. 69).
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Goles. 1-0, minuto 42: Arambarri; 2-0, minuto 58: Milla, de penalti.
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Árbitro. Isidro Díaz de Mera, del comité de Castilla-La Mancha). Por parte del Alavés mostró cartulina amarilla a Abqar (min. 31), Protesoni (min. 45), al técnico Luis García Plaza (min. 45+1), Sivera (min. 62), Kike García (min. 81) y Carlos Vicente (min. 94). Por parte del Getafe, sancionó a Sola (min. 67) y Arambarri (min. 78).
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Incidencias. Octava jornada de LaLiga EA Sports El choque se disputó en el Coliseum ante 10.006 espectadores.
Nada que ocultara, es cierto, ese partido desastroso que de vez en cuando se produce sin demasiada explicación. Luis García Plaza había introducido siete cambios respecto al choque en el Bernabéu. Para definir un Alavés teóricamente más físico con Diarra en el lateral zurdo y Protesoni de nuevo en el once, esta vez junto a Jordán en el doble pivote. También noticiosa era la continuidad de Carlos Martín como extremo zurdo para acompañar a los ya habituales Carlos Vicente, Stoichkov y Toni Martínez. Frente a un Getafe donde Bordalás solo recurrió a tres modificaciones y dejó de entrada en el banquillo a Mayoral. Arriba, el turco Bertug y el devastador Uche. No había ganado el rival y lo hizo. No se había puesto por delante en el marcador en esta Liga y casi acaba goleando. En fin.
Mala fortuna y VAR
Ya se sabe que acudir al Coliseum para medirse al Getafe es algo así como comer pan de ayer. Aunque la miga futbolística se haga bola, se puede digerir, pero cuesta una barbaridad. Y si no bebes rápido de la fuente de la contundencia y la máxima concentración te atragantas. Así le sucedió a los albiazules en una primera mitad cuya fotografía parecía hecha antes de iniciar el juego. Ausencia de elaboración, balones largos, disputas constantes y segundas jugadas. Ahí, poco a poco se impuso la escuadra local. Con el omnipresente Uche complicado la vida a los centrales y escasa capacidad albiazul para salir de la jaula madrileña. Allí donde las líneas se comprimen y no queda espacio para casi nada. Donde aparece la fiera local.
Metro a metro el Alavés retrocedió hasta el área de Sivera, que salvó con el pie un mano a mano de Uche que marcó el inicio de las hostilidades de un Getafe crecido. Ni solvencia defensiva ni capacidad alavesista para mantener el balón y crear ocasiones. Demasiadas pérdidas y faltas innecesarias, como la que generó el 1-0. Mala fortuna de Protesoni, que desvió el balón en el lanzamiento de Arambarri. Pésima suerte también cuando el VAR anuló el penalti que había señalado el árbitro. Y cuando la mano de Toni Martínez sí fue rearbitrada para la pena máxima del 2-0. Ahí acabó el duelo y empezó otra cosa.
Costurones defensivos
Ni la entrada de Kike García ni mucho menos las de Manu Sánchez, Blanco y Mouriño arreglaron los problemas. El Alavés se desprotegió para atacar, sin equilibrio alguno, y aparecieron las costuras. Costurones más bien. Bajo sospecha se encuentran ya Manu Sánchez y Diarra, arrollados y desbordados con demasiada frecuencia. En otro tono parece Mouriño, al menos físico y sin dejarse intimidar. Ser blando en un choque como el del Coliseum resulta una condena segura. El partido acabó como el que ha acumulado el mayor número de faltas de la Liga. Nada extraño cuando se lleva cada pugna al límite y se eleva cada segunda jugada a la categoría de determinante. Nada extraño tampoco que Alavés, desquiciado ya tras el 2-0, acumulara tarjetas. Ni que Milla buscase la segunda de Abqar con un 'piscinazo'. Todo lo habitual. Salvo que cuando era necesario poner la cara el cuadro vitoriano se puso de espaldas.
Sin noticias de casi nadie. Quizás algo por parte de un al menos incisivo Carlos Vicente y la clase magistral de Sivera. Entre un repertorio de intervenciones que salvaron al menos tres goles destaca sobremanera la parada realizada ante el violento disparo cruzado de Rico junto al palo. Simplemente sobrenatural. De obligado visionado si se la ha perdido. Si Gordon Banks protagonizó la 'parada del siglo' ante Brasil en el mundial del 70, Sivera se incorpora por derecho propio al podio de la historia albiazul. Difícil será ver algo parecido. Era gol o gol y la cara de un Rico estupefacto lo decía todo. Poco consuelo, es verdad, para tanto despropósito del equipo. Pero quedará para el recuerdo.
Pudieron marcar Carles Pérez más tarde, Berrocal en un córner, Álvaro ya en el descuento… En realidad el área albiazul se había convertido en una autopista de múltiples carriles para cualquiera que acelerara por ella. Puro descontrol y resignación. Señales de intranquilidad para un Alavés que creo poco esta vez, tras cinco duelos donde había convertido dos goles, y concedió mucho en un hábito malsano. Hora de reflexionar y tomar medidas.
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