La FIFA sanciona a Facundo Garcés con un año sin jugar por usar «documentación manipulada» de Malasia

El castigo se circunscribe a «todo tipo de actividades relacionadas con el fútbol» y, según detalla el organismo, «se hará efectiva a partir de la fecha de la notificación de la decisión». La FIFA comunicó en el mismo texto que fue ayer mismo cuando trasladó el veredicto tanto a la Federación malaya como al jugador, así como a los otros seis futbolistas castigados por el mismo motivo. La noticia se hizo pública mientras Garcés se encontraba en el avión que desplazaba a la expedición del Alavés a Palma, aunque todo apunta a que no podrá jugar.

Según detalla en su comunicado la Federación internacional, tanto los jugadores como la propia Malasia (FAM) «disponen de diez días para solicitar la decisión fundamentada». Además, explica, esta resolución «se puede recurrir ante la Comisión de Apelación de la FIFA». También es posible acudir a la justicia ordinaria. De la misma forma, «la Comisión Disciplinaria de la FIFA ha derivado al Tribunal del Fútbol de la FIFA la cuestión de los criterios de convocatoria para representar a la selección nacional de Malasia para su consideración». La sanción, siempre en el caso de que no prospere un potencial recurso, dejaría a Garcés sin posibilidades de jugar un partido hasta el próximo 26 de septiembre de 2026.

La FAM ya ha anunciado que va a presentar alegaciones porque «los jugadores involucrados y la propia FAM han actuado con buena fe y total transparencia durante todo este proceso», asegura. Según su versión toda la documentación ha sido tramitada «de manera transparente, conforme a las directrices establecidas» y asegura que «la FIFA previamente examinó la elegibilidad de dichos jugadores y emitió una confirmación oficial de que estaban autorizados para representar a Malasia». La FIFA alega que es esa documentación la que estaba «manipulada».

Además, el organismo regido por el suizo Gianni Infantino impone sanciones económicas tanto a la Federación como a los jugadores (además de Garcés, Gabriel Palmero, Rodrigo Holgado, Imanol Machuca, João Figueiredo, Jon Irazábal y Hector Hevel). Son 350.000 francos suizos (375.000 euros) al país y 2.000 (2.143 euros) a cada futbolista.

Todo arrancó el pasado 10 de junio. Entonces Malasia convocó a los siete jugadores, nacionalizados en las semanas previas, para el partido que le enfrentó a Vietnam en el marco de la fase de clasificación para la Copa Asia. Tiempo después la FIFA «recibió una queja relacionada con los criterios de convocatoria».

Entonces Malasia se impuso por 4-0 a su rival y Garcés disputó el encuentro al completo. La temporada a nivel de clubes ya había finalizado, por lo que el central del Alavés arrancó entonces sus vacaciones hasta que se incorporó a la pretemporada unas semanas después. Desde entonces, ha sido una pieza clave para el equipo hasta el punto de que ha disputado todos los minutos de Liga. También ha jugado otro partido con su selección, ante Singapur el pasado septiembre. Causó baja en el choque ante Palestina disputado días después con el objetivo de regresar antes la dinámica del equipo vitoriano.

«Tras incoar los procedimientos habituales, la Comisión Disciplinaria de la FIFA evaluó toda la documentación pertinente» y ha determinado castigar tanto al órgano federativo como a los siete futbolistas. La suspensión se fundamenta en un infringimiento del artículo 22 del Codigo Disciplinario de la FIFA relativo a la falsificación de documentos.

La comunicación de la Federación de Malasia el pasado mes de junio de que Garcés había recibido el pasaporte del país fruto de un antepasado oriundo del país asiático fue recibida por sorpresa. Según explicó el jugador tiempo después en una entrevista con EL CORREO, todo se debe a los vínculos de su abuelo, aseguró. «Por mi abuelo. Yo ya sabía cuál era su origen, pero nunca me llegué a imaginar que podría surgir esta posibilidad. Me comentaron que estaban armando un proyecto interesante, algo que me entusiasmó», aseguró. El primer contacto entre ambas partes fue en abril, pero no decidió vestir la camiseta malaya hasta junio.

La sanción, siempre en el caso de que no prospere un potencial recurso, dejaría al jugador sin posibilidades de jugar un partido hasta el próximo 26 de septiembre de 2027 y ni siquiera poder entrenar con el equipo. Un escenario similar al que atraviesa el también central Yeray Álvarez, del Athletic, castigado con diez meses tras haber dado positivo en un control antidopaje. En su caso se ejercita con el Derio, de Tercera RFEF, club sin estatus profesional.

El impacto deportivo en la planificación del Deportivo Alavés sería notable. Garcés estaba siendo una pieza clave en el centro de la defensa, primero acompañado por Nahuel Tenaglia y en la última jornada por Jon Pacheco. Un jugador asentado en la titularidad desde el tramo final del curso pasado y también uno de los líderes anímicos del vestuario. De seguir adelante con la resolución, Coudet solo se quedará al menos hasta el próximo mercado de invierno con las únicas opciones de Tenaglia, Pacheco, Diarra y un Maras con el que no cuenta y sobre el que ha explicado que «no va a tener posibilidades de jugar». Es decir, solo un central puro para los próximos once partidos de Liga.