Duarte, el adiós de un capitán de Primera para el Alavés

Siete años después, aquel futbolista que llegó a Mendizorroza con 21 primaveras tras haber caminado pocos pasos en la élite con el Espanyol se marcha al Pumas mexicano con 28, convertido en uno de los iconos recientes del club. Ya es oficial. Se va por alrededor de unos 4 millones de euros, aunque un porcentaje de ese traspaso corresponde al Espanyol, su club de formación.

Son el último regalo al Glorioso de un futbolista que nunca negoció el esfuerzo. Pura competitividad. Contundente y sólido en defensa y con buen pie en sus envíos y a balón parado, el lateral izquierdo almeriense acumuló cuatro goles y 17 asistencias en sus 231 partidos con la camiseta alavesista. No se dedicó únicamente a defender.

Una regularidad que le permitió convertirse en el decimosexto jugador con más encuentros en la historia del Alavés y el segundo con más duelos de albiazul en Primera (181), sólo superado por Fernando Pacheco (208). Salvo en la efímera etapa de Zubeldía, nada más aterrizar en Mendizorroza, Duarte fue clave para el resto de sus entrenadores en Vitoria. De Biasi, Abelardo, Garitano, Muñiz, Machín, Calleja, Mendilibar, Velázquez y Luis García le tuvieron entre sus pretorianos. Y de ahí sus números.

«Quién me iba a decir cuando llegué siendo un niño que ahora voy a formar mi familia aquí. Es mi segunda casa», señaló un Duarte que en 2022, tras el adiós 'momentáneo' de Laguardia, se convirtió en el capitán del Alavés después del descenso a Segunda. En la división de plata, el lateral dejó su suello en defensa y en ataque (cinco asistencias, las mismas que Rioja) liderando al equipo hasta el ascenso con el suspense del gol de penalti de Villalibre en el 129' frente al Levante. Y como colofón, renovó hasta 2026.

«Soy el primer capitán del equipo, el jugador con más partidos en activo de la plantilla y estoy muy feliz, aunque ello conlleve muchas cosas», reflexionó Duarte. El almeriense ejerció, de nuevo, su rol de líder en el vestuario en el regreso a Primera siendo un jugador de equipo. Sin alzar la voz.

Ni la irrupción de Javi López, que le desplazó del lateral izquierdo a la posición de central e incluso al banquillo en muchos partidos, menguó su rendimiento. Al contrario. Tres de sus cuatro goles con la camiseta vitoriana llegaron la pasada temporada.

«Tenemos una competencia muy sana. Javi aprende de mí y yo de él. Los once que juegan son los que se lo han ganado durante la semana. Es un aprendizaje y el que sale del banquillo debe hacerlo igual o mejor», explicó un defensa que ha 'tutelado' la explosión del canterano, primera opción el curso pasado para un Luis García que no reparó en elogios a Duarte.

«Quiero agradecerle públicamente, además de verdad, el esfuerzo que hizo. Jugó muy limitado. Es un capitán excepcional y ha tenido un comportamiento este año increíble», afirmó el entrenador después de que el '3' compitiera tocado en Granada. Un ejemplo más del compromiso de un futbolista que cuelga el brazalete albiazul y se marcha a México con las maletas cargadas de alavesismo. Su hueco en la caseta será difícil de llenar.