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El Chacho Coudet ha tirado de calma tras la victoria contra el Valencia, pero no podía esconder su gesto de satisfacción por un triunfo clave. Sobre todo, se ha confesado «muy contento» por el carácter mostrado por sus jugadores, capaces de sobreponerse a situaciones complicadas. «Es un grupo que en las más difíciles es donde muestra su mejor cara. Hemos hecho un gran juego ante un rival muy difícil. Hemos generado mucho. Cuando los porteros tienen esa tarde a veces piensas que son casi imbatibles. Pero me parece que hemos sido merecedores de los tres puntos», ha resumido tras el encuentro.
Solo queda sellar la salvación de forma matemática. «Esto no ha terminado aquí. Eran tres puntos fundamentales. Ahora recuperarnos y pensar en el partido que viene. Hasta el último minuto del último partido tenemos que seguir haciendo las cosas de la misma manera. Tenemos la cabeza en Valladolid, nada más», ha recalcado.
También ha explicado su visión del penalti transformado por Joan Jordán. «No lo he visto», ha asegurado, aunque ha celebrado que esta vez el videoarbitraje le hiciera un guiño. «Creo que es la primera que se nos ha dado de esta manera», ha destacado. De la misma forma, ha felicitado al goleador por su arrojo. «Tuvo muchos huevos para ir a patearlo, no sé si hubiese ido en su situación. Tenía confianza, los compañeros le han dado la pelota y él nos ha dado tres puntos. Mirar para atrás los errores sería injusto. Destaco su personalidad y que ha sido un gol importante», ha celebrado.
Cree que el triunfo «da premio» a la insistencia de su equipo. «Hemos hablado que hay que ser valientes, continuar con la idea y la forma. Si estás convencido de eso va a dar rédito. Estoy convencido de que podemos jugar de esta forma y generar muchas situaciones. Podríamos jugar más bonito, pero en esta tensión a veces se ven fallos en pases y decisiones que son normales. Es seguir trabajando y repitiendo», ha recalcado.
Por eso era clave mantener la calma, aunque al arranque haya costado. «En esos quince primeros minutos quería tranquilizarnos. No nos generaban tanto. Había que estar tranquilos, se vio esa tensión de inicio. Intentas transmitir mayor tranquilidad, pero entiendo el tema de la tensión. Los veía que a veces se desesperaban. Es un deporte de contagio, había que empezar a contagiar desde la tranquilidad», ha ilustrado.
Es también un premio para Mendizorroza, que esta temporada ha sufrido demasiado con un equipo que no le había proporcionado las alegrías de otro cursos. Pero el Alavés ha sumado siete de los últimos nueve puntos como local y le ha cambiado la cara. «Me pone contento por los jugadores, la gente del club, los hinchas…», ha celebrado. «Cuando llegas a un equipo lo primero que piensas es que el equipo muestre lo que dice la idiosincrasia del club. Y es esto: pelear cada pelota, correr. Es la base», ha añadido.
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