Compostela 0-1 Alavés
El Alavés cumple entre titubeosCopa del Rey ·
Un gol en propia puerta permite a los albiazules pasar de ronda tras un duelo muy espeso y con sufrimiento hasta el final que al menos cambia la racha negativaYa se sabe que de una situación delicada rara vez se sale con una exhibición futbolística. Así que lejos de ofrecer una tranquila tarde de ... cine y palomitas con película amable, el Alavés se ha despachado en Santiago con un indigesto filme subtitulado. 0-1 con gol en propia puerta, bostezos y gracias. El cuadro albiazul ha cumplido entre titubeos para pasar de ronda en la Copa. Poco más ante un rival de Segunda RFEF (la antigua Tercera). Poco menos también, que en realidad se trataba de al menos cambiar la racha negativa y pensar en que todo está en la cabeza. Que al cerebro de los jugadores, tras cinco derrotas, le viene bien recordar qué es una victoria y que a partir de ahí las neuronas necesarias para volver a parecer un equipo restablecerán las conexiones. Más vale que así sea.
SD Compostela
Iago Domínguez; Roque (Santi de Prado, min.58), David Soto, Kike, Ocaña, Manu Rivas; Álvaro Casas (Selasi, min.58), Diego (Samu, min.73); Fer Cano (Carlos Cinta, min.73), Hugo Matos (Landeira, min.28) y Manu Barreiro.
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Deportivo Alavés
Owono; Mouriño, Egoitz, Pica, Diarra; Luka (Blanco, min.78), Jordan, Guevara, Conechy (Abde, min.66); Stoichkov (Carlos Martínez, min.86) y Villalibre (Toni Martínez, min.66).
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Gol 0-1, m.11, Kike, en propia meta
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Árbitro Busquets Ferrer (comité balear). Amonestó a Landeira (min.61) por parte del Compostela, y a Guevara (min.45), Mouriño (min.47) y Luka (min.70) por parte del Alavés.
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Incidencias Unos 7.000 espectadores
Como cabía esperar Luis García Plaza introdujo cambios profundos en la alineación, aunque sobrevivieron de Vallecas Diarra, Mouriño, Pica y Guevara. Probablemente debido a que a casi todos ellos les espera el banquillo este viernes. Resultó un once plagado de meritorios, de futbolistas que necesitan por diversas circunstancias demostrar al entrenador y a sí mismos que pueden hacerse un hueco en este equipo. Los Jordán, Conechny, Luka Romero, Stoichkov, Villalibre… Además, también destacó la titularidad en el lateral diestro del vitoriano del filial Egoitz. Delante, el Compostela, el conjunto de mayor categoría que podía tocar en el bombo, pero un modesto al fin y al cabo. Con el aliciente de que su delantero centro, de 38 años, era el exalbiazul Manu Barreiro. Sonaba casi a melodía de los noventa, pero allí estaba el espigado ariete. Incombustible.
Una acción aislada colocó en ventaja a los alavesistas desde el arranque
Un oponente que se plantó en el campo con tres centrales complicó el partido desde el inicio. A un palmo de la meta de Owono salió el cabezazo de Hugo Matos que rozó el 1-0 en apenas cuatro minutos. De nuevo un Alavés deslavazado y poroso. Un puñado de jugadores escasos de minutos y ritmo, añadido a la lógica presión de un equipo con urgencias, avalaban la teoría de duelo sin alegrías. Las palmas llegaron, no obstante, pronto. Egoitz colocó un preciso centro al segundo palo y el defensa Kike, en su intento de despeje, hizo el único tanto del encuentro. Claro queda el partido jugado por el Alavés cuando se explica que los albiazules solo generaron dos ocasiones claras. Stoichkov erró ante Iago para colocar el 2-0 antes de los veinte minutos y Toni Martínez en la última acción del duelo en un extraño error en el golpeo. No hizo menos oportunidades el 'Compos'.
Jugadores desaparecidos
Otra de las cuestiones manifiestas fue que futbolistas como Luka Romero o Conechny pasaron desapercibidos. Y casi es un eufemismo decirlo así. Nada de nada de unos extremos que buscaban el juego por dentro y nunca encontraron su espacio. En el tramo final apareció Abde sobre el césped y se convirtió en el mejor albiazul simplemente con encarar al rival y buscar la profundidad. Parece una involución que el jugador que parecía en la rampa de salida para una cesión en el mes de agosto sea por su rendimiento una de las primeras opciones para la banda izquierda. Tampoco se antoja sencillo explicar algunos errores individuales y colectivos que permitieron a los locales amenazar con la prórroga hasta el final.
El cuadro albiazul resultó incapaz de generar ocasiones claras
García Plaza recuperó a Benavídez tras el descanso y el equipo ganó algo en contundencia. Poco más. A Jordán le quedaba el balón parado y las dificultades para ordenar el juego cuando se metía entre los centrales. Cierto es que resulta casi imposible hilvanar fútbol cuando las acciones técnicas de control y pase son malas. Cuando no se dan tres pases seguidos, vamos. El Alavés tampoco disponía del ritmo necesario para robar balones en zonas peligrosas y el partido discurría por donde le interesaba al Compos. En el límite, por más que su ataque resultara casi siempre de fogueo. Busquets Ferrer no cayó en un 'piscinazo' de Landeira en el área de Owono, el mismo jugador sacó después un peligroso tiro cruzado y De Prados rozó el empate en el 81. Aunque se le había señado un fuera de juego inexistente. No hay VAR en esta ronda.
Así que el Alavés, ya con Toni Martínez y Carlos Martín sobre el césped, sufrió hasta el final por su incapacidad para sentenciar. Precipitación cada vez que había que manejar el balón a la contra. Y esa sensación de querer dar el pase definitivo antes que el primero y necesario. Nervios y más tarde alivio (además de asombro por el remate errado por Toni Martínez) cuando llegó el final. Billete para la siguiente ronda copera camino de la importantísima cita del viernes. Allí espera un partido clave.
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