Alavés 1-Huesca 1

El clásico atasco veraniego

El séptimo y penúltimo test de la pretemporada dejó claro que al nuevo Deportivo Alavés aún le falta camino por recorrer. Empate ante el Huesca (1-1) en uno de esos capítulos estivales pesaditos, los lógicos de estas fechas. Que tan imprudente es echar las campanas al vuelo por dos resultados positivos que silenciarlas con el signo contrario. Faltó fluidez y claridad en los últimos metros, pero el objetivo primero de Luis García parecía alargar las minutadas de los jugadores de cara al partido de Vigo. Algunos importantes, como Abqar o Kike García, ni siquiera participaron.

Otros fundamentales como Guridi o Conechny lo hicieron justo al final. Les tocará el sábado en Tajonar, en principio, Y alguno como Carlos Vicente lo hizo fuera de posición, en el lateral derecho, a la vista de que Tenaglia, que sigue sin estar disponible, tiene complicado llegar al estreno liguero. Al margen de la alternativa del aragonés, el canterano Egoitz, titular de nuevo, oposita al primer once inicial en esa demarcación y lo hace sin desentonar. Del partido en sí, poco que destacar, la verdad.

Poca producción ofensiva de ambos equipos en la primera mitad, en la que casi todo ocurrió a balón parado. El gol del Alavés, para empezar, en el minuto 13, más demérito oscense que mérito albiazul. Falta lateral botada por Luis Rioja y tanto en propia puerta de Rubén Pulido, que mide mal en el despeje. Un remate alto de Villalibre, alguna aproximación del Huesca... Todo desde la estrategia. Con Abde por la izquierda, Rioja por la derecha a banda cambiada y Stoichkov por detrás de Villalibre, al cuadro babazorro le costó mucho enlazar acciones en los últimos metros.

La única ocasión en jugada, de hecho, no llegó hasta el minuto 43, cuando el Búfalo remató fuera un centro del argelino desde la izquierda. Y la acción más vistosa, una asociación entre el propio Abde -gran detalle técnico- y el gaditano por el carril izquierdo, acabó en gol anulado a Manu Sánchez por fuera de juego.

Poca cosa relevante en los primeros 45 minutos, más allá de la anticipación y salida de balón de Diarra en la zaga alavesista, la jerarquía de Benavídez en las tareas de contención -notable al corte cuando el Huesca trataba de montar las contras- o los movimientos entre líneas de Stoichkov. Más detalles tácticos que técnicos; más apuntes para el cuaderno del entrenador que para la atención del aficionado. Poco ritmo y muchas imprecisiones, demasiadas quizás para el penúltimo ensayo estival.

Poco cambió el panorama tras el descanso, pese a los cambios de Guevara por Blanco y Eneko por Diarra. El central francés pisó mal en la última jugada del primer tiempo, pero él mismo dirigió un gesto tranquilizador -pulgar hacia arriba- hacia el banquillo. El Alavés quiso apretar el acelerador y jugar más cerca del área oscense, pero fue más una declaración de intenciones que un paso adelante real, pese a la ocasión de Luis Rioja tras un taconazo de Stoichskov en el área.

Las salidas de Panichelli y Luka Romero, más combativo que efectivo, tampoco dieron demasiados réditos. Y el Huesca no se amilanó en ningún momento. Siguió tuteando al conjunto babazorro, de hecho, una vez superado ese arranque de orgullo de los de Luis García en la reanudación. Y Ayman, recién salido al terreno de juego, premió el tesón del equipo altoaragonés (m. 75).

Hubo tiempo aún para un toque de corneta de los albiazules, pero ni Luka primero ni Manu Sánchez casi al final acertaron con la portería de Juan Pérez. Lo intentó el técnico alavesista con bazas importantes como Conechny, Guridi o Carlos Vicente -volvió a jugar como lateral derecho-, pero sin la claridad necesaria para superar la resistencia azulgrana.

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