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Un serio Deportivo Alavés recibió un jarro de agua helada cuando en el descuento y en Mendizorroza encajó el gol de la derrota, la primera ... con el Chacho en el banquillo, con el que no ha logrado pasar todavía del empate. Y el caso es que el castigo resultó excesivo, porque la igualada hubiera sido más justa e incluso el conjunto albiazul mereció más la victoria por buscarla con un juego superior. Porque el Girona demostró claramente que esta temporada no tiene la plantilla de la pasada, por mucho que empezara el partido dominándolo.
Para cuando llegó el descanso, el Alavés ya había mostrado sus bazas tras pisar con mayor continuidad el área contraria y tras la reanudación intentó que fuera más de lo mismo. De hecho, aunque el duelo podía haber acabado perfectamente en tablas, de haber subido algún tanto al marcador de Mendizorroza se intuía que el gol pudo haber sido más del equipo local, pese a que tampoco gozó de demasiadas ocasiones claras.
En cuanto al esquema y la posición de los jugadores sobre el campo, ambos contrincantes apostaron por defender con cuatro zagueros y sacar el balón jugado sólo con tres piezas. La escuadra catalana sobaba más el balón, mientras que la alavesista apostaba por combinar con menor frecuencia pero más amplitud. Y otra vez tuvo que lidiar con la baja del central local Mouriño, así que Diarra centró su puesto con Manu Sánchez de lateral. El primero no acertó a despejar bien el balón del gol visitante, ante el que tampoco el portero Owono pudo hacerse más grande, en una jugada tan garrafal como para olvidar. Y el segundo bailó con la más fea, el extremo Bryan Gil, y la verdad es que lo contuvo mejor de lo esperado.
Pero para seguir viendo el vaso medio lleno hay que reconocer que el grupo reaccionó bien en el momento más inoportuno de la primera parte, con las lesiones al mismo tiempo de Joan Jordán y Carlos Martín. Aunque el parón navideño también afectó al Girona, el Alavés se hizo entonces con el control del juego, con Guevara ayudando a Blanco y Conechny llegando más por la banda izquierda.
Es así como se vio a un Alavés que se gustaba y con las ideas claras, sin sufrir en una línea débil como la defensa pero tampoco acertando en el remate. Ahí, como siempre, contó con Carlos Vicente insistiendo con sus centros desde la banda derecha. De esta forma, parecía que al final nos llevaríamos el gato al agua o que por lo menos sumaríamos otro punto al casillero. Pero ni por esas. Y los números siguen dibujando una situación preocupante que no difiere demasiado de la anterior con Luis García Plaza en el banquillo.
Eso sucedió ante un irregular visitante como el Girona. Nosotros a domicilio también bajamos enteros que habrá que mejorar en la próxima salida, el próximo sábado ante el Betis. El calendario es el que es y ya no importa medirse a planteles más completos o no, sino que el objetivo es conseguir que nosotros mejoremos. Y, por supuesto, también se trata de recuperar la confianza para sumar tres puntos de una tacada cuanto antes.
Porque los futbolistas que juegan son casi los mismos y las variantes técnicas introducidas por Coudet desde su llegada apenas se notan. Por lo tanto, insisto en que son los jugadores los que deben demostrar una valía que ya se les presuponía. Hay que forzar cuanto antes y, aunque sea con pequeños detalles a favor, que la moneda vuelva a salir cara. Porque genera mucha ansiedad que haya que seguir mirar tanto al fondo de la tabla para seguir encontrando otra vez tres peores clasificados.
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