Cádiz 1-0 Alavés

El Alavés paga sus titubeos

Lástima el exceso de concesiones iniciales, con el tanto recibido a balón parado y varias pérdidas peligrosas que amenazaron con sentenciar el duelo. Porque el cuadro albiazul compitió después con entereza. Tres puntos que se escaparon pese a un final en superioridad numérica tras la roja al exalavesista Escalante. Derrota dolorosa pese a tratarse de la jornada inicial. Por esa sensación de que el Cádiz viste como los alavesistas la ropa justa para aguantar el frío de la Primera División.

Siempre hay incertidumbres en la primera alineación de la temporada y más aún en una plantilla aún en plena construcción. Luis García Plaza resolvió de forma pragmática en el estreno. Colocó en el once inicial a prácticamente todos los nombres importantes del equipo y, a partir de ahí, los distribuyó sobre el césped. El complicado sudoku acabó con tres centrales y tres mediocentros, casi las dos únicas zonas del campo donde el Alavés tiene a estas alturas jsuficietes jugadores de nivel. Un dibujo similar al utilizado ante Osasuna y Burgos en los últimos amistosos. Rafa Marín, Guevara y el recién llegado Gorosabel eran los nuevos fichajes sobre el césped. Joseda, titular todo el verano, se quedó fuera. Tampoco hubo lugar en el inicio ni después para Alkain, pese a ser el único extremo diestro. Un equipo albiazul poco natural, con Guridi cerca de esa banda derecha. Es la consecuencia de un verano donde las incorporaciones llegan con cuentagotas.

Blando saltó al campo un Alavés escaso de contundencia. A Rafa Marín se le acumularon los problemas. Primero con una pérdida casi letal y después con una faltita al borde del área que acabó en en el gol de San Emeterio. Un cuadro albiazul que la pasada campaña destacó por su defensa de las acciones a balón parado se encontró con un tortazo tempranero en este importante capítulo defensivo.

También con un colegiado, el castellano-manchego Díaz de Mera, que por momentos veía más claro el amarillo que el blanco y azul. Ayudó una escuadra vitoriana superada en la media hora inicial y donde Guevara y Blanco también perdieron balones muy peligrosos. A ello se dedicaba el Cádiz, que con Sergio en el banquillo, es un especialista en aprovechar errores ajenos. También en dormir partidos, como se demostró en el tramo decisivo, cuando el Alavés ya había cuajado sus mejores minutos y apenas se jugó. Pese al descuento de nueve minutos. Como había advertido el Comité de Árbitros, se escuchan los ecos del Mundial. 14 minutos en total de añadido entre las dos partes. Un choque de 104 minutos. Parece que será siempre así.

No había otra que asumir riesgos. Así lo entendió Luis García Plaza que primero forzó el estreno de Kike García por un desaparecido Miguel y poco más tarde incluyó a Abde, Javi López y Benavídez para deshacer la defensa de cinco y convertir el esquema en un más habitual 4-2-3-1. Llegaron los mejores momentos. De pujanza. Kike García ganó balones largos para dar continuidad y forzar alguna falta. Benavídez impuso su fuerza y el cuadro vitoriano llegó con cierta frecuencia por las bandas. Otra cuestión era encontrar oportunidades claras ante Ledesma. Miguel no llegó a un centro de Duarte antes del descanso, Rioja colocó un disparo muy suave en un córner ensayado y muchos centros al área se quedaron sin rematador. Al Cádiz, que buscaba la sentencia a la contra, tampoco le dio para demasiado. Abqar le negó un gol hecho a Roger, eso sí.

Poco más para un Alavés teóricamente en crecimiento, pero ya con el primer lastre sobre su mochila. Se trataba de encontrar cierta fortuna en ese duelo inicial entre 'pobres' de la categoría y no apareció el boleto que al menos devolviera lo echado con un empate de circunstancias, que también hubiera sido justo visto lo visto. Pero el detalle decisivo cayó del lado de los gaditanos demasiado pronto y las obligaciones del pròximo lunes quedan para el cuadro albiazul. No hay, una vez más, dudas sobre el rendimiento colectivo de un conjunto vitoriano que volvió a ofrecer sudor y kilómetros a manos llenas. A partir de ahí, también corresponde a club y dirección deportiva añadir a la plantilla futbolistas que puedan elevar el tono general. Es tiempo de mercado, aunque también de buscar una rápida reacción para evitar situaciones clasificatorias desagradables.