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Betis 1-3 Alavés
Kike García ilumina el caminoUno, dos, tres: Kike García. Son los vistosos y decisivos ladrillos que ha colocado el obrero del gol en la red del Betis para iluminar el camino del Alavés. Un poco de luz al final del túnel. Para ganar después de ocho jornadas, para ... sumar la primera victoria de la era Coudet, para vencer otra vez lejos de Mendizorroza desde el mes de agosto, para ahuyentar los puestos de descenso, para pensar que no todo es negativo… Para, por fin, aprovechar una de esas situaciones favorables que deben finalizar con tres puntos: la expulsión de Perraud con algo más de media hora por delante. Ni así, es cierto, hubo un mínimo de tranquilidad más allá de los instantes finales. Aunque esta vez el cuadro vitoriano sobrevivió a los errores. Abqar, en una cesión suicida, estuvo cerca de regalar el 2-1 a poco más de un cuarto de hora del final. Allí emergió Owono para taponar a Isco y permitir la liberación albiazul en el último tramo del encuentro. Casi inédito, esta vez el meta apareció para cambiar el signo del duelo.
Betis
Adrián; Sabaly (Natan, m. 46), Llorente, Bartra, R. Rodríguez (Perraud, m. 41); Fornals (Flores, m. 71), Cardoso; J. Rodríguez (Roca, m. 71), Isco, Abde (Altimira, m. 60); y Vitor Roque.
1
-
3
Alavés
Owono; Tenaglia, Abqar, Diarra, Manu Sánchez; Blanco (Toni Martínez, m. 64), Guevara; Vicente, Guridi (Protesoni, m. 77), Conechny (Stoichkov, m. 77); y Kike García (Mouriño, m. 88).
Goles. 0-1, m. 11, Kike, de penalti. 1-1, m. 28, Jesús Rodríguez. 1-2, m. 80, Kike. 1-3, m. 84, Kike.
Árbitro. Hernández Hernández. Amonestó a los locales Vítor Roque, Llorente, Isco y Johnny; también a los visitantes Blanco, Abqar, Tenaglia, Conechny y Diarra. Además, expulsó al local Perraud por roja directa (m. 55).
Incidencias. 50.021 espectadores.
Qué contar de Kikegol, ese tipo que suele estar entre los mejores hasta cuando produce un partido discreto. Quizás quiso eliminar de la memoria albiazul aquel otro 'hat-trick' que les endosó a los albiazules con la camiseta del Eibar. Resultó lo suyo paranormal. De Juan Palomo, 'yo me lo guiso yo me lo como', el primer tanto tras forzar un penalti y anotarlo, no sin cierta fortuna. De depredador del área el segundo, un zurdazo seco y ajustado al palo. De cabeceador nato el tercero. Si es necesario se tiende la alfombra y que regrese de Sevilla bajo palio. Si le llegan a dejar, quizás hubiese añadido un cuarto en ese 'penalti no penalti' que el VAR volvió a dejar sin efecto.
Coudet había optado ante el Betis por la continuidad. Guevara y Conechny, que ya relevaron a los lesionados Jordán y Carlos Martín frente al Girona, entraron en una alineación donde se mantuvo Diarra pese al retorno de Mouriño a la convocatoria. Diarra completó un partido normal.
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Es decir, sin regalos. Es noticia. El técnico argentino ya ha demostrado que su confianza reside en un grupo limitado de futbolistas. Y con la temporada ya mediada, tanto García Plaza como Coudet han acabado por tirar de jugadores del pasado ejercicio. Ocho salieron de inicio con el añadido de Diarra, Manu Sánchez y Conechny. El argentino parece al menos en fase creciente. Con más participación, activo en las acciones aéreas y cierto ritmo. Algo le falló con los tacos en la primera parte, eso sí, donde los resbalones se sucedieron.
Pero nada como el videoarbitraje para sacar esta temporada de quicio a cualquier albiazul. De nuevo penalti favorable al Alavés, que era el segundo y la posibilidad del 0-2. De nuevo, el VAR para enviar al monitor a un colegiado que a cinco metros de la jugada había visto el contacto, leve, pero contacto, de Bartra sobre Kike García. De nuevo, a rearbitrar una cuestión de interpretación. De esas donde teóricamente debe prevalecer la decisión del colegiado sobre el césped. De nuevo, como sucedió ante el Girona con la acción de Conechny, la visión externa resulta favorable al rival. De nuevo, el papel de villano para el conjunto alavesista y el de galán para cualquiera que se encuentre en el otro campo. Así son las películas de esta Liga. Más allá de que en el Villamarín los créditos finales dijesen que la estrella del metraje era albiazul.
El Alavés, realmente, se sostuvo en el límite. Cuando apretaban los rivales. Frente a un Betis que acusó las bajas y también una sucesión de problemas que se fueron sumando durante el partido. La lesión de Rodríguez antes del descanso, la posterior de Sabaly, la escasez de laterales… De ahí surgió un rival titubeante y un Alavés que volvió a contener al adversario con fiabilidad. Los problemas, en realidad, llegan en acciones puntuales. Poco le faltó a Vítor Roque para hacer el 1-0 en apenas un minuto por una línea de fuera de juego mal lanzada. Casi nada le faltó a Isco para repetir un Vallecas. Caer ante un rival en inferioridad. Con uno más salió cara esta vez, igual que en Anoeta: la otra victoria fuera, también ante diez. Si no ganas partidos normales, gana al menos los que te guiñan el ojo.
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Al descanso llegó un Alavés molesto. Buena disposición para controlar al adversario, 0-1 de penalti, pocos pero peligrosos contragolpes y empate afortunado del Betis en un disparo con rebote. La ventaja inicial por tercera visita consecutiva (Osasuna y Valencia) se había esfumado. Todo estalló después con la expulsión de Perraud. Tras un saque largo rápido de Owono y un control de cabeza de Carlos Vicente. El extremo albiazul volvió a la versión eléctrica y desbordante. Tras la roja se hizo una autopista por la derecha y aceleró y aceleró. A veces con más caballos de potencia que capacidad para manejar el volante. Pero es de largo el jugador albiazul con más desborde.
Acabó por descorcharse el partido, cómo no, a través de Kike García. Pasaba por allí y convirtió un soso rebote en un remate salado. Apenas restaban diez minutos y el Alavés, hasta entonces, dominaba, pero sufría para encontrar el filo necesario. Hasta que el conquense sacó la repetidora y embocó el 1-2 y el 1-3 en dos fogonazos consecutivos. También hay victorias en el camino albiazul. Qué alivio.
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