El Alavés eleva su queja al ver «diferentes criterios» arbitrales

A pesar de que el contenido del escrito no ha trascendido, las reclamaciones se han sucedido en los últimos meses. El caso más reciente, la puntilla que originó en gran medida el último escrito, se produjo el sábado en Leganés. Son dos las acciones que marcaron el rumbo del encuentro y que a buen seguro centran las críticas de la cúpula albiazul. La primera de ellas en el minuto 30, con 1-1, por el penalti de Sivera sobre Diego García. El delantero 'pepinero' regateó al arquero y cayó al suelo. El contacto existe, pero se produjo cuando el ariete ya había iniciado el salto para sortear al alicantino y su control se había ido desviado. El VAR entró en acción para recomendar a González Fuertes que revisase la jugada.

El lance era difuso, por lo que la toma de decisión se dilató siete minutos. «¿Tienes otra imagen, José, que nos dé una perspectiva un poco más amplia?», Y tras obtenerla, decretó la pena máxima. «Nos vienen penalizando mucho las decisiones o la interpretación en cuanto al VAR», señaló Coudet. Fue una especie de referencia velada al criterio de aplicación del videoarbitraje, que en origen debía actuar en errores flagrantes. Por otro lado, la sala VOR no llamó en el minuto 64 (2-2) al colegiado para revisar el pisotón sobre el tendón de Aquiles de Mouriño que debía castigarse como tarjeta roja.

Esa «aplicación diferente de criterios» tiene otros ejemplos, como el penalti anulado a Kike García contra el Betis por un pisotón ligero, y el contacto en el penalti de Sivera. Ese tipo de acciones 'grises' que se decantan por el criterio del árbitro. Hernández Hernández en un primer momento castigó el lance, pero desde la sala VOR le recomendaron visionar las imágenes. Y tras situarse frente al monitor cambió su decisión.

Los penaltis se han convertido en una pena máxima para el Alavés. Los vitorianos son, con diez, el equipo al que más infracciones han castigado de la Liga. Aunque hay jugadas, como los recientes penaltis cometidos por Abqar (contra el Getafe) y Diarra (Leganés) por golpear con el brazo al rival que no dejan lugar a duda.

Sin embargo, los jugadores y el banquillo albiazul reclamaron dos penas máximas, ambas por empujones. La primera se produjo contra el Girona (con empate a cero), cuando desequilibraron a Conechny en el momento que se disponía a rematar un centro frente al portero. Más reciente es el lance ocurrido contra el Getafe, cuatro minutos después de la infracción de Abqar. Diego Rico se desentendió del balón y cargó contra Toni Martínez, quien terminó impactando de una manera aparatosa contra el portero.

Segundo comunicado

Estas son las acciones que más han coleado desde noviembre, cuando el club ya publicó un comunicado en el que mostró su «disconformidad» con el criterio arbitral y la aplicación del VAR. El escrito se publicó tras tres penaltis por mano: Guridi ante el Valladolid, Manu Sánchez ante el Villarreal y Abqar contra el Atlético.

Hay acciones como las agresiones que no requieren de una interpretación. Contra el Celta, el VAR recomendó corregir la expulsión a Aspas por golpear con el brazo a Blanco. Y contra el Real Madrid, no llamaron al colegiado por el rodillazo de Endrick a Mouriño en la entrepierna.