El Alavés cae ante el Girona con más juego que eficacia
El conjunto albiazul muestra buenos propósitos en la segunda parte y tuvo el empate en las botas de Mariano, que falló un penalti
La versión física y proletaria se mantiene como la mejor garantía del Alavés de Coudet. Fue a morder al Girona en la segunda parte, ... a presionar a todo el campo y logró equilibrar un duelo cuyo resultado se decidió en la primera mitad. Asprilla culminó en gol una gran jugada colectiva con la eficacia que les faltó a los albiazules, especialmente en la segunda mitad. El equipo vitoriano generó lo suficiente para empatar. La tuvo Aleñá, Guevara, Yusi, Tenaglia y Mariano, que falló el penalti. El hispanodominicano asumió la responsabilidad y se resbaló.
Girona
Krapyvtsov; Hugo Rincón, David López, Antal, Blind; Solís, Lass, Tsygankov, Asprilla, Joel Roca y Dawda. Salieron al descanso: Juan Carlos, Francés, Krejci, Papa, Arnau, Yangel Herrera, Portu, Jastin y Gibi.
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Alavés
Raúl Fernández; Tenaglia, Garcés (Maras, m.74), Parada, Jonny (Yusi, m.64); Antonio Blanco (Guevara, m. 46), Benavídez (Pablo Ibáñez, m.46), Carlos Vicente (Diallo, m.64), Guridi (Pinillos, m.64), Aleñá (Abde, m.64) y Toni Martínez (Mariano, m.46).
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Goles: 1-0. M. 43, Asprilla;
Entre masías, campos de cultivo y campanarios con banderas independentistas llegó la primera derrota de la pretemporada en un test que tuvo pocos tintes de rango oficial. La nueva ciudad deportiva del Girona, un gran proyecto aún en fase embrionaria y que desata las protestas de payeses y ecologistas, fue el escenario de un ensayo en el que el Alavés mostró cosas postivas y otras no tanto a partes iguales y del que Mouriño se ausentó para cerrar su fichaje por el Villarreal.
La escuadra de Coudet entrenará mañana en Torremirona y regresará por la tarde a Vitoria tras una larga semana de convivencia que comienza a establecer ciertas jerarquías. En la defensa manda Garcés, que correge, anima y manda sin parar. Antonio Blanco es el termómetro del juego del equipo, ayer algo por debajo de su nivel. Y aunque la pretemporada de este verano vaya ser recordada por la participación de Mariano, es Toni Martínez el delantero al que todos esperan.
Incluído el director deportivo Sergio Fernández, que le echó el brazo sobre su hombros mientras le espoleaba. Aunque la de ayer tampoco fue la mejor tarde del murciano. El ex del Oporto volvió a pisar poco el área y y casi siempre de espaldas a la portería. Cazó un córner al borde del descanso cuyo remate se encontró el guardameta y volvió a ser de los primeros en ser sustituidos.
El ariete es la punta de lanza de la presión albiazul, la faceta más avanzada para ser la seña de identidad del equipo. Por contra, se aprecia la firme intención de sacar el balón jugado desde la defensa igual que las dificultades para llevarla a cabo. Volvió a haber muchas jugadas de esas que hacen suspirar, desatan murmullos y al final vuelven al mismo punto. Por ahora, a los centrales albiazul les resulta más fácil batir líneas en conducción que con pases.
Aún hay tiempo y parecen comprometidos en la idea pero aún sin la precisión necesaria para que el balón llegue limpio a ese cuadradito mágico que quiere afianzar Coudet en el centro del campo. Ante el Girona, con Antonio Blanco, Pablo Ibáñez, Aleñá y Guridi de inicio. Solo en momentos puntuales lograron dominar la escena del juego y hacer replegarse a un Girona que salió con una marcha más. Joel Roca tuvo dos oportunidades para inaugurar el marcador tras dos pérdidas impropias de Antonio Blanco y Benavídez.
El conjunto de Míchel busca recuperar ahora la identidad del juego de poseción que le llevó a la Champions. Muy bien parado con una línea de tres centrales a los que la presión albiazul pareció no intimidarles. Los esfuerzos de Guridi y Toni eran baldíos ante la superioridad numérica catalana, que volaba por las bandas. El pretendido Hugo Rincón simpre encontraba espacio por delante para conducir por la derecha y llegar a la línea de fondo. Así generó el gol. Una pared con Tsygankov y centro raso al punto de penalti. Asprilla aprovechó una defensa demasiado estática y contempletiva para hacer el gol a la postre decisivo.
Antes del descanso, Aleñá tuvo el empate. Toni Martínez estuvo providencial en un robo en la frontal del área, pero el guardameta ucraniano Krapytsov detuvo el que sería el único tiro a puerta de los albiazules. El ataque adolece aún del desequilibrio individual y colectivo necesario para finalizar en mejores situaciones. A falta de creatividad y regate en ataque se impone madurar el partido e imponer la fortaleza física. Y es lo que hizo el Alavés en la segunda parte, sin importar que ayer no contara con la profundidad de banquillo deseada.
Moussa Diarra se quedó en el hotel afectado de migrañas, mientras Villalibre, Calebe, Hugo Novoa y el joven del filial Chema Aragües sufren molestias musculares y se quedaron sin cambiar. De esta guisa, Tenaglia, Víctor Parada, que se presentó como un central difícil de superar en el uno contra uno y con fundamentos tras el año de cesión en el Mirandés, y Raúl Fernández, que sumó otra buena intervención en la primera parte, disputaron los 90 minutos.
En el segundo tiempo, Guevara tomó la manija junto a Ibáñez, Yusi se adueñó de la banda izquierda y Tenaglia comenzó a incorporarse más al ataque. En la banda derecha se nota la pizarra de Coudet. Cuando el lateral argentino coincide con Carlos Vicente, ejerce como tercer central en la salida de balón para darle el espacio al maño para lucir sus cualidades de extremo. Pero una vez es sustituido, sin otro jugador de banda ni desiquilibrante, el de Saladillo tiene libertad ofensiva.
Los vitorianos lograron asentarse en campo rival a base de presionar y robar, con toques de calidad de Abde, de la que no va sobrada el equipo. Pero el peligro llegó por las bandas. Yusi se erige como un gran centrador y suyo fue el pase de una gran osación a la que Tenaglia reconoció que le seguirá dando vueltas este mañana. Luego fue el zurdo el que también remató alto. Al mismo lugar donde se fue el penalti de Mariano. Del resbalón tocó dos veces el balón, con lo que la jugada se reanudó desde los once metros en lugar que desde el saque de puerta. Falta precisión y eficacia.
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