El 202 como apuesta mínima del Alavés

Pero si le parece mucho (posiblemente lo sea) quizás no lo ha entendido del todo bien. A la comunidad alavesista, como demuestra una vez más el delicado contexto actual, se viene a experimentar el lado salvaje del fútbol. El verdadero deporte extremo se viste desde hace décadas de blanco y azul. Y aunque Álava y Vitoria se han convertido en los últimos meses en un plató de cine, complicado resultará para directores y actores mejorar el 'thriller' anual de Mendizorroza. Con esa mezcla de intriga, suspense, vértigo y congestión que regresará el sábado ante el Atlético de Madrid (14.00 horas). Otros noventa minutos para los que nueve de cada diez médicos recomendarían al seguidor alavesista disponer de una generosa reserva de calmantes. El décimo facultativo, quizás socio del club, se decantaría por algo más contundente.

Salvo alguna longeva, longevísima excepción, y por mucho que usted se esfuerce, no va a tener recuerdos propios de más de 185 victorias del Alavés en Primera. Las quince restantes datan de los años 30 del siglo pasado. De cuando Ciriaco y Quincoces colocaban con precisión ladrillos en la defensa albiazul y la tinta del 'Chipirón' Olivares cegaba porteros y alcanzaba de forma sistemática las redes rivales. Otros 20 triunfos, todavía en blanco y negro, datan del bienio 1954-56. Tras el ascenso a la máxima categoría firmado frente al Escoriaza. Y con aquella alineación de Primera recitada de carrerilla: los Berasaluce, Sanz, Erezuma, Gorospe, Primi, Bolado…

Llegaría después el fundido a negro de 1956 a 1998 (¡42 años! sin pisar el escaparate de los mejores) y, ya a caballo entre siglos, cinco campañas consecutivas (1998-2003) en la élite con 67 victorias. Y todavía un ejercicio posterior (2005-2006, el del innombrable) con solo nueve triunfos. Al ucraniano todavía le corresponde el 'honor' de ser el único presidente en 104 años de historia que ha descendido al equipo solo un año después de ascender.

12-8-9-10-13-15-14. No son los dígitos de la Primitiva incluido el complementario. Se trata del número de triunfos (81) obtenidos por el Alavés en sus siete anteriores años en Primera. Ya se observa que no han sido demasiado frecuentes las alegrías. A una media de 11 victorias por temporada. Con alguna paradoja. En la época reciente el mayor número de triunfos en la Liga (15) llegó después de arrancar la temporada 2017-18 con una debacle: seis derrotas consecutivas y un solo gol a favor.

Hasta las 17 victorias (el récord histórico en Primera) se fue sin embargo el cuadro albiazul en sus dos recordadas clasificaciones europeas (1999-00 y 2001-02). Qué tiempos aquellos cuando la escuadra de Mané ganaba casi la mitad de los partidos. Otra vez en Europa quiero verte jugar, recuerda la grada de Mendizorroza cada quince días.

Ahora el conjunto albiazul suma 8 triunfos y todo apunta a que lograr dos más en este tramo final de Liga es el objetivo mínimo. Para alcanzar al menos los 40 puntos. Esa frontera imaginaria que, sin embargo, suele resultar real en un elevado porcentaje de ocasiones, alrededor del 85%, cuando se trata de garantizar permanencias.

El cuadro vitoriano suma 34 puntos, por los 32 de Las Palmas y 30 del Leganés a cinco jornadas del final. Cada uno tendrá su quiniela, pero con el average particular ganado a los canarios y el general provisionalmente a favor ante los madrileños se puede decir que los albiazules cuentan con un punto extra en este sprint liguero. El Girona (35 puntos) es el cuarto protagonista de la 'fiesta' al recibir por méritos propios una inesperada invitación. Tras el ya consumado descenso del Valladolid hay todavía dos sillas que queman y será necesario eludir.

El Alavés pelea en este final de campaña por la salvación y también por estirar varias secuencias estadísticas positivas que se añadan a las 200 victorias en Primera. Se trata de lograr que la década 2016-2026 se cierre con nueve de diez temporadas en la máxima categoría y que el ejercicio deportivo 2025-26 suponga la redonda vigésima campaña de los albiazules entre los mejores. Como hay que apuntar a la luna para llegar a las estrellas, no sobra la idea de batir a medio plazo la serie más larga de temporadas consecutivas en Primera (seis).

Por detrás, en la historia de esos doscientos triunfos en la máxima categoría, duelos recordados como el histórico 7-0 al Valencia, victorias en casa y a domicilio frente a Barcelona y Real Madrid, derbis que acabaron de la mejor forma posible, inexplicables y sabrosas remontadas como la de Girona (2-3)… Por delante, cinco encuentros que volverán a determinar el futuro de este Alavés. En definitiva, más vale que nadie se despiste demasiado con perretxikos y caracoles ni con el Día del Trabajo. Lo que toca es comerse al Atlético de Madrid para ahuyentar las sombras casi de forma definitiva y tirar del obrero del gol (Kike García) para que la clase proletaria albiazul siga codeándose con la aristocracia del fútbol.