¿Sabes si tu mascarilla te protege? El truco de la firma vitoriana La Caravana del Surf
Arantzazu Moya nos explica por qué empezó a fabricarlas, cómo lo hace y nos cuenta el modo de saber si son válidas
Arantzazu Moya alumbró en 2013 su propia marca, La Caravana del Surf, empezó fabricando fundas para tablas de surf y desde hace unos años confecciona también originales mochilas y ropa para niños. Nunca se le hubiera pasado por la cabeza que este 2020 dedicaría buena parte de su tiempo a coser mascarillas, pero entonces llegó una pandemia mundial y puso nuestro mundo patas arriba.
«Empecé a hacerlas cuando ví que hacían falta en los comercios. Les repartí a las chicas del supermercado y también por las panaderías, carnicerías… del barrio», recuerda Arantzazu desde su tienda ubicada en la calle Fermin Lasuen del barrio de Zaramaga. Para dar con el modelo ideal contó con la ayuda de su cuñada, enfermera, que le ofreció algunas indicaciones básicas. Las realiza en algodón orgánico, que es el mismo material que utiliza para las prendas infantiles, y dentro les coloca un filtro de la misma tela con la que están hechas las mascarillas quirúrgicas.
«Con este material no hay riesgo de que se produzcan alergias y el filtro hace que protejan de verdad», explica Arantzazu. El filtro hay que cambiarlo después de cada uso y la mascarilla lavarla, aunque ella misma aclara que no hace falta que sea en la lavadora a 60 grados. «Es suficiente con meterla en un cazo con agua hirviendo y dejarla unos diez minutos. Según han reiterado los expertos, el virus muere con las altas temperaturas», indica la diseñadora. En su establecimiento las vende por 3 euros y los clientes tienen también la opción de hacerse con paquetes de filtros.
Si cada uno quiere introducir su propio filtro o utilizar uno casero, Arantzazu nos cuenta un truco para comprobar que es válido: «nos tenemos que poner un mechero cerca de la boca y soplar, la llama no se tiene que apagar. Si se apaga, pensad en otro filtro u otra mascarilla». Ella confecciona los cubrebocas en telas de lo más diversas y ha llegado hasta hacerlas con tela del pañuelo de blusa. «Me lo propuso una clienta y me pareció algo muy chulo, muy nuestro», comparte.
Más allá de la originalidad de los diseños, este tipo de producto tiene otra importante ventaja respecto a las mascarillas que podemos encontrar en cualquier farmacia y es que es mucho más ecológico. «La gente tiene esa preocupación de estar usando cada día una mascarilla, e incluso varias al día, y me la han trasladado. Además, estos residuos se están empezando a ver ya en el mar…», lamenta Arantzazu, que agrega que esta opción es además bastante más económica. Como reflexión final se queda con el espíritu de comunidad que se ha creado durante la pandemia y que desea que no se nos olvide.
