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El joven vasco que posó con falda y tacones en la alfombra roja de los premios MAX, ¿por qué no?
Lewin Lerbours, de 21 años, demostró en los premios de las Artes Escénicas celebrados este lunes en el Teatro Arriaga que la ropa «no tiene género»
El glamour se apoderó del Teatro Arriaga en una noche mágica. Los rostros conocidos del teatro y la danza subieron el listón de la alfombra roja que precedió a la gala de los Max, que volvía a celebrarse este lunes en la capital vizcaína en su XXVI edición. Hubo espacio para la elegancia. Muchas asistentes se enfundaron vestidos en un riguroso negro, como las actrices Cayetana Guillén y Ane Pikaza o la bailarina Lucía Lacarra. En cuanto a ellos, predominaron los trajes y americanas... también oscuras y discretas. Pero algunos decidieron salirse de la tónica habitual luciendo casacas de cuadros o camisas de flores. Todos lucieron sus mejores galas, pero si nos tenemos que quedar con una vestimenta es la de Lewin Lerbours, el acompañante del diseñador bilbaíno Alberto Etxebarrieta, la cara visible de la firma Sinpatron. Este joven de 21 años posó con bolso, tacones y falda, porque es su estilo, la forma en la que se viste habitualmente. Dice que la ropa «no tiene género», que no hay lugar para prejuicios ni escándalos. Hombres con falda, ¿y qué? La moda muchas veces es liberadora e instrumento de avance social. Una vía de escape para romper con los estereotipos y el concepto de masculinidad más arcaico.
Lewin, nacido en República Dominicana y residente en el Casco Viejo, arriesgó y acertó vistiendo una falda gris satinada con corte asimétrico y cinturilla exagerada que había diseñado él mismo. «Desde que supe que iba a ir a la gala, tuve claro que esa iba a ser la pieza principal. No tenía tiempo para confeccionar algo para la ocasión, así que la única opción fue tirar de armario», explica entre risas. Completó el look con una camisa negra con cuadros blancos de la firma H&M que había customizado. También lució un bolso de mano blanco de Pimkie y unos botines con plataforma de Zara «de hace dos colecciones».
«Me gusta maquillarme»
También acicaló su rostro con iluminador, se pintó los labios con gloss y se aplicó sombras marcadas en los ojos: negra para el lagrimal y otra más clara para el resto del párpado. «Me gusta maquillarme, no necesito una ocasión especial para arreglarme. Para mí, todos los días son una buena oportunidad para sentirme guapo», indica este joven que, sin pretenderlo, desde la alfombra roja de los premios MAX nos ha invitado a mirar nuestro armario –y nuestro cuerpo– desde otro punto de vista.
Sí, se maquilla, se calza taconazos y se viste con faldas o vestidos cuando le apetece. Lewin derriba así «los rancios estereotipos de género», como en su día los calificó el director creativo de Gucci, Alessandro Michele, disfrutando de una moda sin complejos y demostrando al mundo que la sexualidad no tiene nada que ver con los gustos a la hora de vestir. «Es la forma que tengo de luchar contra la sociedad y demostrar que la ropa no tiene género. No es malo que un hombre quiera explorar su feminidad. Ponerme lo que quiero sin pensar en qué sección está encasillado me hace feliz», asegura. En este sentido, las 'blazers', los abrigos y el calzado con plataforma son sus piezas básicas. Y en el terreno de los accesorios, reconoce que las gafas de sol oscuras le «salvan la vida». «Cuanto más grandes mejor», puntualiza.
Desde la infancia, ha sentido una fuerte predilección por la moda y hoy trata de labrarse una trayectoria en la industria. Tras haberse titulado en Técnico en Confección y Moda por la Kooperativa Peñascal, Lewin cursa el grado superior en patronaje del CIFP Nicolas Larburu LHII de Barakaldo. En un futuro, le gustaría poder trabajar como estilista y ofrecer a las clientas sus propios diseños. Es consciente que hacerse un hueco en este sector es complicado, pero ahí sus arriesgados looks juegan un papel fundamental. «Nunca sé dónde voy a encontrarme un cazatalentos, así que voy mono hasta a comprar el pan», cuenta entre carcajadas.
Otros hombres que desafían los estereotipos de género
Lewin integra un pequeño grupo de hombres (cada vez más amplio) que se ha propuesto desafiar los estereotipos de género y diluir esta barrera. Hagamos memoria. Lo encabeza el artista Harry Styles, que posaba con un vestido de Gucci a finales del año pasado para la edición estadounidense de Vogue. Le sigue Mark Bryan, un ingeniero robótico estadounidense afincado en Alemania que lleva cuatro años vistiendo con prendas tradicionalmente asociadas al armario femenino. Se suma a esta lista el bilbaíno Aritz Larrabe, de 21 años, que se viste con faldas y comparte vestuario con su madre. «¿Por qué tenemos que poner género a las prendas? Me parece ridículo y súper retrógrado», confesaba a Bizkaia Dmoda. Ellos también se animan con los bolsos de la sección de mujer. Una tendencia que abandera la estrella de Hollywood Ansel Elgort, pero a la que también se han unido rostros conocidos como Hugh Jackman, Ashton Kutcher o Zac Efron. Estamos ante un cambio de paradigma, pero Lewin reconoce que «por desgracia todavía queda muchísimo por hacer». «Es imposible sentirse libre si te miran y te juzgan», lamenta.