El rockero que paró la caza de ballenas
Peter Garrett, político y exlíder de la banda australiana Midnight Oil, propició la denuncia que ha culminado con el veto a Japón de atrapar cetáceos en La Antártida
Isabel Ibáñez
Viernes, 2 de mayo 2014, 17:45
Cuando Peter Garrett (Sydney, 1953), aquel gigante calvo de más de dos metros y movimientos eléctricos, anunció en 2002 que dejaba su banda para dedicarse a la política, fue un drama para muchos. Tampoco es que fuera una sorpresa, el grupo Midnight Oil llevaba desde su nacimiento, en 1973, reivindicando distintas causas. Lo mismo incluían en sus temas ese extraño instrumento de viento que es el didgeridoo de los aborígenes australianos para defender precisamente los derechos de este pueblo, como clamaban contra la deforestación, apoyaban al Tíbet o pedían el cierre de las minas de uranio de su país. A mediados de los 80, Garrett ya hizo una intentona de entrar en el terreno de juego político al presentarse como candidato al Parlamento para frenar la proliferación nuclear de su país, pero logró unos 200.000 insuficientes votos. Fue presidente de la Australian Conservation Foundation durante una década; en 1993, entró en la junta internacional de Greenpeace por dos años. Y nada más dejar el grupo fue nombrado miembro de la Orden de Australia por su defensa del planeta y su contribución musical; de hecho Midnight Oil es uno de los grupos australianos más famosos en todo el mundo.
Publicidad
Después de 25 años como cantante, así anunciaba el vocalista su nueva aventura: "La banda ha dado mucho placer y significado a la vida de muchas personas, incluida la mía. ¿Qué más puedo pedir? Pero creo que es el momento de moverme o sumergirme en aquellas cosas que me preocupan y a las que no he podido dedicar mi tiempo". Entre ellas, el veto a la caza de ballenas, en concreto la que lleva anualmente a Japón a matar centenares de ellas en aguas de la Antártida "con fines científicos". Hace solo unos días, Garrett veía concedido su deseo con la prohibición de la Corte Internacional de La Haya a las andanzas de los nipones. "Es angustioso cuando piensas que pueden pasar 15 minutos desde que el arpón impacta en la ballena hasta que el animal muere", dijo él cuando decidió presentar, como ministro de Medio Ambiente de su país, la denuncia que ha acabado con esta histórica sentencia.
En los comicios de 2004 fue elegido representante del Partido Laborista Australiano, que se define de centro izquierda. Y cuando su formación accedió al poder en 2007, fue nombrado ministro de Ambiente, Cultura y Artes (posteriormente ha ostentado la cartera de Infancia y Juventud, hasta el año pasado, cuando la victoria de los liberales volvió a colocarle en la oposición). Pero era de esperar que su decisión de dejar la música iba a traerle más de un quebradero de cabeza. También la incomprensión de parte de sus fans por su discurso en determinados asuntos. O quizá sea mejor decir por su manera de moverse como pez en el turbulento océano de la política. Porque Garrett conoce cómo funciona esto: "Sé que la gente está buscando a otra gente, incluyéndome a mí, que hable con más libertad y autenticidad. Pero cuando hablas con más libertad, es fácil que pongas una palabra aquí, otra allá, y entonces ya no tienes el sentido exacto de lo que quieres decir, y la siguiente cosa que estás leyendo sobre ti es que eres un perdedor sin remedio y que estás acabado. Es por eso que creo que es mejor para los políticos tener un poco de cuidado". Justo lo que nadie buscaba en Garrett, un tipo que rehusó telonear a The Who por EE UU para no abandonar a sus fans locales. Aquí puede vérsele en enero de 2005, cuando decidió juntar a los suyos para participar en el concierto WaveAid, que buscaba ayudar a las víctimas del tsunami de diciembre de 2004.
"Amábamos a Garrett. ¡Era el mejor!"
La decepción de algunos puede resumirse en esta carta escrita en 2008 por el capitán Watson, líder de la ONG medioambiental Sea Shepherd (famoso grupo ecologista criticado por algunos por sus métodos agresivos), y un fan más: "Nada hay nada más falso que un político justo antes de unas elecciones. (...) El ministro de Medio Ambiente australiano, Peter Garrett, es un ejemplo de ello. En su etapa como músico activista en Midnight Oil fue un hombre digno de admiración por su dedicación a la causa de la conservación. Una vez estuve con él en las pistas forestales de Clayquot Valley, en la Isla Vancouver, para oponernos a la tala de árboles. En 1993, Midnight Oil actuó en medio de la pista forestal. Amábamos a Peter Garrett. ¡Era el mejor! En noviembre de 2007 aconsejé a todos mis seguidores y amigos australianos que votaran al Partido Laborista porque, según el señor Garrett, haría algo para proteger a las ballenas de las actividades balleneras japonesas en el santuario del Océano Antártico. Ahora, tras un año de posturas antiecológicas (...), muchos de ellos se sienten traicionados. ¿Cómo iba a saber yo en noviembre de 2007 que Peter Garrett se pondría al servicio del lado oscuro? Parecía el caballero andante de los políticos australianos modernos, un hombre de integridad y coraje preparado para luchar por la justicia y por el planeta. Lo que tenemos ahora es lo de siempre, otra rienda, un peón al servicio de la maquinaria política, que hace lo que se le dice y busca halagar y estar a favor de sus manipuladores en lugar de estarlo de la gente que lo eligió". Lo curioso es que, por el otro lado, también le caían buenas. Hideki Moronuki, director de la Agencia de Pesca Japonesa, le acusó en aquel momento de "agresivo y poco diplomático" y pretendió ofenderle al decir que los discos de Midnight Oil, que tanto le gustaba escuchar en su época de instituto, habían dejado de entusiasmarle.
Pero Garrett seguía adelante con su actividad política y también solidaria; en 2009, el ministro de Medio Ambiente reunió otra vez a la banda en Melbourne con el objetivo de recaudar dinero para los damnificados por un gigantesco incendio que asoló una vasta zona del territorio australiano y mató a unas 200 personas. Aquí están en aquella ocasión, interpretando su magnífica Beds Are Burning (Las camas están ardiendo), de la que Sea Shepherd hizo una versión satírica junto al grupo The Red Paintings titulada Whales Are Dying (Las ballenas están muriendo). Pero esta es la original, la última vez que la banda la cantó ante su público. Aunque no lo parezca, Garrett tenía 56 años.
Publicidad
En mayo de 2010, Australia anunciaba que en una semana tendría lista una demanda ante la Corte Internacional de La Haya con el objetivo de que Japón paralizara su campaña de matanzas en aguas Antárticas por "motivos científicos". "Queremos que termine la matanza de ballenas en nombre de la ciencia en el Océano Austral", dijo Garrett. Ese deseo es el que se acaba de hacer realidad hace unos días con la sentencia del Tribunal de La Haya. Afortunadamente, el capitán Watson se equivocó y el cantante calvo y robótico de Midnight Oil cumplió su promesa: "Es una decisión verdaderamente histórica y vindica nuestra acción. Significa que la caza científica de ballenas no existe. Significa que no vamos a ver más arpones en el océano antártico. (...) Estoy encantado", manifestó a la cadena ABC.
Seguramente hay discrepancias sobre quién ha conseguido este logro o acerca de quién ha puesto más de su parte (Garrett, Sea Shepherd, Greenpeace, Nueva Zelanda...). Y posiblemente Japón esté pensando ya en cómo eludir la ley. Pero, en cualquier caso, lo importante es que los fans de Midnight Oil pueden seguir amando a Peter Garrett, músico, ecologista, político En fin, todo un 'caballero andante', como decía el capitán Watson, del que siguen esperando que acometa una nueva reunificación de los Oils. Aunque sea solo para reivindicar alguna causa, como cuando todos los miembros del grupo salieron a actuar en la ceremonia de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 vistiend chándal negro con la palabra sorry (perdón) en el pecho; acusaban así al Gobierno por no haber pedido disculpas a los aborígenes por los hijos que les robaron para entregárselos a matrimonios blancos. En 2012 sacaron un recopilatorio con las 25 mejores canciones de la banda y, según publicó Plásticos y Decibelios, Garrett, que cumple 61 años la semana que viene, aseguró que volvería a actuar con los suyos. Debe saber que sus admiradores no olvidan sus promesas.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión