Exempleados de Edesa denuncian ser víctimas de un "trato injusto"

Exempleados de Edesa de Basauri denunciaron ayer el «trato injusto» y la «marginación» que están sufriendo por parte del Grupo Mondragón en su plan de reubicaciones y explicaron que siguen sin información sobre el proyecto que la empresa catalana Cata, adjudicataria de la quebrada Fagor Electrodomésticos, mantiene para esta fábrica.

Los afectados, que celebraron ayer una reunión en Etxebarri, apuntaron que albergan la «esperanza» de que Cata cumpla sus expectativas y reflote la planta de Basauri, con la contratación del más de medio centenar de empleados que prometió para el primer año. Sin embargo, añadieron que hasta la fecha la compañía catalana solo ha entrevistado a seis extrabajadores de Edesa para ofrecerles un puesto de operario de mantenimiento. Y aunque solo a uno de ellos le han asegurado que podría ser contratado, confían en que, ante la intención de reabrir la planta de Basauri en octubre, se acelere durante este mes el proceso de selección. Cata, dijeron las mismas fuentes, habría llamado a «muchos más» extrabajadores de Fagor de Mondragón.

Diferencias

En este contexto, los exempleados de Basauri lamentaron el «trato injusto» que les viene dispensando el Grupo Mondragón con las reubicaciones, al dar prioridad a sus compañeros de Fagor Electrodomésticos. De hecho, mientras 1.086 socios de esta firma (el 65%) han sido reubicados ya en otras empresas del grupo, de Edesa solo han sido recolocados 79 (el 34%). Y apuntaron que Mondragón ofreció a los extrabajadores de Fagor un plan de jubilaciones, al que se acogió parte de la plantilla, que no ha sido puesto en marcha en Edesa.

Desde Labastida, la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, pidió a los trabajadores de Edesa «tranquilidad», a pesar de que la situación es «difícil», porque la empresa «tiene un proyecto» para Basauri, que se irá conociendo en cuestión de días o de semanas.

«Que nos pida tranquilidad alguien que conoce nuestra objetiva marginación en una empresa del movimiento cooperativo vasco, que tiene la solidaridad como uno de sus valores, es cuando menos sorprendente», la replicaron los socios de Edesa, tras subrayar que atraviesan por una situación «límite».