Manel, desde el Ampurdán al mundo... en catalán.

El 9-N de la música catalana

Propuestas e hitos del cancionero en catalán: desde el Dúo Dinámico a Manel, pasando por Lluis Llach y el Canet Rock

Miguel Pérez

Sábado, 1 de noviembre 2014, 01:43

A una semana de la consulta soberanista prohibida en Cataluña (falta por ver si el Tribunal Constitucional tumba también el pseudoreferéndum y Artur Mas hace doblete), conviene recordar que la música también ha sido partícipe de numerosos vaivenes fronterizos; a veces, en busca del idilio y, otras, de la confrontación más severa. He aquí algunos de los hitos que han jalonado la reciente historia de las canciones interpretadas en catalán

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Los Javaloyas. En 1967, la banda valenciano-mallorquina más veterana del pop español lanzó un EP titulado Un verano en Mallorca en el que incluían la canción de Tony Obrador Ella Torná, que también fue la cara B del single Bona Nit. No era la primera vez ni sería la última que cantaban en catalán. Otros grupos y solistas de la época también hicieron sus incursiones en este idioma, dotado de una cadencia melódica muy apta para el pop. El Dúo Dinámico grabó Ai aquells ulls tan negres, versión del éxito Aquellos ojos negros, y Luis Aguilé lanzó Barcelona, Barcelona mucho antes que Montserrat Caballé y Freddie Mercury. La discográfica Rama Lama tiene en catálogo el doble Grans Èxits del Pop en Catalá que refleja fielmente el idilio del pop de los años 60 y 70 con el catalán.

Canet Rock. Festival contracultural y contestarario que seguía el ejemplo de Woodstock (mística, amor y mantas sobre la hierba) celebrado en Canet de Mar entre 1975 y 1978. Nada sería igual después de aquella manifestación de rebeldía surgida al final de la dictadura de Franco. Pau Riba, Companyia Elèctrica Dharma, Jordi Sabatés, Gualberto, Iceberg o María del Mar Bonet formaron parte de la primera edición. La última, la del 78, se escoró decididamente hacia el punk y el rock sin matices e incluyó por primera vez a bandas internacionales como Blondie y otras que triunfaban en el circuito español, caso de Tequila, aparte de alumbrar la que se considera primera canción del rock en catalán: Ciutat podrida, de La Banda Trapera del Río.

Lluis Llach. Su recital en el Camp Nou en 1985 es el capítulo mitológico de la música catalana. El cantautor ampurdanés se atrevió a ofrecer el primer concierto que tenía lugar en el campo del Barça desde su construcción en los años 50. El reto era llenar. Y lo hizo: 103.000 personas acudieron a la convocatoria y protagonizaron la mayor demostración de sentimiento catalanista conocida jamás en la cultura autóctona. Al grito de «somos una nación», el público fue saludando cada canción de Llach, que cerró la actuación con la interpretación de Els Segadors coreada por los cien mil espectadores. «Es la voluntad terca de las personas de este pueblo», dijo Llach al ser preguntado por la respuesta popular al concierto.

Sau. Banda pionera del rock catalán encabezada por el cantante Carles Sabater y el guitarrista Pep Sala. Funcionó desde 1987 hasta 1999, cuando Sabater murió repentinamente sobre el escenario. Sau participó junto a Sangtraït, Sopa de Cabra y Els Pets en el histórico concierto del Palau Sant Jordi celebrado el 14 de junio de 1991 que sentó las bases del rock catalán como fenómeno propio. La Generalitat, presidida entonces por Jordi Pujol, vivía en la arcadia catalanista precorrupta e impulsó bastantes actividades relacionadas con este sonido (nadie sabe si a cambio de comisiones), lo que generó el debate malicioso sobre hasta qué punto era un movimiento puramente cultural o venía subvencionado por el nacionalismo. Debate alimentado, por otra parte, por la vocación catalanista de algunas de las bandas adscritas al rock catalá. Sin embargo, los grupos siempre han rechazado este vínculo y algunos han trascendido incluso fronteras hasta ingresar en la historia del rock español.

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Pepet y Marieta. Formación valenciano-catalana con base en Tarragona que en 2013 se convirtió en el referente musical de la denominada Vía Catalana, ya que la Asamblea Nacional Catalana tomó una canción de su repertorio como himno de la iniciativa soberanista. La banda, que mezcla el rock con el ska y la rumba en un tono festivo, ha sido este año la protagonista de la canción del verano en Cataluña y ha lanzado el tema La rumba del #SíSí, banda sonora de la consulta del 9-N.

Antonia Font. En las antípodas de Pepet y Marieta, Antonia Font forma parte de la generación de grupos con talante globalizador que ha superado las barreras idiomáticas. Son mallorquines, pero eso no es inconveniente para que se les incluya dentro del retablo de valores del indie y del pop-rock catalán del nuevo siglo. Se disolvieron en 2013 tras una fértil carrera. Como ellos mismos señalaban, utilizaban su lengua materna en las canciones porque «escribir es una cosa muy personal». O: «Si la música le gusta, la gente no tiene prejuicios con el idioma». En su misma onda podrían situarse otras agrupaciones como Els Amics de las Arts, Mazoni y El Petit de Cal Eril.

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Manel. Otro ejemplo de lo anterior. El cuarteto barcelonés cultiva un pop fresco e inteligente donde lo fundamental es lo que se dice y no el idioma en que se dice. El catalán es un vehículo y no un fin ideológico ni mucho menos reivindicativo. El Ampurdán se queda corto: su enfoque mira al mercado anglosajón. Las canciones de Manel son universales y se apoyan sobre una sólida base musical que combina el indie, el folk y un talante desenfadado. 10 milles per veure una bona armadura, su segundo álbum, es la mejor prueba: alcanzó el primer puesto en la lista de los más vendidos en España. Quizás el tamaño importe, pero el idioma, no.

Mishima. El ejemplo de por dónde va el futuro. David Carabén, Xavi Caparrós, Marc Lloret, Dani Vega y Alfons Serra crearon en 1999 en Barcelona un grupo pop que, con el paso del tiempo, ha depurado su propuesta hasta llegar a una síntesis totalmente alejada de cualquier lectura tendenciosa: apostar por el catalán como lengua pero con la misma ambición que un grupo estadounidense o británico emplea la música en inglés para conquistar un mercado lo más global posible. Sus dos primeros discos fueron editados precisamente en inglés y desde el tercero comenzaron ya a grabar en su lengua materna. En la misma línea figura Amelie, grupo de power pop de raíces americanas surgido hace un lustro en Barcelona que pertenece a la última hornada catalana: sus dos primeros discos, de 2011 y 2012, son en catalán, pero el que han preparado este año y que supone su lanzamiento internacional contendrá material en inglés y ha sido grabado en Estados Unidos bajo las directrices de la agencia que lleva a Auryn.

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