La política se ha vuelto gris
Alaska y Los Pegamoides, Miguel Bosé, Alberto Cortez y Mari Trini animaron la noche electoral de 1982. Mañana no esperen nada parecido
Miguel Pérez
Sábado, 24 de mayo 2014, 03:12
Hubo un tiempo en que la política era gris -aunque tal vez mucho menos que ahora-, pero se intentaba disimular. Y en ese empeño jugó un papel fundamental José María Íñigo, periodista y durante muchos años uno de los principales magos del 'entertainment' en nuestro país. Todavía hoy es seguro que recuerde la noche electoral del 28 de octubre de 1982, aunque, a diferencia de millones de ciudadanos, por motivos ajenos a la victoria electoral de Felipe González que llevó al PSOE al frente del Gobierno por primera vez desde la llegada de la democracia.
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Íñigo condujo esa noche un vasto show musical para acompañar la información que minuto a minuto ofrecieron desde la recién estrenada Torrespaña Ladislado Azcona y Jesús Hermida durante más de siete horas de emisión. Mientras mañana a la noche asistan a la sucesión de políticos y tertulianos que llenarán las cadenas de televisión para analizar las elecciones europeas, los platós llenos de trajes y corbatas, los dirigentes de los partidos hablando ante los micrófonos, piensen que hubo un tiempo, realmente mucho más animado, en que la noche electoral tenía música: en concreto, una gala emitida, cómo no, desde el Florida Park de Madrid.
Corría, claro ésta, 1982. La Movida. Una época en la que en la televisión pública abundaban los programas musicales y las denominadas galas que hicieron famosa a la mítica sala instalada en El Retiro. No se entendía, por tanto, que un especial electoral no tuviera su correspondiente parte musical; no porque la ciudadanía fuera a apagar el televisor -mañana la cuestión es si la gente lo enciende o pone un DVD-, sino porque era lo que había: cultura y cierto matiz lúdico.
La cosa fue así: por aquel programa, eficazmente llamado 'La noche de todos', desfilaron un buen número de artistas del momento. Desde Miguel Bosé y Ana Belén hasta el director de orquesta Luis Cobos -entonces en pleno auge gracias a sus revisiones de clásicos en clave de pop-, Mocedades, Juan Pardo, Mari Trini, Alberto Cortez, Chiquetete, El Fary, un jovencísimo Bertín Osborne y el cantautor entre los cantautores, Joan Baptista Humet.
Por cierto, Bibi Andersen ya andaba en aquellos tiempos en la farándula: ese mismo año se fotografió con Arnold Schwarzenegger -de paso por España para promocionar 'Conan'- y en la noche electoral puso en conocimiento de millones de personas que había sacado un disco: 'Canto'. Entre su audiencia, María Jiménez, Paco Valladares, Ágatha Lys y el doctor Alfonso Cabeza -el popular médico presidente del Atlético de Madrid-, que eran invitados prácticamente fijos a los shows televisados del Florida Park, ya fuera un especial de Navidad, 'Esta noche... fiesta', programa también conducido por Íñigo, o 'Viva el espectáculo', de la incansable Concha Velasco. La discoteca era un prodigio técnico en la época. Disponía incluso de un moderno sistema hidráulico para mover el escenario, que contrastaba vivamente con el toque kitsch de su enorme lampara de cristal central, entre cuyas finalidades estaba servir de ancla al tejado del edificio.
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'Bailando', de Alasba
La actuación más 'movida' del especial corrió a cargo de Alaska y Los Pergamoides, encaramados a la cresta del éxito gracias a 'Bailando'. Pero mientras Felipe González y Alfonso Guerra saludaban desde la ventana del Hilton, la mítica banda se descomponía. Apenas dos meses más tarde, anunciaban la disolución del grupo en la sala Yoko Lennons de Bilbao, donde ofrecieron su último concierto oficial. Luego, se fueron a dormir al hotel Nervión.
Como todas las noches memorables, aquella del 82 contó con sus propias leyendas. Nadie sabe si es cierto, pero se cuenta que los productores de la gala intentaron llevar al Florida Park a Julio Iglesias aprovechando que se encontraba de visita en Madrid para depositar su voto. También, que hubo unos cuantos artistas de relumbrón que se quedaron en puertas de actuar porque el tiempo del espectáculo se consumió antes, debido a los frecuentes cortes establecidos para ofrecer información sobre el recuento de votos y abrir conexiones con las sedes de los partidos políticos. Incluso, se dice que más de uno le rogó a Íñigo que le dejara unos minutos en esecena, conscientes de que todo el país estaba enchufado al televisor y que 'La noche de todos'- era en realidad 'el concierto de todos'. Pero tranquilos, mañana también estarán Cañete y Valenciano para animar el cotarro.
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