Cientos de personas se concentraron esta noche en Gamarra. J.Andrade.

500 personas quedan en Vitoria para retarse de nuevo en carreras ilegales en Lantarón

La Policía bloquea a parte de los asistentes en una parking de Gamarra sin poder evitar el retorno de estas pruebas 20 meses después del accidente mortal en Júndiz

Domingo, 12 de octubre 2025

«Me enteré por mis amigos y decidimos ir a ver. Tras quedar en Gamarra, primero fuimos a Lantarón y de ahí acabamos en Miranda». ... Como Carla, de sólo 19 años, medio millar de personas respondió la noche del sábado a la llamada en redes sociales para recuperar las carreras ilegales en Vitoria, prácticamente desaparecidas desde el 13 de enero del año pasado. Esa madrugada, los jóvenes Izaro y Cristian fallecieron tras chocar su coche contra un turismo, inmerso en un pique con otro deportivo, en una recta del polígono industrial de Júndiz. Los conductores de los tres vehículos están procesados.

Publicidad

Ajenos a esa doble tragedia, que por fin alentó al Ayuntamiento de Vitoria a instalar cámaras de seguridad disuasorias en la zona del impacto, alrededor de 500 personas coparon el parking de un conocido restaurante de comida rápida de la calle Portal de Gamarra. Acudió tanta gente y vehículos que también completaron las plazas de los negocios adyacentes. La 'kdd' (quedada en el argot) convocaba «a las 22.00 horas» con la promesa de desvelar la ubicación de las primeras carreras «a las 0.00 horas».

Ver 18 fotos

Jóvenes graban con sus móviles la quedada. J. Andrade.

EL CORREO fue testigo directo de este multitudinario regreso. La mayoría de los asistentes eran jóvenes. Pero también había familias con niños pequeños. Y un número importante procedía de otras provincias.

Para esas horas la Policía Local peinaba Júndiz en su busca, por lo que los organizadores solicitaron que no se realizaran derrapajes ni acelerones para intentar pasar desapercibidos. La sugerencia cayó en saco roto muy pronto. Para las 22.30 horas, varios conductores comenzaron a picarse entre ellos. Sin mover sus automóviles, unos quemaron rueda, otros hicieron rugir al límite sus motores dejando enormes humaredas por el caucho quemado. «Dale primo», vociferó una adolescente. Alguno también se atrevió a competir por las calles adyacentes. A partir de ahí, las centralitas de la Policía Local y la Ertzaintza, según ha sabido este periódico, comenzaron a recibir llamadas ciudadanas.

Publicidad

Con las luces encendidas

A las once de la noche apareció el primer coche patrulla de la Policía Local. Fue recibido con abucheos. Cinco minutos después, un par de todoterrenos de la Ertzaintza se internó en el parking principal con las luces y las sirenas encendidas. Tampoco sirvió. Más pitidos. Y lo mismo sucedió a las 23.23 horas.

Cada vez que la presencia policial se recogía, los presentes se envalentonaban y las competiciones por descubrir quién forzaba más su motor se sucedían ante una marabunta de jóvenes ávidos de grabarlo todo. En esas idas y venidas, varias personas corrieron serio riesgo de ser atropelladas puesto que algunos conductores se empeñaron en avanzar a una velocidad indebida entre el gentío. El parque móvil congregado correspondía a modelos de gama media, aunque también acudieron un Lamborghini, un par de Porsches y varios BMW tuneados.

Publicidad

Para las 23.30 horas, la Policía Local y la Ertzaintza modificaron su estrategia. Ante el riesgo que entrañaba la concentración, la práctica totalidad de patrullas de ambos cuerpos fue convocada en este punto. Y en vez de acceder al aparcamiento, los uniformados sellaron todas las salidas. Establecieron un control por el que tuvo que pasar todo automóvil estacionado en el interior. Los uniformados extendieron, al menos, «cinco sanciones» por diferentes irregularidades. Cuatro correspondieron a la Guardia urbana y una, por parte de la Policía autonómica.

Como se prometió, los móviles cantaron la alerta de la primera ubicación a las doce en punto. Había que enviar un mensaje privado a una cuenta de Instagram y ésta indicaba el polígono de Lantarón. «Estuvimos menos gente que en Gamarra porque muchos estuvieron retenidos más de media hora por los policías», se sincera Carla. En la recta de este área industrial se produjeron varios piques entre turismos de alta cilindrada, muchos trucados.

Publicidad

Carrera presuntamente celebrada esta madrugada de domingo en el polígono de Lantarón.

La notificación del segundo punto de encuentro saltó poco antes de la una de la madrugada. Los conductores debían dirigirse a una zona empresarial de Miranda de Ebro. Aquí, los duelos se ampliaron a competiciones entre coches y motos. El público rondó las 200-300 personas.

Uno contra uno

La mecánica de estas pruebas ilegales es bien sencilla. Un mínimo de dos vehículos sale de un punto y compite en una recta por llegar primero a una meta. Así se ha hecho durante décadas en Júndiz, con numerosas operaciones policiales entre medias. Hasta que el 13 de enero del año pasado los jóvenes Izaro y Cristian fallecieron. Desde entonces, esta práctica se había trasladado fuera de Álava. La semana pasada, por ejemplo, hubo una quedada similar en Orduña (Bizkaia).

Publicidad

Preguntado por este rebrote, el Departamento vasco de Seguridad señaló a este periódico que «sobre las 0.45 horas de esta madrugada» recibieron «un aviso ciudadano» de la posible celebración de estos duelos en Lantarón. Dos recursos se desplazaron a este enclave del Sur de Álava, pero los participantes ya se habían marchado a Miranda de Ebro.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad