Sube la delincuencia

Vitoria ya sufre 46 delitos al día por el auge de los hurtos y las ciberestafas

Casi la mitad corresponde a hurtos. En grandes superficies, tiendas de moda y también comercios minoristas. Estos delincuentes se llevan ropa para vender en webs de segunda mano; bicicletas y patinetes que hallan acomodo en otras latitudes; o productos gourmet como jamón y conservas o artículos de higiene personal que se despachan en mercadillos. «El 90% de los que llevan a cabo estas acciones actúa para lucrarse, no por necesidad», ataja el responsable de seguridad de una conocida firma implantada a nivel nacional.

Otro 20% de esas 12.645 infracciones penales corresponde a los delitos informáticos. Una variante descontrolada desde que la pandemia modificó los hábitos de buena parte de la sociedad. En estas fechas, hoy se desarrolla el black friday, las ciberestafas se disparan. «Y lo peor es que pocas veces se recupera el dinero invertido o se pilla a los autores. En estos casos lo mejor es tirar de sentido común. No fiarse de esas ofertas increíbles en que se ofrecen duros a cuatro pesetas ni hacer casos a mensajes que te piden datos personales», matiza un ertzaina especializado.

Alquileres vacacionales, productos de segunda mano, sorteos, avisos suplantando a tu banco, peticiones de cambio de claves por alertas inexistentes, paquetes de productos nunca solicitados, secuestros exprés... El abanico en este campo es casi interminable. Hace pocas semanas, un ciudadano madrileño compareció en la Audiencia Provincial de Álava acusado de lucrarse con un falso alquiler. Resultó que alguien le suplantó la identidad y le cargó el mochuelo. «Llevo tres juicios», desveló.

A estos dos grandes bloques delictivos se agrega la lacra que no cesa de la violencia de género (795 atestados, incluido el asesinato de Maialen a manos de su ex en primavera) y una «mayor agresividad» en las calles, transformados en «robos con violencia» y «lesiones». «Sí hemos notado que hay más agresividad. Entre los que pegan palos y en las peleas que pueden surgir una noche de fiesta», destacan patrulleros de ambos cuerpos.

Los robos con violencia se han incrementado en un 17,7% en la capital alavesa. De 169 a 199 atestados abiertos, según las bases de datos oficiales de ambos cuerpos de seguridad.

«Antes, una pelea de bar se saldaba con cuatro puñetazos. Ahora uno puede acabar en urgencias», advierten uniformados sondeados. En febrero, un joven con trabajo estable y sin antecedentes acuchilló a cuatro personas en una discoteca en una riña común. Portaba navaja habitualmente, como un número indeterminado de vecinos de Vitoria. Desde entonces se puso en marcha un plan anticuchillos, saldado con decenas de expedientados.