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Vitoria se prepara para un Carnaval masivo con restaurantes llenos y fiestas en discotecas
Muchos hosteleros doblan turnos de comidas y el ocio nocturno recupera los cotillones de nochevieja
Mientras el Ayuntamiento ultima las medidas especiales que tomará para el fin de semana más esperado del invierno, los hosteleros no dan abasto aprovisionando sus ... despensas. Vitoria quiere fiesta por todo lo alto pese al llamamiento a la mesura que ayer mismo lanzó la consejera de Sanidad, Gotzone Sagardui. Tras un año sin disfraces y carrozas, se espera un carnaval por todo lo alto.
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Las comparsas, que tuvieron ayer su puesta de largo en Villa Suso, también contribuirán a este ambiente que se prevé pletórico . Los restaurantes son optimistas: las agendas tachadas por la cascada de cancelaciones en la sexta ola dan paso ahora a reservas a rebosar que les han obligado a doblar turnos de comidas y cenas en muchos casos. «Este pasado diciembre y enero han sido los peores que he conocido en 20 años de negocio, pero este febrero va camino de ser el mejor», se muestra así de entusiasta Luis Ángel Plágaro, de Sukalki.
En numerosos locales del centro se las han ingeniado para dar el doble de menús. Legundos turnos de comida se rifan y en su mayoría ya están completos desde hace dos semanas. Con ilusión afrontan su reapertura en La Regadera tras un incendio hace dos meses. «Ya tenemos el sábado completo y el domingo solo me quedan unos pocos huecos», se felicita Mikel Fiestras. «Antes para las cenas, al tener que cerrar a la una, la gente prefería hacer 'tardeo'. Ahora vemos que empiezan a venir cuadrillas más grandes y se quedan a tomar los cacharros», cuenta Mikel Bilbao, del Asador Matxete.
Y para aquellos que no hayan tenido suerte para poner de acuerdo a los suyos con el lugar, los bares tendrán los mostradores bien surtidos de pintxos. «A tope» esperan verse a la hora del poteo en Sagartoki, que recuerdan que tendrán la terraza y la barra «libre para el que quiera venir», recalca Raúl Fernández.
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En la calle, los 4.753 miembros seleccionados de las 23 comparsas concitarán la atención de miles de viandantes. Para evitar aglomeraciones, se estrenará un nuevo recorrido para el desfile, que evitará el centro y atravesará la capital alavesa desde la calle José Mardones hasta la plaza de la Constitución. La ausencia más que sonada será la de los pintores de Vitoria, que no se dejarán ver por la estación y Dato.
Antes no faltarán el jueves de lardero y otros tantos eventos. Habrá en el día tiempo también para unirse a las fanfarrias. La asociación Indarra y su espectáculo de danza y folklore 'Kimuak' devolverán el viernes a los vitorianos tradiciones tan queridas y añoradas como el carnaval rural. Los asistentes podrán cargar en la Florida a Prionterón con todos los males del año para después, entre las notas de los txistus y las gaitas, ser enjuiciado y colgado.
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Fiestas
Hay bares y salas que proponen algo especial, como la Kobatxa, abierto en plena pandemia. Nada de las típicas cenas de cuadrillas. «Este año buscábamos diferenciarnos y vamos a hacer una fiesta. Habrá entrada para controlar el aforo y habrá actuación en directo. La única premisa será venir disfrazado», anima Juan Carlos Antolín.
De mimos irán disfrazados el sábado los camareros de The Garage que por fin podrán celebrar ese fallido cotillón de Nochevieja. «Hemos traído a tres DJ y a un robot led para que anime el ambiente y la gente se haga fotos». La Jimmy Jazz también recuperará aquella fiesta que no pudo celebrar y en Mitika ya trabajan para ambientar la sala. Todo sea por apurar hasta el último minuto de fiesta antes de que el martes queme la sardina.
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Las tiendas se llenan de disfraces 'revival'
Las vitorianos apuran las horas para rebuscar entre los pasillos su disfraz. En la Casa de las Fiestas han cargado sus estantes con los trajes más 'revival'. «Este año se recupera los motivos de las series de los noventa», explica Ainhoa Barrio. Así, entre los más demandados, vuelven a estar esas sagas de personajes míticos como Picapiedra y los Cazafantasmas. «Estos últimos años al no haber tanto cine, las modas las han marcado las series». Por eso, si en Halloween el traje que se llevó la palma fue el de la Casa de Papel, para esta temporada siguen marcando tendencia los Peaky Blinders. En Chinatown también apuestan por los clásicos. Allí los mayores tiran de los disfraces de animales y los niños de los de superhéroes. «El de Batman se vende mucho», dice Huan.
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