Vitoria invertirá 1,7 millones en renovar y mantener las rampas mecánicas hasta 2028

Al concurso se había presentado una segunda firma especializada que se ofrecía a realizar los trabajos por menos dinero, pero que tras muchos análisis ha sido excluida por los técnicos municipales. Creen que tras estudiar su informe de justificación de precios y costes «no garantiza que se pueda cumplir de manera correcta la ejecución del contrato sin que se produzca una merma de la calidad establecida en el pliego».

El Ayuntamiento no está dispuesto a que le ocurra como con la anterior firma (Schindler) a la que impuso más de una docena de sanciones por las averías (sobre todo de las escaleras de los cantones de San Francisco Javier y La Soledad). Tras la finalización en julio de 2024 de la prórroga del contrato que tenía con esta empresa, Espacio Público tiró de una solución intermedia mientras preparaba una nueva licitación. En este tiempo, Orona ha intervenido de diferente manera en las 13 rampas mecánicas del Casco Viejo y los elevadores. Por ejemplo, se han hecho ajustes en cadenas de tracción y trenes de rodillos y se han sustituido pasamanos o llavines de arranque. Además de hacer frente a los continuos actos vandálicos, que es un problemas añadido.

La nueva contrata dispondrá de un plazo de 12 meses para los trabajos de renovación de las instalaciones elevadoras y de tres años para su mantenimiento integral. Según el pliego de condiciones, las rampas presentan «deterioro» como «consecuencia tanto de su localización a la intemperie y en zonas de ocio nocturno como de su antigüedad». Por eso, se aconseja «acometer una inversión inicial de renovación de algunos elementos, de forma que se subsanen los principales problemas que actualmente ocasionan paradas recurrentes y mal funcionamiento». Y se cifra en 1,2 millones de euros el precio de estos trabajos.

Casi otro medio millón de euros es el que el Ayuntamiento destina para el mantenimiento ordinario y la reparaciones por vandalismo.

No son los únicos condicionantes que pone el Consistorio. Exige a la empresa que supervise a diario todos estos elementos para anticiparse a las averías y que no tarden más de cuatro horas en atender las reparaciones que sean necesarias. Además, a modo de «sistema de control de calidad», una empresa vigilará a la firma encargada del mantenimiento de las escaleras para tratar de aplacar los fallos recurrentes.