El arqueólogo Leandro Sánchez muestra los silos neolíticos de 5.000 años de antigüedad hallados en Júndiz. Rafa Gutiérrez
Visita arqueológica

La última parada de la calzada romana

Gran expectación ·

El pasado domingo se repitió una jornada de puertas abiertas antes de que el TAV sepulte los hallazgos. «Es una oportunidad única para ver el yacimiento»

Sábado, 1 de abril 2023

«Ha sido una oportunidad única. En un rato, hemos visto siglos y siglos de Historia». No exageraba cuando hablaba de oportunidad única Iñaki Sarasola, ... uno entre el más de un centenar de curiosos que han asistido este sábado a la visita guiada que han organizado los arqueólogos de la excavación en Júndiz con motivo de las obras del TAV -a su paso por Margarita-. El descubrimiento de una calzada romana de la llamada Iter XXXIV, que unía Astorga y Burdeos, así como los restos de un poblado neolítico mucho anterior, de hace 5.000 años, el hallazgo más significativo según los expertos, ha funcionado como un imán para historiadores, arqueólogos, pero también para familias y vecinos de diferentes puntos del territorio y de Euskadi interesados en la historia de los antepasados.

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A las once de la mañana de este sábado, ese camino que une Júndiz con Trespuentes (A-4302) se llenaba de curiosos que siguieron las explicaciones de los arqueólogos Leandro Sánchez y Egoitz Alfaro, responsables de Qark Arqueología, y la presentación de Rafael Varón, autor del estudio de síntesis del 'ITER XXXIV a su paso por Álava'. Esta jornada de puertas abiertas se repite el domingo 2 de abril, a la misma hora y es la última oportunidad para ver esos restos antes de que el futuro tren de alta velocidad sepulte el descubrimiento. Sarasola, que se enteró del hallazgo por la noticia adelantada por EL CORREO, también se ha sorprendido por la gran «cantidad de gente» que ha visitado la excavación.

Aunque el recorrido de la calzada por esa zona ya se recogía en un estudio de impacto ambiental, se desconocía el estado. «No teníamos ni idea de qué nivel de conservación y después de los primeros sondeos se decidió excavar. Sabíamos que iba a estar aquí. Pero la sorpresa fue la aparición de un poblado prehistórico muy anterior a la calzada», apuntaron los expertos. En realidad, la pertinente excavación realizada junto a la calzada se hizo en busca de restos de una necrópolis asociada a Veleia o algún arrabal de la ciudad. Finalmente, «no apareció nada romano, pero sí un poblado que existió 3.000 años antes de que llegaran los romanos».

Como guía de esa visita se sumó de forma espontánea Alfonso Alday, profesor del Prehistoria de la UPV-EHU, debido a las dudas de diferente tipo formuladas por los visitantes. Alday comentó que un aliado de la arqueología en estos caso suele ser el «azar» sumado a los buenos trabajos de campo. Y recordó que el primer dolmen hallado en Álava, el de Aizkomendi, en 1813, fue fruto de la casualidad. Al mismo tiempo, Alday reconoció que se emocionó tras leer la noticia de este descubrimiento porque, de alguna manera, venía a confirmar algunas hipótesis que venían tiempo planteando los expertos. «Sabíamos que en los alrededores de Vitoria hubo unas comunidades neolíticas muy potentes, pero no las encontrábamos», apuntó acerca de este yacimiento neolítico de Álava. También explicó que existen otros de este tipo en Castilla y León, que se conocen simplemente como 'campos de hoyos' por los silos asociados a las cabañas.

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Los visitantes han mostrado su curiosidad por los hallazgos. Rafa Gutiérrez

Entre quienes acudieron a esta particular visita se encontraban también algunos vecinos de Trespuentes. «Cuando vimos las vallas y que se había cerrado, sospechamos que se había encontrado algo», contaban Itxaso Latorre y Asun Oraa, que llevan algunos meses conviviendo con las «molestias causadas» por las obras. ¿Sienten que este hallazgo es una buena noticia? «Buena noticia con algo de final amargo porque se va a cubrir. Aunque como han explicado los expertos a veces es protegida y cubierta como mejor están estos yacimientos».

También familias con sus hijos se acercaron al lugar, a veinte minutos en coche de Vitoria. «Estamos descubriendo los encantos de Álava, ver la riqueza del patrimonio te hace pensar que hay un tesoro por explotar», apuntaba Joane Boira, acompañada de su marido y dos hijos. «Estoy deseando ver una recreación en 3D de la zona», comentaba al referirse a las posibles publicaciones para difundir los estudios que allí se realizan.

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Los arqueólogos seguirán desarrollando sus labores de investigación durante aproximadamente un mes y después se prevé que se sepulten los hallazgos por las obras del Alta Velocidad. «Está claro que el ser humano sigue utilizando las mismas vías de antaño y por esa misma vía va a pasar ahora un tren», comentaba Iñaki Sarasola tras una visita que se prolongó algo más de hora y media.

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