Un temporero trabaja en un viñedo de una bodega de Samaniego. Igor Aizpuru

Rioja Alavesa contratará menos temporeros para una vendimia con poca uva pero «excelsa»

Los viticultores esperan arrancar la campaña en torno al 20 de septiembre, 11 días más tarde que el pasado año

Sábado, 17 de agosto 2024, 02:05

Bakary, Sikou, Oumar, Sidy, Mahamadou... y tantos otros llegan cada año de Mali, de Marruecos, de Senegal para dejarse el lomo en el campo. De ... la cereza en Zaragoza pasan a Lleida y Huesca para la recogida de la nectarina y el melocotón y de ahí a Álava para afrontar la vendimia. Hasta 3.000 temporeros acostumbran a recalar cada año en Rioja Alavesa. Esta vez, sin embargo, las previsiones apuntan a que la cifra podría ser sensiblemente inferior.

Publicidad

Distintas fuentes del sector consultadas por este diario coinciden en señalar que esta campaña se precisará menos mano de obra que en otras vendimias. Se estima que puedan llegar una horquilla de entre 2.500 y 2.750 peones agrarios. Son alrededor de un 10% menos de lo habitual. ¿El principal motivo? Todo apunta a que la producción será menor a la de otros años y las bodegas también están ajustado la mano de obra necesaria a esta previsión.

15%

menos de producción esperan recolectar este año los viticultores, que destacan el estado sanitario óptimo del viñedo a la espera de más lluvia.

«Todos los años traemos a una cuadrilla de ocho personas, siempre me gusta trabajar con los mismos y este año me voy a apañar con seis: entre que los precios están por los suelos y que hay mucha menos uva, no hay otra solución», razona un viticultor con varias fincas en Villabuena. «Es cierto que va a hacer falta menos personal para sacar adelante el trabajo», tercia otro bodeguero de Samaniego.

En la UAGA sí pretenden mantener a los mismos peones agrarios de su programa de contratación en origen. «Vendrán entre 300 y 400», sostiene Juan Luis Bujanda, responsable de temporerismo del sindicato. Por poner la cifra en perspectiva, hace un lustro la Unión Agroganadera de Álava traía a casi 600 personas cada año.

Publicidad

A la espera de la vendimia, los viticultores no le quitan ojo ni al cielo ni a los boletines meteorológicos. A comienzos de semana, se activaron varias alertas Rioja Alavesa y el pasado lunes descargó un fortísimo aguacero en algunos puntos de la comarca. En Moreda de Álava cayeron más de 10 litros por metro cuadrado en tan solo 20 minutos. Con todo, por allí respiraban con alivio tras esa pequeña tempestad. «Esta cantidad de agua no solo no hace daño sino que le viene muy bien al viñedo, lo ha refrescado, veníamos de días con mucho calor y hay que tener en cuenta que este año ha llovido muy poco, quitando lo que cayó en primavera», detalla Jesús Bauza, vocal de viticultura de la UAGA.

350 personas

contratará la UAGA en origen para trabajar en la vendimia este año. Hace un lustro se traían a casi 600 peones agrarios.

Esas lluvias, tan limitadas, han tenido un impacto directísimo en la producción. «Viene una vendimia muy corta, con pocos racimos y más pequeños, pero con una sanidad extraordinaria», destaca Bauza sobre la calidad de la uva. La incidencia este año del mildiu, ese dichoso hongo que acostumbra a traer de cabeza a toda la comarca, ha sido prácticamente testimonial.

Publicidad

Temor al granizo

«La viña está muy buena, aunque es verdad que estaremos en un 15% menos de producción que el año pasado, la sanidad es muy buena, excelente, aquí en Labastida solo nos castigó un poco el granizo (en julio se registraron algunos episodios puntuales) que se solucionará con trabajo de selección en bodega», destaca Carlos Fernández, propietario de Bodegas Tierra, que hace unos años fue ungido con el título de mejor vititucultor de la Denominación de Origen Rioja por el mismísimo Tim Atkin.

Las previsiones del bodeguero pasan por comenzar a cosechar los primeros racimos sobre «el 24 y el 26 de septiembre, a la espera de que pueda caer algo de lluvia a comienzos del mes». Como él, la mayoría de bodegueros han marcado esa tercera semana del próximo mes para el inicio de la campaña. «Serán unos once o doce días más tarde que el año pasado», confirma Fernández.

Publicidad

Estos días lo que atribula, y mucho, a los viticultores de Rioja Alavesa es la previsión de posibles tormentas de granizo. «En el momento en el que estamos una granizada tendría un efecto devastador, ahora no tendríamos tiempo a recuperarlo», destaca el vocal de viticultura del sindicato agrario.

Peones descansan en la sala común de su alojamiento. Blanca Castillo

Álava cuenta con 140 alojamientos registrados para acoger peones agrarios

El trabajo en el viñedo ya es lo suficientemente duro como para, además, no contar con un lugar digno en el que poder descansar al finalizar la jornada. El convenio colectivo de trabajo de temporerismo de Álava es muy claro al respecto: los empleadores están obligados a ofrecer un alojamiento a los peones agrarios siempre y cuando su lugar de empadronamiento esté a más de 70 kilómetros lo que, en la práctica, afecta a casi la totalidad de estos trabajadores.

Y, desde luego, no sirve con cualquier espacio para albergar a estas más de 2.500 personas que se esperan para trabajar en la campaña. El Gobierno vasco establece unos requisitos mínimos de seguridad, higiene y confort que deben cumplir estos espacios. Entre las condiciones que han de cumplir estos espacios, se establece la necesidad de que los dormitorios dispongan de 4 metros cuadrados, con baños con ducha (diferenciado por sexo si el alojamiento tiene capacidad para más de ocho personas), además de contar con extintores, botiquín y un área de enfermería para aquellos inmuebles que den cobijo a más de 40 personas.

Los alojamientos deben estar incluidos de forma obligatoria en un registro del Gobierno vasco. En la actualidad hay 144 equipamientos dados de alta en todo el País Vasco, de los que 140 se encuentran en Rioja Alavesa. Según consta en el propio censo, estos alojamientos tienen una capacidad que fluctúa entre las cuatro y las 40 personas que da cobijo una gran bodega de Villabuena. En total suman 1.410 plazas. La cifra no llega a cubrir ni a la mitad de los temporeros que habitualmente llegan a la comarca para trabajar en la vendimia. Cada año, las inspecciones afloran alojamientos no regulados para este tipo de trabajadores.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad