El Gobierno ve un «cambio de tendencia» aunque valora nuevas restricciones
El LABI se reúne a finales de semana para analizar el efecto de las últimas medidas y estudiar si limita aún más las reuniones de personas
TERRY BASTERRA
Lunes, 16 de noviembre 2020
Las restricciones impulsadas por el Gobierno vasco en los últimos días de octubre y primeros de noviembre comienzan a tener un efecto claro en los datos. Por primera vez en dos semanas Euskadi baja de los mil casos diarios. Este lunes el Departamento de Salud notificó 801 nuevos contagios por coronavirus. Una cifra «muy alta y preocupante», pero también la más baja desde el 20 de octubre, hace casi cuatro semanas.
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Euskadi superó el pasado jueves el que podría ser el pico de esta segunda ola. Desde entonces los principales indicadores con los que se mide la evolución de la pandemia (casos diarios, incidencia acumulada, tasa de positividad, índice Ro...) «están mejorando rápidamente», valoró este lunes Ignacio Garitano, coordinador del Programa de Vigilancia y Control del Departamento de Salud. «Se ha cambiado la tendencia y eso es una noticia importante. Se empieza a notar el efecto de las medidas», aseguró por la mañana Jonan Fernández, coordinador de la comisión técnica para el control de la pandemia del Gobierno vasco, Pero tanto uno como el otro pidieron «prudencia». Los próximos días van a ser claves para consolidar el descenso por la curva de contagios.
Pero estos buenos datos -los primeros en prácticamente mes y medio- no quitan gravedad a la situación actual. En las dos últimas semanas en Euskadi se han infectado más de 18.000 personas, de las que cerca de un millar acabarán ingresadas. Eso dicen los números y las previsiones que maneja Osakidetza en base a las hospitalizaciones de semanas anteriores. Como muestra los 988 hospitalizados por Covid de los 14 días previos. Parte de estos ingresados acabarán en unas UCI que el lunes tenían 145 camas ocupadas por enfermos de coronavirus. Esta patología representa ya el 58% de los pacientes ingresados en las unidades de críticos. La presión hospitalaria aumenta de forma constante y lo seguirá haciendo, al menos, lo que resta de mes.
A finales de esta semana se volverá a reunir el LABI para valorar el efecto de las últimas restricciones, entre las que destacan el cierre de la hostelería y el adelanto del toque de queda a las 22 horas. Jonan Fernández avanzó el lunes en declaraciones a Euskadi Irratia que en esa cita «se tomarán las decisiones que haya que tomar». Encima de la mesa está la posibilidad de dar un nuevo giro a la tuerca de las limitaciones para apuntalar el descenso en los niveles de contagios. Dos son los aspectos que se valoran: restringir aún más las reuniones de personas y 'tocar' «los entornos de relajación», según apuntó el Gobierno vasco en una nota. Busca evitar las agrupaciones.
El objetivo es «evitar el confinamiento», la medida que hasta la fecha se ha mostrado más efectiva para cortar la transmisión; eso sí, a costa de un gran daño social y económico. Lakua quiere poder hacer uso de esa herramienta «si fuese necesario». Por este motivo, como varias comunidades autónomas más, Euskadi ha pedido ya en dos ocasiones al Ministerio de Sanidad la modificación del Real Decreto del estado de alarma para articularla de forma legal sin la necesidad de tener que esperar. También solicita autorización para aumentar aún más el toque de queda.
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Los datos son «muy altos»
A la espera de ver si a finales de esta semana se adoptan nuevas restricciones, lo que parece seguro es que no se van a relajar las vigentes. «Hay que tener en cuenta que los datos que teníamos eran muy negativos y altos, y que, aunque se ha evidenciado una bajada en los últimos días, aún van a seguir siendo muy altos, por lo que habrá que mantener algunas medidas para que esa tendencia siga siendo a la baja, siempre teniendo en cuenta los datos e informes del Departamento de Sanidad y tras consultar el dictamen del consejo técnico del LABI», manifestó Fernández.
Los datos que presenta la pandemia, aunque mejores a los de la pasada semana, no dejan duda sobre la complejidad de la situación. El lunes la tasa de positividad de las 10.309 pruebas analizadas se situó en el 7,8%. Casi cuatro puntos menos que el pico del pasado 7 de noviembre, pero aún lejos del 4% que marca la Unión Europea para estar en unos niveles de transmisión comunitaria aceptables. El índice Ro está por debajo de 1 en todos los territorios por primera vez desde comienzos de octubre.
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Son datos favorables. El problema es que las tasas de contagio de Euskadi son tan elevadas que aún es mucho el terreno que hay que recortar al virus. «No podemos estar tranquilos con unas cifras por encima de 500 casos. Estamos obligados a bajar esa incidencia con la aplicación de medidas», indicó el pasado miércoles el viceconsejero de Salud, Iñaki Berraondo, en el Parlamento vasco. En estos momentos las tres provincias vascas superan esa tasa de incidencia acumulada en los 14 días. La media de Euskadi es 824. En Álava están en 541. Bizkaia se sitúa en 731. En Gipuzkoa el escenario es peor. Está en 1.075 casos. Esta elevada transmisión, junto con la situación de los hospitales -hay 661 pacientes ingresados por Covid, 44 de ellos en las últimas horas- es lo que hace a Lakua valorar la necesidad de endurecer aún más las medidas para frenar al virus.
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