Violencia de género

Ratifican los 15 años de cárcel al vecino de Amurrio que violó y vejó durante meses a su ex

En las épocas en las que residió en otro domicilio de Amurrio adaptó su estrategia de acoso sistemático. Un día telefoneó a su ex 180 veces. El siguiente subió hasta las 248 llamadas en 16 horas. Una cada cuatro minutos. También les amenazó con «explotar» su vivienda. Con ellos dentro, claro. El infierno de esta mujer y sus pequeños les dejó marcados. «Mi papá me da miedo», admitió su hija en el juicio celebrado en Vitoria en el verano de 2022.

En enero del siguiente año, la Audiencia Provincial de Álava le condenó a un global de 15 años de cárcel –pero sólo diez años y medio efectivos– por los cargos de «maltrato habitual, amenazas continuas, vejaciones, agresiones sexuales continuadas con penetración y quebrantamiento de medida cautelar». Como suele ser habitual, la defensa del condenado recurrió en un intento de demorar el castigo.

Primero al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que en tan sólo tres meses le respondió con un sonoro no. A partir de ahí, apelaron al Supremo, cuyas decisiones son definitivas aunque suelen tardar en producirse. La suya sobre este asunto llegó la semana pasada. En un fallo de ocho páginas, esta sala echa por tierra la argumentación de este solicitante, que tiene 46 años.

El redactor de la sentencia es el magistrado Ángel Luis Hurtado, conocido por ser el ponente del 'caso Faisán', un chivatazo policial que impidió una operación contra el aparato de extorsión de ETA. En sus conclusiones critica que el recurso «se extiende en 15 líneas» compuesto por «una serie de afirmaciones carentes de fundamentación». Básicamente, el reo dice que su versión es la buena y que tanto su ex como los dos menores mienten. «No es razonable que la sola versión que mantiene el condenado pueda primar frente a un creíble testimonio de la víctima, avalado por los informes psicológicos y el testimonio de los hijos».

Este carpetazo definitivo al caso llega apenas dos meses antes de que expirase la prórroga de dos años de prisión preventiva emitida por la Audiencia Provincial de Álava. El tiempo ya pasado entre rejas se descontará de la condena que por fin ha alcanzado la firmeza.

Se trata de uno de los casos más graves de violencia de género y doméstica evaluado en el Palacio de Justicia de Vitoria. Porque tras las primeras denuncias de su ex, le colocaron una pulsera telemática de control que solía quitarse. La amenazó con matarla a ella y a sus pequeños. Esta mujer fue señalada. «Denunciar ha supuesto una gran pérdida para la víctima, su familia la culpabiliza a ella», remarcó la sentencia de la Audiencia de Álava.