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58 rapaces 'alavesas' llevan un GPS a cuestas
Milanos reales, alimoches,buitres leonados, aguiluchos, picos medianos y un águila real son vigilados
Zélie lleva colocada una mochila con el localizador que permite a los integrantes del programa europeo Aquila a-LIFE saber no sólo adónde va sino ... dónde duerme, cuándo come o en qué momento descansa. Si deja de moverse, saltarán las alarmas. Oteo, Korres, Ega y Luma fallecieron tras posarse entendidos eléctricos. Con Iber se llegó a tiempo y logró recuperarse de las heridas.
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Zélie es muy especial pero no es la única ave a la que los técnicos forales vigilan mediante GPS. El servicio foral de Espacios Naturales y Biodiversidad monitoriza en estos momentos a 58 hembras y machos de siete especies diferentes de rapaces y además de manera puntual sigue los movimientos del pico mediano, el visón europeo y los galápagos. Este seguimiento, explica Marta Olalde, jefa del servicio, es fundamental para el conocimiento científico de estas aves, la mayoría de ellas amenazadas o en peligro de extinción.
7especies de rapaces están monitorizadas desde Álava. Llevan el sofisticado GPS 16 águilas, tres alimoches, un águila real, 11 buitres leonados, 14 milanos reales, cinco aguiluchos pálidos y ocho cenizos. además, se monitorizó a 36 picos medianos y de vez en cuando a algún visón europeo.
«Se trata de saber cómo usan el espacio, ver dónde se alimentan, dónde descansa, dónde anidan». Los GPS, instalados en pequeñas mochilas de material flexible, no sólo son la versión moderna de los anillos y las marcas alares, son capaces de aportar detalles hasta ahora insospechados. «Miden la inclinación y están dotados de acelerómetros así que sabemos cuándo se agacha para comer. Vigilamos cuándo está en reposo o por ejemplo si se ha quedado enganchado». «Si sabemos cómo usa el espacio podemos adecuarlo a su hábitat, por ejemplo, desbrozando una zona».
Los GPS ayudan a identificar también los peligros letales y se puede trata de intervenir. Por ejemplo, seguir la pista del veneno que ha acabado con algunos milanos reales y alimoches o requerir a las empresas eléctrica para que aíslen postes.
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Y permiten el intercambio de información entre los técnicos de los diferentes programas de conservación de especies de las comunidades autónomas. Así han avisado a Navarra de que una de las águilas marcadas en Álava se ha emparejado allí o están en contacto con Aragón para tratar de que el quebrantahuesos vuelva a criar en el territorio.
Álava sigue los vuelos de tres alimoches. Van hacia el Sahel a pasar el invierno. Los guardas sueñan con que regresen a reproducirse aquí. Gracias al seguimiento de 11 buitres leonados saben que su población se ha estabilizado con colonias en Valderejo, Sierra Salvada, Entzia o el Aizkorri-Aratz. Con el milano real, la provincia tiene una espinita, ya que aquí solo pasa el invierno. Viene de Suecia, Dinamarca, Polonia, Alemania o Suiza pero no se reproduce, detalla el técnico de Biodiversidad, Íñigo Moreno. Los aguiluchos cenizos y pálidos tienen costumbres parecidas y Álava sólo tiene marcada un águila real, que es la que les disputa el territorio a las 'boonelli'.
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La rapaces, por su envergadura, pueden llevar un GPS que pese el equivalente al 2% de su propio peso. Pero cuando el animal a monitorizar es pequeño, como el pico mediano que habita los bosques de Izki, se opta por transmisores minúsculos de 1,6 gramos y se les sigue por radar. Así se marcó hace cuatro años a 36 jovenzuelos picamaderos.
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