«Me insistían con Pfizer hasta el último minuto»
Los trabajadores esenciales fieles a AstraZeneca consiguen «por fin» la segunda dosis. Desde ayerse las dispensan en el 'vacunódromo' de Lakua
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Muchos de los visitantes ayer al frontón de Lakua, convertido en 'vacunódromo' de una procelosa campaña, lo abandonaron con gesto aliviado. Sellaban así largas semanas ... de incertidumbre para los trabajadores esenciales –policías y profesorado, principalmente– que sintieron el primer pinchazo de AstraZeneca, allá por febrero y marzo, y quedaron atrapados en un limbo generado por la propia administración.
Como Olalla. Esta educadora de 42 años explicó que «ha sido poco menos que una odisea. Cuando conseguías rellenar todos los formularios, no quedaba claro si el envío se había completado. Te quedabas en un limbo». A ella, la dosis definitiva del preparado anglosueco le llegó con la campana sonando. «Hoy –por ayer– a la tarde se cumplía el plazo, así que estoy contenta».
La referencia a esas «dificultades» para repetir con la misma fórmula eran constantes. «No nos han puesto demasiadas facilidades, la verdad», compartió Sandra, andereño de 29 años. «Por fin han llamado. Me he mantenido firme en seguir con AstraZeneca porque mezclar no es bueno, o eso han dicho varios estudios, ¿verdad?». Con el remedio contra el dichoso virus en sus venas, Sandra tenía un deseo. «Ojalá todo el mundo esté vacunado pronto y podamos retomar nuestra vida».
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Pasado el mediodía, numerosos ertzainas y policías locales comenzaron a pasarse por este punto. Otra vez «la sensación de abandono». «Hasta ayer (por el viernes)no nos han querido confirmar este segundo pinchazo. Hablabas con Osakidetza y hasta el último minuto te sugerían la opción de Pfizer», relató un agente de la comisaría de Portal de Foronda.
En este sentido, desde Erne, el sindicato mayoritario en la Policía autonómica, censuraron la «actitud» del Gabinete Urkullu. «Las coacciones contra los colectivos esenciales, como son la Ertzaintza y las policías locales, no callaron a Erne (que interpuso una denuncia). Nos alegramos de que en el Gobierno vasco haya vuelto cordura y respeto al derecho de los ciudadanos que les asistía –y más habiendo existencias– a disponer de la segunda dosis de AstraZeneca. Ahora se verá cómo se deciden muchos de ellos por la misma», declaró a EL CORREO el secretario general de esta agrupación, Roberto Seijo.
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Con los mayores de 50
Según los datos proporcionados por Osakidetza, este fin de semana se inyectarán unas 5.200 dosis. Ese totum revolutum juntó ayer a trabajadores esenciales fieles a AstraZeneca con mayores de 50 años. A estos les inocularon, al menos ayer, la monodosis de Janssen. «Ya pasé el Covid y ni me han preguntado, así que me voy doblemente vacunada», ironizó la abogada Mercedes Betrán.
El matrimonio formado por Dani y Marian salió a la par. «Te sientes liberado. Tengo muchísimas ganas de que nos podamos quitar ya el tapabocas», expresó él. «Y nos vamos a poder ir de vacaciones en julio más tranquilos», agregó ella.
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Las colas brillaron por su ausencia. «Sólo ha habido un poco a primera hora, pero nada que ver cuando los 'clientes' eran personas más mayores, que tienden a venir con muchísima antelación», manifestaron desde el interior del 'vacunódromo'. «Está muy bien organizado», alabó Rubén, de 52 años. «¿Que qué voy a hacer a partir de ahora?Lo mismo que antes, pero con más seguridad», manifestó risueño.
Y entre tanto personal de mediana edad destacó la aparición de Hipólito Fraile. 81 'primaveras' le contemplan. «Y voy a vivir hasta los cien», aseguró con voz firme. Hipólito perdió turno en su momento «porque estaba en La Rioja y no iba a hacerme 100 kilómetros por un pinchazo». Los sucesivos requerimientos de Osakidetza terminaron por convencerle. «Me vuelvo a Ezcaray que hay mejor atmósfera que aquí».
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