Objetivo: unas fiestas de La Blanca sin agresiones

Caminar con paso rápido, llevar las llaves y el móvil en la mano o respirar con alivio cuando se comprueba que los pasos que se oyen tras la espalda no pertenecen a un hombre se han convertido en tristes rutinas para las mujeres cuando regresan por la noche a casa. Y en La Blanca serán muchas las jornadas que se alargarán hasta altas horas. Impulsada por la ola feminista que inundó la ciudad el pasado 8 de marzo, y con la intención de que vitorianas y vitorianos disfruten de sus fiestas en igualdad, instituciones, particulares y cuerpos de seguridad se han unido para crear una batería de medidas y protocolos que reduzcan las situaciones de riesgo a las que las chicas se enfrentan.

Algunas de las mayores novedades tendrán lugar en el ámbito del transporte urbano. Tuvisa, por ejemplo, comenzará a ensayar el servicio de paradas intermedias 'anti-acoso' en la línea G3 el 4 de agosto. Este recorrido une el centro con Armentia y Zabalgana y constituye una de las seis rutas nocturnas con mayor demanda. Las mujeres y los menores de edad podrán bajarse en paradas que ya funcionan de día o en puntos intermedios para evitar caminos oscuros y situaciones peligrosas durante los fines de semana. La decisión final sobre dónde apearse siempre la tomarán los conductores, que a través de esta prueba piloto se familiarizarán con un sistema que ya se utiliza en Nantes, Barcelona o Vigo. No obstante, genera algunas dudas a feministas como Begoña Muruaga, del foro María de Maeztu. «¿Qué ocurre si un hombre o una persona transgénero desea utilizar el servicio? Parece una medida discriminatoria», apunta la extrabajadora de Emakunde.

Bilbao y San Sebastián lo pusieron en marcha hace un mes. La primera lo hizo en todas sus líneas y ya ha recibido 25 solicitudes. «Que las paradas intermedias se utilicen es bueno, pero que dejasen de ser necesarias también lo sería al significar que la ciudad transmite seguridad», apunta Alfonso Gil, el concejal bilbaíno de Movilidad y Sostenibilidad. En Donosti, el servicio Dbus implementó el sistema de paradas bajo demanda en una única línea nocturna, la D8. «Cinco mujeres lo solicitaron la semana pasada, estamos satisfechos pese a que aún hay que darlo a conocer», señala Igor González, director gerente de Dbus.

Radio Taxi y Taxis Celedón, por su parte, han anunciado que esperarán a que las usuarias que lo pidan entren al portal durante todo el año -un gesto que ya tienen muchos profesionales del gremio- para reducir el riesgo de agresiones. «No nos importaría que estuviese incluido en la ordenanza de Vitoria, como ocurre en Bilbao, es algo que nos parece de sentido común», subraya Izaskun López de Sosoaga, presidenta de la Asociación del Taxi Alatax.

Mientras, desde el Ayuntamiento de Vitoria se ha lanzado la campaña 'Jailarai, berdintasunez blai!' ('¡Empapados de igualdad!') para promover una actitud positiva y de empoderamiento respecto a las mujeres y el colectivo LGTBI. Los teléfonos 945 134 444 (servicio municipal de urgencias sociales) y 092 (Policía Local) permanecerán activos durante todo el día y habrá especial vigilancia de Policía Local y Ertzaintza en las zonas más propicias para estos delitos. «Las últimas horas de la noche y las primeras del amanecer son peligrosas y las patrullas aumentarán su presencia», avanza Kepa Solla, portavoz de la Guardia urbana.

La Unidad de Violencia de Género de la Policía Local, la primera en entrar en contacto con las víctimas de estas agresiones y de la violencia intrafamiliar, se ha reforzado con tres agentes y ya alcanza los nueve miembros. A su vez, el punto de información Beldur Barik, en el cruce de las calles Postas y Lehendakari Aguirre, ahora también brindará atención a las posibles víctimas. Ofrecerá acompañamiento y los recursos necesarios para una primera actuación ante casos de violencia machista en coordinación con el SMUS y la Policía Local. El punto informativo y de atención estará abierto del 4 al 9 de agosto, de 17.00 a 23.00 horas.

Habrá educadores de calle en las zonas donde se divierten los jóvenes para proporcionarles información, bares y establecimientos hosteleros colgarán carteles contra la violencia machista y los edificios de la ciudad se teñirán de una luz morada para recordar que las fiestas no son excusa para propasarse. La Comisión de Blusas también ha actualizado su protocolo para incluir en él las agresiones contra colectivos LGTBI. Todo ello para tratar de dejar los balances de víctimas a un lado para siempre.

Como exresponsable de La Blanca, Maite Berrocal desea que todos los vitorianos vivan la fiesta en libertad e igualdad de condiciones. «Los chicos no salen con la idea de que les van a meter una paliza, pero las chicas aún tienen miedo», recuerda. Aunque está a favor de todas las medidas que contribuyen a mejorar la seguridad, proyectos como el de las paradas intermedias le suscitan numerosas dudas. «El autobusero y el taxista no son quienes deben velar por nuestra seguridad, es el Estado el que debe eliminar los comportamientos violentos mediante la educación», defiende.

Berrocal invita a la sociedad a girar el foco y «hablar más de los agresores y sus motivos y menos de las víctimas». «Los asesinatos machistas están quedando en un segundo plano, y no podemos olvidar que la mayor parte de la violencia sexista tiene lugar en el hogar».