«Hasta el día que me muera seré capaz de estar en un directo»

A Mercedes Milá le «horroriza» la etiqueta de maestra de la televisión porque, dice, «es casi como que te entierran». Y a ella le queda cuerda para rato ya sea junto a su schnauzer en 'Scott y Milá', el programa de Movistar+ que presentó este jueves en el XII FesTVal sin fecha de estreno, o en cualquiera de los proyectos que le ponen sobre la mesa. «Es emocionante que con 69 años me sigan llamando», admite.

– ¿Qué supuso retomar 'Scott y Milá' en un momento tan complicado?

– Volver a trabajar fue una alegría enorme, la normalidad fue bienvenida.

– ¿Cómo llevó el confinamiento?

– Sólo tenía que cuidar las gallinas y hacer la comida, y pensaba que iba a leer, a ver muchas series... pero no me ha dado tiempo a nada. Una cosa que me encanta de esta situación es que no puedes hacer planes y eso te desestresa, lo valoraba cada día porque mi vehemencia me decía 'tengo que' y no podía hacer nada. Ahora estoy terminando los libros que empecé entonces.

– En este tiempo ha cultivado Instagram.

– Me siento muy bien en Instagram. Yo no quería ni Facebook, ni Twitter, pero mi sobrina Ana me dijo que Instagram me iba a entusiasmar y me hizo una foto en un escaparate al lado de mi casa y pensé '¡qué sosada!'. De eso han pasado tres o cuatro años y soy plenamente consciente de que Instagram te enseña, de engancha y te conecta con el mundo y la gente. ¿Sabes todas las cosas que estoy aprendiendo? Y no me quita de leer, ni de ver el periódico, de la televisión sí, pero me entretiene y trato de ser creativa a la hora de publicar algo. A mí me gusta compartir e Instagram es compartir.

– Dice que le gusta también utilizar la televisión como medio de ayuda. ¿Cómo lo hace?

– Se ve en todo lo que hago y cada vez más. En 'Gran Hermano' se me vio muchas veces mirando a cámara y saludando a alguien que estaba en el hospital o diciendo el nombre de alguien. Quienes trabajamos en televisión tenemos un poder brutal y no lo usamos.

– ¿Echa de menos el plató, la adrenalina del directo?

– Yo estoy muy cómoda con este programa y la idea de que Scott compartiera pantalla me parece un acierto enorme y eso no lo voy a tener en un directo. Pero creo que hasta el día que me muera, salvo que me muera muy mal, seré capaz de estar en un directo. Cuando hacía 'Gran Hermano' u otros programas en directo siempre decía que me iban a tener que aguantar con la cachavita entrando al plató.

– ¿Y le llegan ofertas?

– Algunas cosas, sí. Tengo suerte en eso, es emocionante que con 69 años me sigan llamando para plantearme proyectos.

– En su curriculum aparecen centenares de entrevistas, ¿le gustaría retomar ese formato?

– Una entrevista es la magia del periodismo y yo tengo una tendencia peligrosísima que es que en cualquier parte, en una cena, en una boda, hago entrevistas. No me importaría volver pero me quedo más en el hoy y en el momento y si tiene que ser, será.

– ¿Cree que muchos de los personajes que entrevistó ahora se negarían o que cuesta hoy más que el entrevistado se abra?

– Por eso me largué. Hubo un momento en el que la gente te decía sí, sí, sí a la entrevista y de repente era no porque tenían miedo, estaban en manos de abogados, los gabinetes de marketing les recomendaban que no salieran o que si lo hacían fuera con las respuestas perfectamente preparadas... Mira, por ejemplo, yo creo que no tendría precio ni para nuestro país, ni para él mismo, que el rey Juan Carlos hablara en una entrevista de verdad, sin condiciones, cara a cara con la gente.

– Y supongo que le encantaría ser la encargada de lanzarle las preguntas.

– Mucho, hombre, sería una entrevista extraordinariamente importante, histórica, pero creo que todos mis compañeros podrían hacer una buena entrevista.

– Con Miguel Bosé ha charlado en más de una ocasión ante las cámaras y, además, es amigo suyo. ¿Qué le parecen sus palabras sobre el coronavirus?

– Simplemente puedo decir que me ha extrañado enormemente la agresividad con la que ha entrado en este terreno y, por supuesto, respeto su postura, pero me parece que su fama le obliga a matizar frente a una pandemia como la que sufrimos. Me cuesta muchísimo hablar de Miguel sin estar de acuerdo con él, porque siempre lo estoy, pero en esta ocasión no aunque le adoro y le quiero igual.

– En las entrevistas suele acercarse al personaje, acostumbra a tocarle. ¿Cómo lleva esa falta de contacto por la pandemia?

– Yo soy muy 'tocona' de natural, en la vida real también, por eso me resulta tan difícil ahora no poder abrazar, pero sí cojo manos cuando veo que alguien está pasando un mal rato.

– En el primer episodio de la nueva temporada de 'Scott y Milá' hablan sobre la familia. ¿Qué rol juega en la suya, compuesta por seis hermanos?

– Soy la mayor y soy muy mandona o, por lo menos, eso dicen ellos, y soy protectora, un poco gallina con los pollitos.

– ¿Se arrepiente de no haber formado su propia familia?

– Nunca, estoy muy contenta con cómo he estado siempre. Tengo gente muy cercana que son mi familia y no echo nada de menos de eso en particular. Además, me permite mucho más ocuparme de mis sobrinos.

– En el programa aborda también la empatía animal y eso que hasta que llegó Scott nunca había tenido perro.

– Ahora estoy descubriendo esa relación y me parece fascinante, de una intensidad... Hay perritos educados por familias para ayudar a niños con epilepsia o diabetes y que les han enseñado, por ejemplo, a identificar el olor que produce esa enfermedad cuando se va a producir el ataque y en 'Scott y Milá' presenciamos la cesión de esos perros a los chavales que van a salvar. El episodio de los animales te va a flipar.