La lucha policial contra la marihuana aflora este año más de 200 kilos y 600 plantas en Álava

EL CORREO ha recopilado los datos de los cuatro cuerpos policiales que luchan contra este fenómeno que no cesa. En lo que va de 2022, el periodo comprendido de enero a septiembre, entre Ertzaintza, Guardia Civil, Policía Local y Policía Nacional se han incautado de algo más de 200 kilogramos de esta sustancia. La práctica totalidad, a cargo del instituto armado. A su vez se han requisado unas 600 plantas; 550 por parte de la Benemérita y 41 por efectivos de la Ertzaintza. Respecto a los sospechosos, van diez personas procesadas por la vía penal y la mitad figura en actas abiertas por la Guardia urbana.

Aparte de la existencia de una boyante demanda local, este volumen de incautaciones muestra asimismo el 'negocio' a cargo de una minoría que exporta sus producciones a otras provincias, incluso al extranjero. Por ejemplo, buena parte de la 'maría' descubierta en naves de polígonos industriales de la capital alavesa tiene Francia como destino final.

Estos invernaderos de kilómetro cero, indican desde el Departamento vasco de Seguridad, «tienen un volumen de plantas importante, superando a veces las 1.500 unidades». El guion suele ser un calco. Los traficantes alquilan una nave en desuso sin desvelar su intención real a los propietarios. «Invierten grandes cantidades en acondicionar el local, nos hemos encontrado instalaciones de hasta 70.000 euros», desgrana un agente local especializado. Semejante coste pronto se amortiza. «Prácticamente con una o dos cosechas», enfatiza.

La explicación es que un kilogramo de cannabis en Euskadi se vende a unos 2.000 euros, dependiendo de la calidad. Esa misma mercancía eleva su cotización en mil euros nada más cruzar la frontera con Francia. En el Reino Unido puede llegar a los 7.000 euros. Allí enviaba su mercancía una mafia china descubierta en un elegante chalé arrendado en Estíbaliz. A los dos peones pillados por la Policía autonómica les cayó una multa de 90.000 euros tras alcanzar un acuerdo para evitar su proceso en el Juzgado de lo Penal número 2 de Vitoria.

Hermelo Molero es el mayor especialista de la Ertzaintza en la lucha contra el narcotráfico. Lleva más de 22 años en esa cruzada. Y no tiene dudas cuando señala que, hoy en día, las plantaciones industriales de 'maría' son para los delincuentes «uno de los mejores negocios que hay en el mundo de las drogas». Mas rentable que la cocaína, las anfetaminas y «muchísimo más» que la heroína. Por varios motivos.

El principal se refiere al menor reproche penal que acarrea esta actividad delictiva. «Al estar catalogada como una droga 'blanda', las penas de cárcel van inicialmente de uno a tres años», reconocen desde la Fiscalía de Álava. Con la cocaína o el speed, en cambio, medio centenar de gramos puede implicar un mínimo de un trienio entre rejas. Eso sí, las multas por defraudar el fluido eléctrico -para abaratar costes ya que estos cultivos necesitan luz prácticamente las 24 horas del día- suelen ser muy cuantiosas. El Ministerio Público alavés ha logrado varias multas por encima de los 80.000 euros.

¿Quiénes andan tras estos negocios fraudulentos? Los pequeños invernaderos en casas y lonjas -que no suelen superar las treinta macetas- pertenecen a «personas que actúan a nivel individual», explican desde Seguridad. Hay clubes cannábicos cuyo responsable ha acabado en una sala de vistas.

Cuando las producciones superan el medio millar de macetas, destacan desde la Ertzaintza y la Guardia Civil, entran en juego mafias organizadas. «Suelen tener personal que realiza funciones de mantenimiento de la plantación y vigilancia de las instalaciones para evitar robos, llegando a dormir allí», afirman desde la Policía autonómica.