Lakua y Aena negocian cómo repartirse los costes de urbanizar el polígono de Foronda
La consejera Arantxa Tapia asegura que el VIAP «será una realidad porque hay voluntad por todas las partes»
Cuatro grandes parcelas, un vial estructurante -con enlace a la carrera de Estarrona- y el dique para contener posibles inundaciones del Zaia. Son las piezas ... clave del polígono industrial de Foronda que este 2022 ha vuelto a dislocarse. Ninguna termina de encajar: el muro antirriadas, por una sentencia que lo considera nulo; el vial, al no moverse una piedra en los dos años de autorización para ejecutar las obras. Y la parte urbanística, por un Plan General de Vitoria en vía muerta que tendría que aportar seguridad jurídica.
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Esto último ha llevado al Gobierno vasco a prorrogar un año más la inversión de 2,3 millones en la compra de terrenos. Y va ligada al frente que Lakua tiene abierto con Madrid: quiere que Aena, propietaria de dos de esas cuatro parcelas, comparta los costes de urbanización de los 900.000 metros cuadrados sobre los que se asentaría el enclave industrial. «Tenemos que gestionar con ellos cómo imputamos de esos costes parte a nuestras parcelas y a las suyas. Pero, desde luego, la voluntad de todos es ponerlo en funcionamiento cuanto antes», asegura Arantxa Tapia en declaraciones a este periódico.
La responsable del Departamento de Desarrollo Económico deja entrever que ese es uno de los motivos por los que Sprilur, la sociedad pública de promoción y gestión de áreas empresariales y polígonos industriales, no ha proseguido este año con las operaciones de compra -adquirió los primeros 150.000 metros en 2019 y desde entonces hace constar que posee 466.416-.
«Lo que no quisiéramos es poner en marcha una de las parcelas con los costes que supondría tener que hacer el vial, la protección (el dique) y demás», y que no podrían cargarse a esa única parcela porque sería «inasumible. En eso estamos todos de acuerdo. Lo que queremos es ponerlo todo en su conjunto para que sea viable a futuro y tengamos proyectos», remarca.
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URA y Diputación
Aún con el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Ebro, URA sería la entidad pública vasca encargada de acometer la obra. La Diputación de Álava es la responsable de ejecutar la mejora de ese vial clave que es la A-3302, a la altura de Estarrona, y que incluye la construcción de un nuevo puente. Los presupuestos forales ya incorporan este año una partida de 750.000 euros para una licitación de obras que no se activará hasta 2023.
Tapia entiende que los problemas con el dique se han diluido. Una opinión que no comparten en la Plataforma Dikerik Ez, que integra a concejos, grupos ecologistas y partidos contrarios al levantamiento de ese muro antiinundaciones. «Ya se ha despejado la parte de protección del río», incide la consejera. De hecho, su departamento no ha recurrido el fallo judicial. «La Diputación de Álava también está muy implicada en el entorno y desde luego yo creo que tendremos una solución», insiste convencida además de «la plena voluntad» del Ayuntamiento para dar luz verde a su Plan General.
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«Queremos poner en marcha el proyecto en su conjunto porque si no sería inasumible»
Así que gira el foco hacia esa negociación con Aena que, desliza, estarían empezando a fluir. «No hemos entendido que tuviera una prisa excesiva (en todo este tiempo) pero ya nos estamos intercambiando algunos documentos» para concretar un acuerdo, dice. Incluso plantea que , a efectos prácticos, «nosotros tenemos las parcelas nuestras adquiridas, pero es necesario poner en conjunto las nuestras con las de Aena para imputarnos los costes de urbanización de toda esta obra».
Así que el Gobierno vasco y Aena compartirán un polígono industrial en el que existirán «dos propietarios diferentes» a efectos de la gestión de su superficie. No así en lo que se refiere a la atracción de proyectos, que será coordinada. ¿Plazos? Ninguno. Tapia sostiene que «probablemente (el polígono) será una realidad más tarde que más temprano, pero desde luego que va a ser una realidad porque hay voluntad por todas las partes». Ya se ha consumido una década.
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