Los jardineros de Vitoria seguirán en huelga tras el rechazo unánime a la oferta del Gobierno vasco

Así, tras un día de alta tensión, los operarios mantienen su órdago. Y la negociación entre las dos partes regresa ahora al punto de partida, pues el Ejecutivo autonómico ya les trasladó el lunes que ese planteamiento era el único que iba a realizar. «Esta decisión es decepcionante y tiene un claro componente político. Desde el Ayuntamiento exigiremos el cumplimiento de los servicios mínimos», aseguró la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, poco después de conocer la decisión.

Desde que el Departamento de Trabajo liderado por Mikel Torres pusiese sobre la mesa su propuesta el lunes, los acontecimientos se precipitaron. De manera vertiginosa y con giros de guion sorprendentes que condujeron, finalmente, al definitivo rechazo. Desde el primer momento, Enviser dio su visto bueno y conminó a la parte social a aceptarlo.

En la propia mesa, ELA, sindicato mayoritario, mostró su predisposición al acuerdo porque, aunque la subida salarial no era la deseada, existían puntos que podrían facilitar que los trabajadores estuviesen más «cómodos». Desde ESK y LAB se mostraron mucho más críticos al señalar que la propuesta económica seguía lejos de sus pretensiones.

Los representantes sindicales se comprometieron a llevar la propuesta a la asamblea de trabajadores de ayer. Pero ELA se adelantó con una reunión entre sus afiliados el mismo lunes. En principio iba a ser solamente informativa, pero finalmente se acabó votando. Y eso causó el malestar de varios de los que no estuvieron presentes y eran contrarios a aceptar el texto. El resultado de esa consulta salió favorable a acabar con el paro, pero solo por un voto y la evidencia de que había un gran rechazo por parte de los que no habían votado. De hecho, esa noche se trasladó al Gobierno vasco de que la oferta iba a ser rechazada.

Así pues, ayer, en vista de que dentro de sus afiliados no había consenso, ELA se sumó a la negativa de ESK y LAB. Y las tres centrales trasladaron la decisión de rechazar de manera unánime el acuerdo en una reunión, eso sí, muy tensa.

Ese nuevo convenio recogía un incremento salarial para el presente ejercicio del 5%, del 2% tanto en 2026 como en 2027 y de 2.250 euros en el salario base de cara a 2028, además de mejoras importantes en el apartado social. Eso sí, se quedaban sin el plus especial de peligrosidad. Papel mojado ya. Hoy los trabajadores trasladarán su negativa a Lakua de forma oficial en otra reunión prevista al mediodía.