Estas son las reacciones de los grupos en las Juntas Generales

En un enfrentamiento de alto voltaje resultó evidente que los conservadores buscaban el combate 'cuerpo a cuerpo' con Ramiro González y su 'número dos', Pilar García de Salazar. Mientras, se optaba por un tono muchísimo menos áspero con Emilio Sola, diputado de Políticas Sociales (también miembro de la 'pata' nacionalista del Gobierno de coalición), y que en teoría tiene un carácter más técnico que político en la gestión de la crisis

Oyarzábal acusó al diputado general de haber hecho caso omiso de las alertas sanitarias que existían en otros puntos de Europa antes de que el virus llegase al territorio y le reprochó hacerlo «a sabiendas» de cuál podía ser su devastador efecto. «Ha faltado a los alaveses. Ha fallado a las personas más vulnerables», censuró Oyarzábal. «Las cifras que deja la pandemia son escalofriantes, más de 360 muertos y 3.000 personas contagiadas, de los que alrededor de 600 son sanitarios. Tenemos unos de los peores datos del País Vasco y España, y eso nos parece gravísimo. ¿Hay que preguntarse por qué?», se cuestionó el dirigente popular. «Esto es un auténtico desastre. ¿Qué ha pasado? ¿Qué no hicieron ustedes? ¿Qué hicieron tarde y mal? ¿Qué errores se cometieron? ¿Quiénes son los responsables? ¿Alguien asumirá las responsabilidades?», planteó.

El mandatario del PP cargó toda la responsabilidad sobre los hombros del PNV por estar al frente del Gobierno vasco, la Diputación y los principales ayuntamientos de la comunidad. «Son los que han tomado todas las decisiones que han afectado a Álava. No cabe hacer el avestruz y esconder la cabeza bajo la excusa del ámbito competencial. Usted es el responsable político de lo que sucede en Álava. Tenía la obligación de informar y alertar a la población, de tomar medidas a tiempo y no le escuchamos decir nada», acusó. E indicó cómo las autoridades contaban con información sobre lo que podía ocurrir desde enero, pero a la que hizo caso omiso. Oyarzábal apenas recibió respuestas a sus múltiples preguntas.

Su grupo político también censuró la gestión de las residencias, la toma de decisiones para apoyar a las empresas, los presupuestos, las ayudas a autónomos, los retrasos en el cobro de los ERTE y la situación en Rioja Alavesa.

Considera «insuficiente» el 'planÁ' presentado por González, pero se abre a «trabajar entre todos» para salir de la crisis

El portavoz de EH Bildu, Kike Fernández de Pinedo, llegó a la sesión de Juntas Generales con el más que evidente objetivo de hablar sobre el plan para superar la crisis del coronavirus que presentó la pasada semana. «Trabajemos entre todos para salir de esta crisis», planteó en tono conciliador. En este sentido, lanzó su propuesta de que se constituya una mesa de diálogo, una idea que el diputado general, Ramiro González, volvió a rechazar. En el Ayuntamiento de Vitoria, el Gabinete Urtaran, en minoría, sí ha aceptado algo similar.

Para el dirigente independentista, el 'planÁ' desarrollado por el Gobierno foral es «insuficiente» y eso que incluye algunas de las aportaciones realizadas por EH Bildu. «Una situación extraordinaria requiere nuevas soluciones», argumentó Fernández de Pinedo, por lo que mantuvo su mano tendida para alcanzar pactos. Eso sí, consideró «poco inteligente» que González quisiera «tensar la cuerda» recordando que los votos del PNV y del PSE suman mayoría absoluta y sirven para sacar adelante las medidas sin apoyo de la oposición.

Otro de los asuntos en los que ayer se reiteró EH Bildu fue en la elaboración de un diagnóstico sobre la situación actual de los servicios sociales de la Diputación y más aún tras la pandemia.

Los diferentes representantes del PNV que ayer pasaron por la tribuna defendieron la gestión realizada por sus compañeros de partido, sobre todo, en el Gobierno vasco. «Osakidetza ha sido capaz de gestionar esta crisis sin ninguna clase de espectáculo, sin ningún macrohospital», afirmó el diputado general, Ramiro González, en referencia al recurso sanitario instalado durante semanas en la feria de Madrid, Ifema. Defendió su gestión criticando la que realizan otros, sobre todo la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP), y censuró la doble vara que usa la formación conservadora, que allí culpa de todos los problemas al Gobierno de Pedro Sánchez y aquí, al Ejecutivo foral.

Ni él ni la primera teniente de diputado general, Pilar García de Salazar, rehuyeron del combate 'cuerpo a cuerpo' que les planteó el Partido Popular. «Ustedes falsean la verdad. La primera vez puede ser por desconocimiento, pero cuando saben los datos verdaderos seguir insistiendo sólo puede deberse a una cosa, y es que ustedes tienen un interés electoral máximo con palabras gruesas de que aquí se hace poco y mal. Están empeñado en este discurso allí donde están en la oposición. Ya veremos qué pasa en los próximos comicios», sostuvo García de Salazar en referencia a la cercana cita del 12-J.

Cristina González remarca que se han asumido medidas «totalmente» distintas a las usadas en la anterior crisis económica

Tan sólo uno de los 14 puntos que formaban parte del orden del día del pleno de Juntas Generales tenía como destinatario a algún miembro socialista del Gobierno foral y, además, con una cuestión que más bien es competencia del Ejecutivo central. Pero la segunda teniente de diputado general, Cristina González, líder del flanco socialista, no eludió la interpelación sobre supuestos retrasos en el pago de las prestaciones a afectados por un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) y defendió de forma cerrada la gestión de la crisis sanitaria y económica efectuada por Pedro Sánchez y su gabinete.

En opinión de Cristina González, al PP lejos de preocuparle cuándo se ha cobrado -o no- esta prestación, lo que les molesta es que el Gobierno de España esté tomando «medidas totalmente contrarias» a las ejecutadas en la pasada crisis económica. «Los ERTE tienen sus aspectos buenos para empresas, autónomos y trabajadores, pero malos para las personas conservadoras más retrógradas que no desean ninguna movilidad en las políticas para defender a los menos privilegiados», le espetó la socialista a la juntera del PP Marta Alaña.

«No se vayan por las ramas. Quieren tapar con mentiras la buena gestión del Gobierno central con los ERTE, con modificaciones positivas sobre los que proponía la reforma laboral, y el Ingreso Mínimo Vital», afirmó Cristina González visiblemente molesta en un punto que algunos interpretaron como algo ajeno a la gestión de la Diputación y sobre la que tan sólo floreció el recién aprobado aumento en las deducciones fiscales para empresas que contraten a trabajadores.

Arantxa Abecia, portavoz de Podemos en las Juntas Generales, no quiso incorporarse ayer a «la cofradía del santo reproche». Se mostró dispuesta a sumarse a los pactos en políticas sociales y empleo propuestos por el diputado general, Ramiro González. «No se trata de criticar, sino de analizar bien lo ocurrido: qué cosas no han funcionado y qué protocolos han tenido éxito», dijo sobre las residencias.

Y es que desde que Podemos gobierna en Madrid se observa un cambio de actitud en Álava, tal vez conscientes de que no basta con buenas intenciones. «Ahora es el momento de pensar en el después. Qué queremos para nuestros mayores en el futuro y qué aprendemos en esta pandemia», incidió Abecia. Una actitud de mano tendida que mantuvo su compañero José Damián García Moreno que, pese a su talante más revolucionario, se ofreció a sentarse para acordar reformas fiscales.