Juan Fernández, coordinador de innovación en Bioaraba, y Aritz Urcola, jefe de Oftalmología. Jesús Andrade

La IA se abre paso en Osakidetza

La OSI Araba inicia dos proyectos en las áreas de Oftalmología y Urología en los que la inteligencia artificial asiste a los médicos para tomar mejores decisiones

Jueves, 2 de enero 2025, 00:18

Tomar mejores decisiones sobre el tratamiento de una enfermedad o controlar a los pacientes desde la distancia. La inteligencia artificial se define como la «disciplina ... científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana». Cada vez está más presente en nuestras vidas y se aplica en más ámbitos, entre ellos la medicina. Osakidetza no es ajena a esta tendencia imparable y, de la mano de Bioaraba (Investigación Vasca en Salud), ha puesto en marcha dos proyectos para aplicar la IA en la asistencia a pacientes alaveses. En ambos casos, la tecnología ayuda a los médicos a tomar decisiones más informadas y les permite centrarse en las cuestiones más complejas ya que agiliza los trámites más rutinarios y sencillos. «El algoritmo asiste pero siempre es el personal médico el que decide», incide Juan Fernández, coordinador de innovación en Bioaraba.

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El primero de estos proyectos pioneros se ha bautizado como Catalys y está centrado en el tratamiento del glaucoma. Se está desarrollando en colaboración con la empresa Deusto Seidor de Miñano, especializada en desarrollos informáticos, y se encuentra en fase de pruebas. Básicamente de lo que se trata es de ofrecer a los facultativos información precisa sobre qué tratamiento es el más adecuado en el caso de cada paciente de acuedo a la gran cantidad de datos que maneja la aplicación. Esta innovación «parte de una necesidad. El glaucoma es una enfermedad progresiva que presenta varios estadios y todas las personas con antecedentes familiares deberían realizarse una revisión, lo que genera una gran carga asistencial, por lo que había necesidad de hacer un cribado por telemedicina», explica Aritz Urcola, jefe de Oftalmología de la OSI Araba.

«El algoritmo asiste y ayuda pero siempre es el personal médico el que decide finalmente»

Juan Fernández

Bioaraba

El glaucoma es una patología neurodegenerativa que daña el nervio óptico y que en caso de no detectarse a tiempo puede llevar hasta la pérdida irreversible de visión. Se calcula que afecta a casi el 3% de la población mundial y en mayores de 50 años ese porcentaje se incrementa hasta el 8%. «Es lo que se conoce como una enfermedad silenciosa que no presenta síntomas en sus primeras fases, por lo que su detección temprana es clave», sostiene Urcola. En este caso, la telemedicina permite realizar todas las pruebas necesarias a los pacientes en un solo día y el médico después revisa los resultados sin que las personas tengan que acudir varias veces a la consulta. La IA está entrenada con imágenes del nervio óptico y datos clínicos de 4.000 pacientes alaveses y asiste al oftalmólogo para que pueda tomar una de estas tres alternativas: el alta, un seguimiento con telemedicina o derivar al paciente al hospital.

Aritz Urcola utiliza un símil muy sencillo para explicar este algoritmo desarrollado por Deusto Seidor a raíz de datos reales anonimizados. «Es como 'Google Maps', te propone el camino más rápido y sencillo pero eres tú el que tomas la decisión final sobre por dónde tirar». Uno de los principales beneficios del proyecto Casalys es que se reduce mucho el tiempo de toma de decisión del médico y que se gana en eficiencia, ya que puede dedicar este tiempo a casos más complejos. La iniciativa está ahora en la etapa de validación interna y próximamente los algoritmos deben ser validados en entornos médicos más amplios antes de ser utilizados a gran escala, incluso ser exportados a otros hospitales vascos.

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En casos de glaucoma

Una IA entrenada sugiere al facultativo si derivar al paciente al hospital, hacer seguimiento o darle el alta

Pero, a largo plazo, el objetivo es más ambicioso. La intención es poder extender esta tecnología a otras especialidades para mejorar los diagnósticos en otras áreas de oftalmología. «Eso sí, la digitalización debe ir siempre de la mano de la humanización, sobre todo en los casos más graves», coinciden Urcola y Fernández.

Imanol Merino, médico adjunto de Urología y tutor de residentes. Jesús Andrade

El segundo de los proyectos es el conocido como Surgi-AI, en el que Osakidetza va de la mano de E-Processmed, una compañía liderada por el doctor Sebastián Armijos de investigación de nuevas tecnologías y que también tiene su sede en el Parque Tecnológico de Álava. En este caso, la finalidad es realizar un seguimiento de los pacientes que se someten a una cistoscopia, una exploración endoscópica que se realiza a hombres y mujeres introduciendo un tubo con una cámara a través de la uretra.

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En Urología

«Hasta ahora, los pacientes venían, se hacían la prueba y se marchaban a casa. Si se encontraban mal o había complicaciones, volvían a Urgencias. La IA nos permite hacer un seguimiento individualizado de cada caso desde la distancia y de una manera muy sencilla», resume Imanol Merino, médico adjunto de Urología. ¿Cómo? La colaboración del departamento de Urología, Bioaraba y E-Processmed ha permitido desarrollar una 'app' que los pacientes se descargan en sus teléfonos móviles y que les envía una encuesta después de realizarse la cistoscopia. A través de una batería de preguntas, la aplicación detecta si el enfermo evoluciona correctamente o si debe ser visto por un profesional. Las preguntas les llegan a las 24 horas, a las 48 y a los siete días.

Proyecto de urología

Tras una cistoscopia, los afectados se descargan una 'app' que permite hacerles un seguimiento

«Las cistoscopias, como cualquier prueba, tienen sus riesgos. La literatura dice que un 5% de las personas que pasan por ellas tiene alguna complicación posterior. Esta herramienta nos permite adelantarnos y evitar problemas graves», celebra Merino. Los profesionales han desarrollado unos patrones con los que se ha entrenado a la IA, que si detecta que un paciente se sale de la normalidad lanza una alerta.

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Para ello se han recogido datos de 800 pacientes y la valoración en este periodo de pruebas está siendo muy positiva. «Los usuarios solo ven ventajas. Se sienten más vigilados y eso les da tranquilidad cuando se van a sus casas. Por nuestra parte nos permite tener una respuesta más rápida y centrarnos en los casos realmente importantes», resume el urólogo. Ahora mismo, el proyecto está en el periodo de ajuste del algoritmo y después pasará al proceso de validación.

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