La Guardia Civil blinda el cielo alavés con 170 operaciones con drones en un año

Estos vehículos aéreos no tripulados permiten sustituir actuaciones que antes se llevaban a cabo con helicóptero, explican los agentes del equipo desde sus dependencias de Foronda. Los usos que se le pueden dar, de hecho, son muy numerosos. Para empezar, en operativos policiales: para llevar a cabo una entrada o registro en una vivienda o una nave industrial, para controlar el tráfico, para actuaciones de vigilancia... «Un dron pasa mucho más inadvertido para examinar la situación de un inmueble, los puntos de acceso». La búsqueda de plantaciones ilegales de drogas es otra de sus utilidades. Incluso pueden servir de gran ayuda para la localización y rescate de personas que se han extraviado. A ello se añaden usos superficiales como grabar imágenes de un acto o eventos, como se ha hecho en la Comandancia vitoriana de Sansomendi con entregas de medallas o citas conmemorativas.

Los tres agentes que conforman la unidad Pegaso en Álava y el condado burgalés, cabe recordarlo, se dedican al control de toda la aviación ligera; parapentes, ultraligeros, globos aerostáticos. «Somos la unidad fiscalizadora de ese tipo de actuaciones». Una importante parte de las acciones que se desarrollan con los drones en el territorio alavés y especialmente en el enclave burgalés son apoyos, explican los efectivos del instituto armado. En los controles antidroga o las operaciones antiterroristas estos aparatos también han pasado a formar parte de los operativos. Por ejemplo, en una intervención de seguridad o para una investigación «consigues una visión especial, ganas espectro», resaltan.

Tal y como relatan los agentes de Pegaso, el año pasado se produjo un conato de incendio en el condado de Treviño cuando casualmente miembros de la unidad se encontraban en la zona realizando un operativo policial con el dron. El aparato sirvió para dar aviso y apoyar en su intervención a las patrullas, que estaban «dando vueltas» tratando de localizar el foco del fuego en una zona de muy difícil acceso. «Con el dron conseguimos encontrar dónde se estaba iniciando el incendio y gracias a eso no llegó a nada, se pudo controlar».

¿Cómo funciona la unidad? A la hora de volar los drones, los agentes que los pilotan se coordinan con la torre de control de Foronda (los aparatos tienen consideración de aeronaves, por ello es obligatorio hacerlo para cualquier persona). Y en la parte policial, los efectivos se comunican a través de sus transmisores con las patrullas o el servicio. Cuentan también con vehículos y si hay que realizar un apoyo, se despliegan en la ubicación requerida.

La unidad del instituto armado con base en la pista alavesa ha reforzado recientemente su equipamiento con la incorporación de un nuevo dron (con el que ahora tienen un total de dos). El nuevo equipo –un DJI Mavic 2 Enterprise– cuenta con cámara térmica,    lo que ofrece «un amplio espectro de gamas de visualización para diferentes situaciones, por ejemplo incendios o búsqueda de personas».