Fracasa el plan de rehabilitación de viviendas de Vitoria

La brecha entre lo que el Ayuntamiento ofrecía a la ciudadanía y lo que terminó por ejecutarse contrasta, por ejemplo, con la altísima demanda que encontró el último programa que puso en marcha el Gobierno vasco a través de fondos Next Generation el pasado verano. Pese a que el Ejecutivo autonómico no dispone del número preciso de solicitudes por provincias, el hecho de que la partida presupuestaria tuviera que verse aumentada en 60 millones de euros sólo para atender a las solicitudes en tramitación (no llegó para admitir nuevas) demuestra que el interés por la rehabilitación es elevado a nivel de Euskadi.

Cabe recordar, además, que la inmensa mayoría (si no todas) de las ayudas se destinan a viviendas del Casco Medieval, que arrastra actuaciones pendientes en decenas de edificios de sus calles. Según un documento municipal desvelado por este periódico, existen 140 inmuebles que se encuentran «regular», en «mal estado o ruinoso». En la calle Santo Domingo, por ejemplo, la proporción llega a la mitad. Además, existen casos extremos como el desalojo de dos portales de esta calle en 2017, y otros cuatro con su reforma paralizada por falta de fondos. La necesidad, por tanto, es más que evidente.

El equipo de gobierno municipal (PSE-PNV) argumenta que no hay solicitudes pendientes que se hayan rechazado. Es decir, que se ha dado respuesta a todos los expedientes que se registraron, que alcanzan un total de 178. De ellas, 131 están resueltas. Aunque el tipo de intervención está muy repartido, la mayoría de las peticiones incluye fachadas y cubiertas, además de ventanas.

«El montante real que se destina está fijado por el devenir de las peticiones que se reciben y no tenemos constancia de solicitudes aprobadas que se hayan quedado sin financiación», explicó el concejal Pascual Borja (PSE), al frente del departamento de Urbanismo de forma temporal. En este sentido, señaló que aunque el Consistorio quisiera agotar la partida presupuestaria, «no se puede otorgar ayudas a quien no las solicita o no le corresponden».

Sin embargo, el Gabinete Etxebarria realizó cierta autocrítica sobre la forma de tratar de llegar a la ciudadanía para dar salida a estas ayudas. «Tendremos que trabajar en aras de ver dónde están las dificultades. Si son burocráticas, de asesoramiento, acompañamiento...», enumeró Borja. «Tenemos margen para ayudar y colaborar con los interesados, con el objetivo de que esta convocatoria de ayudas sea más ajustada que otras», concluyó el edil.

Sin embargo, las explicaciones del Gabinete Etxebarria no resultaron suficientes para satisfacer a Elkarrekin Podemos, su socio para aprobar los Presupuestos de 2022 y 2023, que ayer le pidió cuentas. «Hablamos de viviendas muy antiguas y en ocasiones con protecciones particulares que hacen más necesarias estas ayudas. Que más de la mitad la partida no se ejecute en una zona tan complicada significa que algo ha fallado», aseguró el concejal Óscar Fernández (Berdeak-Equo). Por su lado, EH Bildu pidió al Gobierno municipal aplicar «una mayor proactividad» y lanzar una «campaña para que todos los vitorianos conozcan la existencia de las ayudas». «No entendemos cómo hay tan pocas solicitudes a nivel municipal cuando en el Gobierno vasco se agotó la partida», declaró el concejal Unai Fernández de Betoño (EH Bildu).

El Gabinete Etxebarria, mientras tanto, confía en acercarse este año al objetivo de la partida, para evitar un nuevo desfase en las ayudas. Cabe recordar, en este sentido, que la sociedad pública Ensanche 21 contará con 2 millones de euros al año hasta 2027 para este fin tras un acuerdo alcanzado entre PSE-PNV y PP al inicio de este curso.