José Miguel y Maximiano, del AMPA del colegio, cruzan por el paso donde se produjo el accidente. igor aizpuru

Urgen a tomar medidas en el entorno de Calasanz tras el atropello de una alumna

Las familias exigen que se instalen señales luminosas o pasos de cebra elevados y que se rebaje la velocidad a 30 en las calles que rodean el colegio

Lunes, 5 de diciembre 2022, 00:23

Las familias del colegio Calasanz han alzado la voz para pedir medidas urgentes en favor de un entorno escolar seguro. Ya tienen detectadas varios puntos ... peligrosos en las tres calles que rodean el centro (Florida, Jacinto Benavente y Federico Baraibar), zonas en las que puntualmente se producen conflictos entre los coches o autobuses y los alumnos que salen de clase. La semana pasada uno de esos sustos más o menos habituales fue más grave, una niña de 12 años sufrió un accidente en la calle Florida donde fue atropellada por un turismo que se saltó el semáforo en verde. «Le operaron el pie de urgencia y por suerte no ha ido más allá. Ahora tiene que guardar reposo», explica su padre, José Miguel Ramos.

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Este accidente ha sido la gota que ha colmado el vaso, aunque las familias ya venían tiempo denunciando la peligrosidad de la zona. «Los coches cogen mucha velocidad en este tramo, vienen de pasar unos cuantos semáforos y aquí se embala», desliza Maximiano Garcés de los Fayos, miembro del AMPA de Calasanz, en el punto en el que se produjo el atropello. Proponen que se instalen señales luminosas para que los vehículos identifiquen desde cierta distancia que hay un paso de cebra o que los pasos que rodean el centro se hagan elevados para obligar a reducir la velocidad de los coches.

Se da la circunstancia de que ahora mismo en Florida se están realizando las obras para la ampliación del tranvía, así que las familias están expectantes por la llegada del metro ligero. Temen que complique todavía más el tránsito de los alumnos, y es que en el colegio estudian cerca de 800 menores, desde Educación Infantil hasta Secundaria. «Lo ideal sería que implantaran la reducción a 30 kilómetros por hora en todo el entorno, como han hecho en San Ignacio», coinciden José Miguel y Maximiano. Ya tienen cita con la Síndica para exponerle sus preocupaciones y han solicitado una reunión con el Ayuntamiento para lo mismo. «Hay un montón de medidas que se pueden llevar a cabo. Hablando con los padres todos dicen que algún día va a pasar algo, y ha pasado», asegura el progenitor de la niña atropellada.

El acceso principal del colegio se encuentra en la calle Jacinto Benavente, por donde circula el BEI, que se ha convertido en otro inconveniente más para la seguridad vial. «Los niños que salen del cole pasan primero un paso de cebra en el que tienen prioridad y después uno en el que el BEI no para y encima circula a una velocidad excesiva. Es difícil hacerles entender esta norma e incluso nos estamos planteando dar charlas en clase o pintar un paso de BEI en el patio para que lo interioricen», exponen desde el AMPA.

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La asociación de vecinos

Pero esto no es solo un problema para los más pequeños, la gente mayor del barrio ya ha sufrido unos cuantos sustos en este punto. Esta misma semana han mantenido una reunión con la asociación de vecinos de Santa Lucía e irán de la mano a exponer sus reclamaciones al Ayuntamiento.

Federico Baraibar es la tercera calle que rodea el colegio, allí recientemente un coche golpeó la rueda de la bici de un alumno y el pequeño cayó a la carretera. Uno de los pasos de cebra de esa vía está prácticamente borrado y otra de las señales que indica que se trata de un entorno escolar carece de visibilidad. Las familias piden que se repinten los pasos de cebra, que se eleven, que se coloquen carteles luminosos y una vez más que se reduzca la velocidad a 30. «Es una zona entera que debería ser protegida y para nada lo es, en esta calle también los coches van a una velocidad increíble».

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