El Gargantúa de Vitoria se hace centenario

Gargantúa se hace centenario. El querido a la par que temido personaje cumple este 6 de enero nada menos que cien años. El 'comeniños' debutó en las calles de Vitoria en la Cabalgata de 1923 arrastrado por dos bueyes. Por aquel entonces, el desfile se celebraba el mismo día de Reyes, no la víspera, como ocurre en la actualidad. Su gigantesca figura formó parte del desfile real hasta 1984, cuando se tomó la decisión de instalarlo en lugares fijos y céntricos de la ciudad. Ahora se deja ver en la comitiva que acompaña a Olentzero y Mari Domingi cada 24 de diciembre. También es un habitual del paisaje festivo de «La Blanca, de la romería de Olárizu, de los actos de San Antón y de los festejos que tienen como escenario los barrios de la ciudad y los concejos» del municipio vitoriano, desgrana Joseba Perea, responsable de la comparsa de Gigantes y Cabezudos de Vitoria.

El primigenio Gargantúa cobró vida en 1922 en los talleres de Serafín Basterra, en Bilbao. Se había quedado como proyecto en 1917 y la falta de dinero lo retrasó. Se le llamó también tragantúa; un término recordado por Ignacio Aldecoa, y hasta el mismísimo Mariano San Miguel le dedicó la recaudación de la partitura de su famoso pasacalle 'Celedón', creado en 1918. Cada folleto se vendió a una peseta y lo recaudado se destinó a la construcción de la figura, que completó la comparsa vitoriana. La fabricación del gigantón de 8 metros, que se reducen a 4 metros reales por su postura recostada, costó 3.815 pesetas de la época.

El 'comeniños' original fue hasta mediados de los años sesenta un muñeco de cartón y madera sentado sobre una gran taza. Pesaba media tonelada y necesitaba un carro de once metros para desplazarse tirado por bueyes.

En sus ya cien años de existencia el gigantesco personaje ha sufrido varias operaciones estéticas. Las más recordadas fueron en 1986 y 1994; para reforzar su estructura interior o remendar su vestimenta. No sería hasta 2006 cuando se fabricó un nuevo Gargantúa, que pervive hasta la fecha. El encargo lo materializaron los artesanos del taller Menina de la localidad guipuzcoana de Hondarribia. De esa intervención destaca «su actual cabeza de fibra de vidrio y la carroza», apunta Perea. En sus diferentes versiones, el 'comeniños' ha devorado a miles de pequeños, que entran por su boca ayudados por tres personas ataviadas como cocineros, para deslizarse por un tobogán hasta que son 'expulsados' del interior del personaje.

El Ayuntamiento de Vitoria ha querido felicitar a este «grandullón que cien años después sigue engullendo niñas y niños en cada una de las festividades de nuestra ciudad», destaca la teniente de alcalde Maider Etxebarria. Jimmy Bidaurreta, profesor de la Academia Municipal de Folklore, ha compuesto en su honor un tema que se podrá escuchar en la página web municipal, www.vitoria-gasteiz.org, a partir del 6 de enero. «Además, como regalo centenario de toda la ciudadanía vitoriana, a lo largo de 2023 vamos a renovar toda la ropa del personaje, con el objetivo de poder estrenarla para fiestas de La Blanca. ¡Zorionak, Gargantúa y a por otros 100 años de alegría y fiesta!», felicita Etxebarria.

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