La Dolorosa sale de su culto en la iglesia de San Vicente. Eduardo De Nó

La Dolorosa estrena la Semana Santa con una procesión renovada y rejuvenecida

Un grupo de amigos sin tradición penitencial recupera el pulso de la cofradía más antigua de Vitoria, que hoy saca su paso por el Casco Viejo

Viernes, 11 de abril 2025, 00:26

La Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores estrena hoy la Semana Santa con su tradicional procesión por El Campillo vitoriano. A las siete y ... media de la tarde partirá desde su sede en la iglesia de San Vicente Mártir hasta la Catedral de Santa María para regresar después a su lugar de culto en la parroquia de la 'almendra' medieval. Fundada en 1757, la más antigua de las agrupaciones penitenciales de la ciudad sacará un único paso sacramental, el de la Dolorosa, una hermosa talla de 1912 obra del barcelonés Francisco Fans Pons con María orando de pie sobre una carroza suntuosa del vitoriano de adopción José Marín Bosque. Costeó la triste imagen de madera la mecenas local Felicias Olave, que también contribuyó con sus donaciones al esplendor de la festiva Procesión de los Faroles.

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Esta tarde, más de 60 cofrades con la cabeza al descubierto y sus características capas y hábitos morados procesionarán por el CascoViejo animados por el impulso que ha tomado su hermandad de ocho años para acá. Un variopinto grupo de devotos tomó entonces el relevo del matrimonio formado por José María Ortiz de Zárate y Pilartxo Irízar, el sostén de la Dolorosa durante décadas. Hoy conforman una cofradía renovada en sus cargos, ampliada en número de integrantes y en particular rejuvenecida con la entrada de escolares y adolescentes. «Una tercera parte de nuestros miembros, como unos veinte, son jóvenes menores de 25 años», relata orgulloso el presidente del colectivo, Alberto Cobo.

«Una tercera parte de nuestros miembros, como unos veinte, son menores de 25 años», destaca su presidente, Alberto Cobo

Entre unos amigos y él sacaron a la Dolorosa casi del olvido, cuando la pérdida de su pareja benefactora, el envejecimiento de los cofrades históricos y la inquietante ausencia de un relevo generacional amenazaban su pervivencia. «Vamos a echar una mano, respondimos cuando nos pidieron ayuda en la AdoraciónPerpetua del convento de Las Clarisas. Somos gente que no teníamos ningún contacto con la Semana Santa vitoriana. Vivimos aquí, aunque muchos somos de fuera, por ejemplo yo soy guipuzcoano. Los hay también navarros, vizcaínos, de otras partes de España y hasta de Francia. Nos decidimos por mantener la tradición y la espiritualidad», añade el cofrade mayor. El penitente de menor edad de La Dolorosa tiene 14 años y el mayor, 81. Han tenido que decir basta a quienes han acudido a San Vicente Mártir a por el préstamo de un hábito para procesionar con la virgen porque los tienen todos asignados.

Cornetas y tambores

«Somos gente bienavenida, los veteranos están encantados con la renovación y el impulso tomado», explica Cobo. El responsable de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores insiste en que «no somos una procesión cerrada. Hemos invitado a participar a gente de todos los lugares del mundo vecinos de Vitoria». Y asegura que «quien prueba, repite. Engancha».

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A los cofrades de La Dolorosa acompañará al atarceder la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de la Santa Vera-Cruz de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). «Es impresionante lo que llena su sonido en el Casco Viejo vitoriano. En la plaza de Santa María tocarán piezas que sobrecogen», relata Cobo en su intento por atraer al público al paso de la virgen.

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