Alumnos de Secundaria realizan un examen de recuperación. VALERIO MERINO

Los colegios rehacen a contrarreloj el calendario de exámenes al desaparecer la repesca en la ESO

La mayoría de centros optarán por unificar las evaluaciones ordinaria y extraordinaria de junio, aunque otros pedirán trabajos a sus alumnos

Lunes, 28 de febrero 2022, 00:59

Los colegios vitorianos trabajan estos días a contrarreloj para modificar el calendario escolar en un momento en el que el curso llega a su ecuador. ... Los alumnos vascos de Secundaria (ESO) ya no tendrán que realizar exámenes de recuperación en junio si quieren pasar de curso, lo que significa que las repescas desaparecen y los profesores decidirán a quiénes promocionan. Conocieron el cambio hace apenas unas semanas y es de aplicación inmediata. «Tenemos que rehacer las reglas a mitad del juego, ese es el mayor handicap», reconocen los directores de los centros vitorianos, que en general ven que la medida es «positiva» y un «avance». La opción mayoritaria es la de unificar en una las evaluaciones finales ordinaria y extraordinaria, aunque hay claustros que abogan por pedir trabajos al alumnado en la cuerda floja.

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Arantza Urdaniz, coordinadora de ESO y subdirectora pedagógica del colegio Urkide, considera esto «un cambio cualitativo» ya que no se medirán los conocimientos del alumno exclusivamente con un número obtenido en una prueba. «Nos encaminamos hacia una evaluación formativa en la que se revisará constantemente el rendimiento del alumnado. Una manera de trabajar en la que se detectan y analizan las áreas de mejora de cada chaval y se toman decisiones», valora. El examen será continuo y no quedará como un 'extra' final que se añade al proceso de aprendizaje de todo el año. Hasta ahora, Urkide realizaba la evaluación ordinaria la semana del 6 de junio y la extraordinaria la siguiente. Este curso se realizará una sola, que se llamará final, probablemente la semana del 17 de junio.

Oportunidad

«Vemos este cambio como un avance hacia una evaluación más significativa y auténtica»

Desde el colegio Niño Jesús también entienden que este es un paso más para avanzar hacia una evaluación continua. Además, «las repeticiones van a ser cada vez más excepcionales. Tendrá que haber un consenso casi total del profesorado para que un alumno repita curso», valora su director, Dario Nasilli. Los profesores decidirán sobre el futuro de sus pupilos, pero lo tendrán que hacer con un criterio «muy bien justificado». Este curso han fijado el 13 de junio como fecha de la tercera evaluación y el 22 de junio como la evaluación final. No habrá repescas tras esta segunda, como sucedía hasta ahora. Eso sí, entre ambas fechas, los alumnos con más dificultades tendrán la opción de realizar diferentes trabajos «para la consecución de objetivos mínimos».

En un curso todavía marcado por la pandemia, estas nuevas condiciones que fueron comunicadas a los centros a través del Departamento vasco de Educación buscan «aumentar las oportunidades educativas y formativas de cara a mejorar los resultados educativos del alumnado». Dejar de tener en cuenta solo la nota de los exámenes y valorar el trabajo de todo el año. Una fórmula que el consejero Jokin Bildarratz ya ha defendido en varias ocasiones.

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Criterio de los docentes

«Las repeticiones van a ser más excepcionales, con consenso casi total del profesorado»

En Egibide trabajan para cuadrar el nuevo calendario que concretarán en breve. Ven el cambio como una oportunidad para avanzar hacia una evaluación «más significativa y auténtica» en el que se tenga en cuenta todo el proceso de aprendizaje. Con una prueba como las que se hacían hasta ahora «era muy difícil valorar el grado de adquisición de todas las competencias trabajadas a lo largo del año», reflexiona Hegoi Urcelay, director de la etapa de ESO en Egibide. Con el nuevo modelo quieren asegurarse de que todo el alumnado tenga la oportunidad de demostrar los conocimientos y competencias adquiridos y «así poder seguir avanzando en su crecimiento académico y personal». Lo que seguirá igual en Euskadi es el número máximo de materias suspendidas con las que se podrá pasar de curso: dos.

Criterios más claros

También en Sagrado Corazón Carmelitas se emplean a contrarreloj para reorganizar la evaluación con el año académico ya avanzado. Para su directora, Nieves Maya, esta modificación exige «tener las ideas más claras en cuanto a los criterios de evaluación», ya que la promoción de los alumnos que se encuentran en la cuerda floja recaerá por completo sobre la junta docente. Deben informar además a las familias sobre esta novedad para que no se encuentren con sorpresas desagradables, para que no llegue el mes de junio y descubran que ya no hay repescas. En el centro valoran la posibilidad de realizar algún tipo de prueba de mínimos para aquellos que la necesiten pero siempre dentro del calendario escolar.

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En el caso de Vera-Cruz, consideran que este cambio beneficia al alumnado ya que podrá ser evaluado por lo que realice durante todo el curso y no se jugará el futuro a una sola carta final.

La cifra

  • 2 suspensos como máximo podrán tener los alumnos para pasar de curso en la ESO. Es un requisito que se endureció en Euskadi ya que antes podían promocionar hasta con 3.

«La evaluación extraordinaria del mes de junio no tenía mucho sentido», coinciden los centros

Desde que hace más de una década los exámenes de recuperación se mudaran en Euskadi del mes de septiembre a junio -en algunas comunidades como Andalucía todavía se mantienen en septiembre- algunos docentes no han conseguido encontrarles la lógica. «La evaluación extraordinaria de junio no tenía mucho sentido. En pocos días se concentraban muchos exámenes con muy poca diferencia de tiempo», reflexiona Alberto Echezarra, director pedagógico de Corazonistas. Una opinión que comparte Paula Heredia, directora del colegio Vera-Cruz. «Eran unos exámenes muy artificiales, a mínimos. ¿En dos días un alumno puede aprender los conocimientos que no ha adquirido durante todo un curso?», se cuestiona Heredia. «Si lo hace será porque es muy bueno pegándose un maratón de estudio». O porque durante el año no ha hecho suficiente aunque tenía capacidades para ello.

«Ahora vamos hacia un enfoque más competencial. Y en el que se dará un sentido real a la evaluación ordinaria», valora Alberto Echezarra. En el caso de Corazonistas todavía no tienen definido el nuevo calendario, pero la evaluación final de Secundaria será a mediados del mes de junio. «Es un avance positivo. Nos permite considerar al alumno en su totalidad y no tan determinado por un solo examen. Es un progreso que la calificación no se vea solo como un número», concluye Echezarra en sintonía con otros colegas de profesión.

Lo que está claro es que la última palabra recaerá sobre el equipo docente. Según figura en el documento enviado por el Departamento de Educación a los centros, en caso de falta de consenso por parte del profesorado respecto a las decisiones sobre promoción o titulación, «estas serán adoptadas por acuerdo de, al menos, dos tercios del equipo docente que interviene en el proceso de enseñanza del alumno o alumna».

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