Vista aérea del polígono de Asparrena-San Millán

Un caparazón vegetal en Asparrena

La Diputación plantará 2.300 árboles alrededor del polígono industrial de Araia para que filtren el CO2 y se conviertan en una reserva de biodiversidad

Domingo, 22 de octubre 2023, 01:55

También los polígonos industriales pueden tener su propio 'hyde park' a tiro de piedra, con sus pajarillos trinando y ardillas correteando por todas partes. La ... Diputación alavesa se propone dar un vuelco a los ecosistemas del entorno de estos solares invadidos por fábricas, talleres y camiones y ha ideado una especie de caparazón vegetal con el que protegerá en una primera fase el área industrial de Asparrena-San Millán, junto la A-1, y el resto de polígonos, más tarde. Se propone plantar allí, en Araia, más de 2.300 árboles y arbustos para que trabajadores y transportistas respiren un aire más limpio, disfruten de lo verde y encuentren ademas su propio refugio climático.

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Según el proyecto que lidera el departamento foral de Medio Natural que dirige Amaia Barredo, esta actuación forma parte de la estrategia 'Araba reserva de agua y biodiversidad' y consiste en la creación de filtros verdes en ámbitos de desarrollo urbano-industrial. Los polígonos se han diseñado en la mayoría de los casos con espacios libres y zonas verdes. Se pretende revegetarlos «con criterios ecológicos» a fin de que contribuyan a mejorar la calidad ambiental y paisajística de esas zonas. Pero además, se han de convertir en infraestructuras verdes capaces de mitigar las emisiones de gases con efecto invernadero y de adaptar el espacio sobre el que se levantan al calentamiento climático. Esto se logra porque por un lado la vegetación plantada va a cumplir su función de «efecto sumidero de carbono» y por otro permitirá que las zonas urbanas y los entornos de trabajo hagan frente a las olas de calor.

Para ello se van a realizar dos tipos de plantaciones, explican portavoces de Medio Natural. En una primera zona, se distribuirán plantas cada tres metros. En el área próxima al regato de Ametzaga se plantarán especies propias de los entornos de ribera junto a robles, arces y fresnos. El otro tipo de plantación tendrá forma de bosquetes de 100 metros con árboles más juntos a fin de crear microhábitats para insectos, aves y pequeños mamíferos. Se actuará sobre una superficie de unas dos hectáreas. La inversión asciende a 90.000 euros.

Amaia Barredo destaca la importancia de esta acción en la lucha contra el cambio climático, la contaminación o las inundaciones. «Creamos espacios en zonas industriales que contribuyen a mejorar la calidad de vida y a proteger nuestro medio ambiente reduciendo por ejemplo escorrentías de aguas pluviales, ya que actúan de esponjas naturales para retener el agua y prevenir las inundaciones; controlando las erosiones del suelo, nos permiten absorber CO2 o bloquean la luz solar directa proporcionando una sombra».

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