Ariznabarra se familiariza con imágenes como esta, donde se aprecian enseres que han estado «más de diez días». Asociación de vecinos de Ariznabarra

Los barrios señalan el abandono de muebles como la gran mancha de la limpieza de Vitoria

Vecinos de Goikolarra denuncian que furgonetas descargan enseres en solares vacíos y los de otras zonas, que los restos permanecen días

Viernes, 11 de marzo 2022, 00:43

La estampa se repite sin distinguir zonas: colchones descansando junto al contenedor, muebles apilados en mitad de la calle y váteres desubicados. Los barrios vitorianos ... han dicho basta a estas «actitudes incívicas» y piden a la ciudadanía «más respeto» y al Ayuntamiento que dé con la tecla para conseguir frenar esta práctica que «ensucia la imagen de la ciudad». El radar apunta a todos los distritos de la capital alavesa, desde su corazón en el Casco Viejo, hasta el Norte y el Sur, pasando por los nuevos barrios como Goikolarra, junto a Gardelegi. Nadie se libra.

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Este último alertó recientemente sobre el ilícito uso que algunos están haciendo de los desérticos solares. Aseguran que llegan furgonetas que descargan en estos puntos en lugar de hacerlo en el garbigune, a poco más de 2 kilómetros. Una rutina que ha llevado a los vecinos a actuar casi de policías. «Están alerta y cuando se encuentran con alguno le llaman la atención. Lo sorprendente es que encima se indignan», reprochan desde la asociación, que señalan que los vertidos llegan al río Zapardiel, donde hay cables y hasta neumáticos.

En Ariznabarra la práctica es aún más descarada. «La gente hace reformas en casa y baja lo que quiere tirar a la calle. Calculo que estos muebles -los que acompañan la información- llevan en esa esquina más de 10 días», censuran desde la asociación vecinal. Abetxuko parece tener detectado el lugar más conflictivo: la calle Arriagana. Pero no es la única. La experiencia también ha llevado a Sansomendi a marcar su 'punto negro'. «Los muebles se ven sobre todo en Antonio Machado. El teléfono funciona muy bien pero...».

7.300 avisos

Y en eso coinciden todos. Sin embargo, visto el resultado creen conveniente aplicar cambios. «Hace falta una campaña de información más fuerte, casi portal a portal, explicando a la gente cómo deben hacer uso del servicio», coinciden en Salburua y Judimendi. Y de forma paralela, consideran muy importante la colaboración de los propios trabajadores de la limpieza. «Son los que mejor testan el estado de las calles, si se encuentran alguna acumulación de enseres deberían dar directamente aviso para agilizarlo todo».

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El año pasado el servicio municipal para la recogida de enseres colocados en la vía pública recibió casi 7.300 avisos. Pese a ello, la radiografía del día a día muestra cómo la cifra total es mayor. «Nos llegamos a encontrar cocinas enteras, con horno y todo. Y están varios días», apuntan los vecinos sobre algunos episodios.

No obstante, los enseres no son el único problema que 'amenaza' la limpieza de las calles de la ciudad. El servicio cambió de manos en noviembre, tomando una nueva empresa las riendas de eliminar todo tipo de suciedad. Tras un tiempo de adaptación, los vecinos hacen ahora balance y ponen nota a su trabajo. En general, sostienen que «apenas han notado cambio» y piden «recuperar las limpiezas generales», así como cuidar el estado de los contenedores y su distancia con la acera para permitir abrirlos sin problemas.

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Los barrios apuntan los 'debes' detectados. En Zabalgana piden colocar más contenedores en sus calles, sobre todo los amarillos. Y en cuanto a la frecuencia de recogida, creen necesario reducirlas para evitar que las bolsas se amontonen en el exterior. «En casi todos los hogaren vivien al menos tres miembros, lo que hace que la basura generada sea también mayor».

En el Casco Viejo piden estirar el tiempo en el que los recipientes están en la calle para facilitar el reciclaje a los vecinos. También aumentar las islas de contenedores. «Apenas hay de vidrio». Adurza apuntan a la «mala práctica de algunos vecinos. No hay día que no mandemos foto». Y en Salburua reclaman especial atención en los solares vacíos, tema que pusieron encima de la mesa en el 'auzogune'. El Ayuntamiento contempla la posibilidad de actuar en estos casos puntuales de forma subsidiaria para limpiar la porquería amontonada.

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Basta con enviar un Whatsapp para evitar la multa de 750 euros

Dejar muebles y colchones abandonados en la calle está castigado con multas de hasta 750 euros. Sin embargo, pese a ello son muchos los que mantienen esta «incívica» práctica. El Ayuntamiento insiste en seguir los pasos marcados de un servicio que además es gratuito. Para ello, alguien que quiera deshacerse de los enseres primero deberá llamar al 945 20 00 20 o dejar un Whatsapp en el 681 102 020 para concretar una fecha. La recogida se realizará a demanda en la vía pública, desde las 20.00 horas.

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