El Ayuntamiento volverá en diciembre a la Casa Alfaro para evaluar su deterioro

El de la Casa de los Alfaro, el apuntalado palacete de Manuel Iradier, es uno de esos expedientes urbanísticos que va pasando de equipo de gobierno en equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Vitoria desde hace más de dos décadas. Una vez superado el debate sobre qué tipo de protección se debía dar a un inmueble de corte indiano que ostenta el récord de ser el primero en entrar en la lista roja de patrimonio en riesgo de desaparecer de la asociación Hispania Nostra, el departamento de Urbanismo que dirige ahora el socialista Borja Rodríguez se halla inmerso ahora en el estudio de propuesta de plan especial de rehabilitación de interior (peri) realizada este verano por los propietarios de la finca, que pretenden dar un uso hostelero a la casona. Pero antes, el próximo mes, los técnicos municipales van a volver a la finca para analizar en qué estado de deterioro se encuentra ahora mismo.

Esta es la respuesta ofrecida esta misma mañana por Rodríguez a preguntas de Elkarrekin Podemos. El concejal Óscar Fernández ha recordado que los expertos entraron en el edificio el verano de 2023 y realizaron un informe que alertaba sobre el mal estado general del inmueble y recomendaban la adopción de una serie de medidas para evitar el colapso. Una era apuntalar la galería acristalada y también se planteaba intervenir para tapar diferentes agujeros por los que se cuelan la lluvia y la nieve y que ocasionan daños que «dan lugar a graves desprendimientos internos», ha descrito Fernández. El mirador está lleno de puntales, pero se preguntaba qué ha ocurrido con el resto. «Parece que se les está dejando para que cuando esté aprobado ese peri hablemos de un edificio que esté prácticamente en ruina».

Borja Rodríguez ha dado cuenta de la situación y ha recordado parte del «complejo» proceso urbanístico que rodea a esta parcela y la protección que pesa sobre la Casa de los Alfaro. «Parece que usted está más preocupado por ver un edificio lleno de puntales que de darle una solución global y que tenga un uso», le ha espetado a Fernández. En su opinión, se está en una fase de ese proceso en la que «se ve luz al final de túnel y se tiene que trabajar por que ese edificio tenga un aspecto digno». Aunque no ha respondido a las preguntas concretas que le planteaba el edil de Elkarrekin, el socialista sí ha dicho que se va a girar una nueva inspección.

Mientras estudian la nueva propuesta de los propietarios, el grupo inversor Iradier Gardens que encabeza Juan José Gracia, para aprovechar prácticamente todo el potencial urbanístico que la normativa concede a su parcela (unos 3.000 metros). Ante la imposibilidad de ampliar el edificio noble por su grado de protección, la solución pasa ahora por levantar dos módulos contiguos que permitan su reconversión en un alojamiento turístico.

Prevé un bloque que albergará las habitaciones y se levantará en un lateral de la desvencijada casona. Ocupará el espacio libre entre la Casa Alfaro y el número 7 de Manuel Iradier. Su altura, de seis plantas, se alinea precisamente con los edificios de oficinas situados a ambos lados. Tendrá capacidad para una treintena de suites. La segunda construcción se ubica en la parte trasera de la icónica residencia, habitada por Félix Alfaro Fournier durante medio siglo, donde podría haber oficinas o un servicio complementario para el hotel, incluido un parking. Se mantiene la apuesta por crear un restaurante acristalado, para lo que tiene el respaldo del grupo Bocca.

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