El Ayuntamiento proyecta ajardinar la calle José Erbina ante el deterioro de su suelo
Los vecinos aprueban la reforma pero plantean que la zona verde se delimite con un seto por el temor a que aumente la presencia de perros
Tablas estropeadas, tornillos sueltos, maderas agrietadas y agujereadas, sin color... La calle José Erbina, ubicada en los aledaños de la estación de tren de Vitoria ... , precisa de una urgente renovación. La han solicitado en numerosas ocasiones los residentes de la zona y el Ayuntamiento ya tiene diseñado un proyecto para su reforma, que dependerá, como otros planes, de la capacidad negociadora del Gabinete Etxebarria (PSE-PNV) para sacar adelante los presupuestos del próximo ejercicio.
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Ese borrador, al que ha tenido acceso EL CORREO, plantea ajardinar por completo esa vía ante el «deterioro evidente» que presenta. Esta naturalización, en la que también será necesaria una sustitución de los árboles porque «los actuales están fosilizados», trasladan desde la asociación Ensanche XIX, sumaría nuevas zonas verdes al centro, que más allá de parques cercanos como La Florida no dispone de demasiada naturaleza.
Los vecinos, que han mantenido recientemente una reunión con el departamento de Espacio Público que dirige la concejala jeltzale Beatriz Artolazabal han visto con buenos ojos esta propuesta. Pero, dicen, les gustaría influir en esta fase de diseño y han presentado ante el Consistorio una serie de sugerencias que se estudiarán de cara a ejecutar la intervención.
La reforma también deberá estudiar cómo contener el botellón, habitual en este paseo
La mayoría se enfoca en mejorar la convivencia con los perros y también plantean soluciones para acabar con los botellones. Un problema habitual en este punto y que de hecho el Consistorio tiene localizado. Y es que esta es una de las 22 zonas que el Gobierno local identificó en el anterior contrato de basuras –el que se quedó desierto y obligó a prorrogar el actual– con la intención de que la empresa gestora prestara allí una especial atención porque «habitualmente se detecta la existencia de residuos generados por este tipo de ocio».
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Pues bien, con respecto al futuro jardín, proponen que quede delimitado por una separación visual, algo así como un seto, para crear una «barrera vegetal». Lo dicen porque temen que esta zona, a la que habitualmente ya acuden dueños de perros, atraiga a más grupos de personas que dejen allí los excrementos de sus canes. En este sentido, y cuando se estrene el nuevo pavimento verde, piden «que se lleve a cabo una campaña de concienciación junto a la Policía Local para la recogida de heces y animales sueltos».
«Será una actuación de importe elevado, dependerá del presupuesto disponible»
En cuanto a la utilización de los soportales como zonas de fiesta, consideran conveniente separar las viviendas del futuro jardín con bolardos o jardineras. «Esto no dificultaría el paso por la zona privada de uso público, pero sí disuadiría algo del abuso de uso», matizan portavoces de la asociación Ensanche XIX. En la misma línea requieren que se estudie la colocación de un urinario fijo a la altura del colegio Carmelitas «ante la suciedad en portales y garajes por los orines de las personas del botellón», que, según comentan, se intensifican durante las fiestas de La Blanca.
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Demolición del hormigón
Tal y como indican portavoces municipales autorizados, «con el visto bueno vecinal, el siguiente paso será elaborar el proyecto técnico para determinar con precisión el coste real de la intervención». Advierten los mismos medios que se prevé que sea «una actuación de importe elevado, por lo que su ejecución dependerá de la consignación presupuestaria disponible». Matizan, asimismo, que la propuesta contemplaría la demolición parcial del hormigón existente e indican que la creación de nuevas zonas verdes contaría con sistemas de riego.
En paralelo a estas obras, la asociación Ensanche XIX pide que se revise la iluminación de la zona porque «hay fluorescentes que parpadean toda la noche» y que se revise la posibilidad de prohibir que la Guardia Urbana emplee la zona de soportales como aparcamiento de sus coches dado el «deterioro que ocasionan sobre el pavimento». La comisaría de la Policía Local en este calle, que cuenta con más de 700 metros cuadrados y tres plantas, abrió sus puertas hace algo más de un año, en enero de 2024.
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