Llodio estudia licitar el matadero otra vez aunque lo adjudicó hace un año

Antes de tomar la decisión acerca de la convocatoria o no de un nuevo concurso, Amondo espera la resolución de los técnicos, que analizarán toda la documentación entregada por la empresa gestora del matadero para analizar los extremos de la gestión de los residuos. El teniente de alcalde espera que sea «la próxima semana» cuando ese informe esté listo.

Además, está pendiente una reunión con el viceconsejero de Agricultura, Bittor Oroz «para hablar del futuro del matadero e intentar mejorarlo», añadió. Su departamento se comprometió a financiar las reformas que necesita la instalación. El de Llodio es el único matadero alavés. Sus clientes se localizan en la comarca de Ayala y la zona vizcaína de Encartaciones.

Los vertidos del mes de julio de 2019 llevaron al alcalde, Ander Añibarro a comparecer en el Juzgado de Amurrio en marzo pasado para prestar declaración, junto al anterior alcalde, Natxo Urkixo, por la gestión de esta instalación, de carácter municipal. Hace unos días, Añibarro explicaba que «tengo la conciencia tranquila. Creo que actúe como debía hacerlo». Sin embargo, reconoció que «mi futuro como alcalde será breve» en el caso de la que la resolución judicial, que debería producirse en breve, no contemple sus argumentos y entienda que se produjo un delito.

En ese caso, Añibarro se vería obligado a dimitir por el código de conducta de su partido, el PNV, aunque formalmente, no está acusado todavía, ya que el juicio aún no se ha celebrado y el Juzgado solo está valorando la existencia o no de un delito.

Los vertidos se produjeron en el mes de julio de 2019 y los máximos responsables llodianos argumentaron que se trataba de un vertido autorizado por la Agencia Vasca del Agua, dado que la localidad carece aún de depuradora. Tanto Urkixo como Añibarro solicitaron el archivo de la causa al entender que el vertido no produjo daños a la fauna pese a su espectacularidad, que tiñó de rojo la salida del colector general de Llodio, a la altura de la desembocadura del río Altube.

A raíz de aquel incidente, el matadero permaneció cerrado durante tres meses y se hizo una inversión de 140.000 euros, aunque todavía está pendiente la depuradora, que costará otros 300.000. Se trata de un sistema de coagulación de sangre que permitirá solidificar este residuo para su traslado y tratamiento. La depuradora será abierta y tendrá un tanque de decantación y un sistema de tratamiento químico que devolverá el agua limpia al cauce. Está previsto instalarla en la casa anexa que sirvió de vivienda en su día al trabajador municipal que atendía el servicio.