Estíbaliz Urresola: «Es muy emocionante rodar en este entorno»

Estíbaliz Urresola está vinculada a la tierra, a la naturaleza, a la familia, a los vínculos emocionales y transporta todo ese bagaje a sus películas. Es lo que ha hecho con '20.000 especies de abejas', que este viernes se rodó en el barrio de Isusi, en la subida al santuario del Yermo, en Llodio. La elección del escenario no es baladí, y que la protagonista de su película se llame Lucía, como la ermita situada al lado del santuario, tampoco. «Es como una ofrenda», explica en un paréntesis del rodaje. La directora llodiana ha pasado en este entorno donde la naturaleza se hace presente a cada paso «todos los domingos de mi infancia, con mi familia». Ha recorrido los escondites entre las piedras, los senderos para llegar a los montes cercanos, como lo ha hecho con el alma de los personajes de su primer largometraje, explorando los rincones para plasmar la transformación que protagoniza Ane, la madre de Lucía (Patricia López Arnaiz, ganadora de un Goya por su papel en 'Ane') y su tía Lourdes (Ane Gabarain, una de las protagonistas de 'Patria').

La luz y el bosque acaparan un rodaje que aborda la transexualidad infantil «desde una perspectiva vinculada a la naturaleza y la exploración, como una realidad natural, menos gris y oscura que como siempre se ha tratado en el cine. Era un universo que quería evitar», explicó Urresola. '20.000 especies de abejas' es una historia de mujeres y relaciones familiares, como otros trabajos de la directora llodiana, enmarcada en un verano. La historia cuenta con «una gran variedad de personajes femeninos que encarnan la colmena familiar», con «tradiciones vascas ancestrales que tienen que ver con el valor de la naturaleza donde todo es distinto y no hay nada fuera de lugar».

El apoyo que ha encontrado la directora en su entorno, familia y amigos para abordar su primer largometraje, en el que trabaja desde hace cuatro años, «ha sido muy emocionante». Además, su trabajo ha estado salpicado de reconocimientos como el que obtuvo en la Semana de la Crítica -un festival paralelo al de Cannes- a finales de mayo, el 'Le Rails d'or', una suerte de premio del público por su último cortometraje, 'Cuerdas'. Es la primera directora vasca en conseguir un galardón semejante en este certamen.

En uno de los caminos que conducen a Isusi se agolpa medio centenar de personas en absoluto silencio, guardando un precario equilibrio sobre una empinada ladera. Se mueven al unísono en un alarde de coordinación que tiene a punto desde un cepillo para el pelo a las botellas de agua para el equipo o la cinta aislante para sujetar un cable a los micrófonos. Urresola dirige al equipo casi sin palabras. El trabajo previo ha sido arduo y ahora solo hacen falta unas pocas indicaciones. El material grabado engrosa el trabajo de postproducción que alumbrará la película el próximo año, previsiblemente «antes del otoño», aunque en el mundo del cine, casi nada es seguro.

Patricia López Arnaiz no intervino en la escena que el equipo abrió el viernes a la prensa, pero explicó que el guión «es maravilloso, un trabajo de artesanía finísima, uno de los más complejos que he abordado». La galardonada actriz alavesa puso el acento en el hecho de que '20.000 especies de abejas' sea la ópera prima de Urresola, lo mismo que 'Ane', que protagonizó en 2020, fue la de David Pérez Sañudo. «Hay un mimo y una entrega tan grande en estas primeras obras que se encuentran verdaderos tesoros en ellas».

Las dos películas se derivan de un largo proceso previo de elaboración, en el que han contado con tutorías que se traducen en guiones llenos de sensibilidad. En lo que respecta a su trabajo en el film, destacó el proceso que transformación que aborda su personaje, que se ve afectado por la los cambios que afectan tanto a su entorno, como a ella misma. «Es algo que tiene que ver con el poder ser, a nivel muy profundo, que mueve muchos miedos», explicó.

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