El detenido en Vitoria por acuchillar a su pareja y atrincherarse con su hijo de dos años sigue en comisaría

El hombre de 40 años que fue detenido este sábado en Vitoria por acuchillar a su mujer y atrincherarse en su vivienda con su hijo de dos años sigue en dependencias de la Policía Local de la capital alavesa. El arrestado no pasará a disposición judicial hasta este lunes, ya que la guardia urbana continúa con las diligencias abiertas por el caso.

Los hechos ocurrieron a las 18.40 horas del sábado cuando la mujer con la cabeza, la espalda y una mano ensangrentadas salió a la calle Reyes Católicos hacia las 18.40 horas de este sábado. Ella misma telefoneó al 092 en busca de auxilio. La vía no tardó en llenarse de coches patrulla de la Policía Local, pero también de efectivos de la Ertzaintza, bomberos y hasta una ambulancia. Era la fotografía del último caso de violencia de género denunciado en la capital alavesa.

El supuesto autor del ataque no era otro que su «pareja sentimental». Presuntamente le había asestado dos puñaladas, en la cabeza y en una mano, antes de poder escapar. Los cortes no eran profundos, aunque de ellos manaba abundante sangre. Su agresor se encontraba arriba, en un domicilio ubicado en la séptima planta. Armado con el cuchillo retenía al hijo en común de ambos, de «unos dos años de edad», según fuentes policiales.

Así se lo confirmó la víctima a los primeros uniformados que la asistieron. Pese a que en ningún momento se temió por su vida, sí se encontraba «en estado de shock» por la virulencia del ataque sufrido y por la retención de su pequeño.

Tan grave apuntaba el asunto, que los responsables policiales cortaron la circulación desde la rotonda del centro cívico Iparralde. Había que rescatar al niño y reducir al presunto atacante, de origen latinoamericano. El atrincherado se negó a abrir la puerta, también a dejar salir al menor. La situación se complicaba. Más de una veintena de uniformados, entre la Policía Local y la Ertzaintza, tomaron el portal y sus alrededores. Como el sospechoso no dio su brazo a torcer, la alerta subió de categoría y se convocó al PRI, acrónimo de Patrulla de Respuesta Inmediata, una unidad de la Ertzaintza especializada en esta clase de asuntos.

Los tres ertzainas de este grupo sacaron todos sus bártulos. Arietes, escudos... Se colocaron sus trajes especiales y enfilaron al portal. De manera paralela también fue convocado un negociador, que finalmente no haría falta. Para entonces, la calle se había llenado de curiosos. Más de doscientas personas, muchas de ellas tomando imágenes con sus teléfonos móviles. Lo que nadie sabía entonces es que la resolución estaba próxima. Estos agentes con armadura cogieron el ascensor y llamaron a la puerta. Conminaron a salir al hombre. Varios avisos y únicamente el silencio por respuesta.

Ante el temor por el bienestar del niño retenido, se decidió entrar antes de que aconteciese alguna desgracia de mayor envergadura. El PRI echó la puerta abajo y la secuencia acabó rápido porque no encontraron resistencia. Cuchillo recogido y menor rescatado. Eran las 19.20 horas y el incidente quedaba resuelto. La mujer, por su parte, fue atendida de sus heridas en el hospital Santiago, donde le cosieron sus heridas.

Pese a que fueron ertzainas quienes culminaron el rescate, el supuesto agresor pasó a manos de la Policía Local. Entre abucheos y gritos de varios de los presentes, agentes municipales lo metieron en un coche patrulla y lo trasladaron a Aguirrelanda.

El protocolo en Vitoria contempla que el primero en llegar tiene esta competencia y más cuando en esta ocasión la víctima telefoneó al 092. «Aunque ha habido cruce de llamadas en las altas esferas de ambas comisarías porque la jefatura de la Ertzaintza quería llevárselo», indicaron fuentes internas de la Policía Local. Sus homólogos de la Policía autonómica entienden que al ser un «incidente crítico», la actuación debía pasar a ellos.

Tras pasar dos noches en un calabozo de Aguirrelanda, este lunesserá presentado a la autoridad judicial.

Se trata de la cuarta persona que este año se atrinchera en la capital alavesa con un cuchillo. «Cada vez están más presentes las armas blancas en nuestras actuaciones. Todas las semanas hay algún altercado de este tipo. Cualquier día va a haber una desgracia», advierten patrulleros de ambos cuerpos de seguridad.