Ángel Celada regresa a sus orígenes con una actuación en Salinas de Añana

La lista es tan extensa que prefiere no dar nombres para evitar dejarse alguno en el tintero involuntariamente. Celada, afincado desde hace unos años en Cataluña, regresa a casa mañana sábado 27 de julio (21.30, entrada libre). Lo hace, además, en un entorno envidiable: Salinas de Añana. Abrirá las puertas de su graderío al valle salino milenario para ofrecer una actuación especial para el artista, que compagina la presentación de su álbum 'TOC' con un animado calendario de actuaciones como parte de la banda de Quimi Portet y grabaciones en el estudio.

«Tiene una carga emotiva importante porque en Salinas de Añana nació mi madre. Yo me he criado cerca, a pocos kilómetros, entre Arbígano y Pobes, que eran los pueblos de mis abuelos», explica el músico evitando caer en una imprecisión. En formación de trío junto a Carla Sevilla (voz y teclados) y Koldo Uriarte (piano) pretende que este directo sea «tierno, minimalista y muy acústico». Ambos músicos participaron en la grabación del disco 'TOC',    publicado por el sello Rock Izar en septiembre del año pasado y que también se presentó en el atrio de Montehermoso el pasado marzo.

En ese trabajo de largo aliento se encuentran versiones muy conocidas de bandas anglosajonas. 'Inmigrant Song', de Led Zeppelin, se inicia con unos golpes que sirven como declaración de intenciones. Igual de sugerente suena 'Teardrop', de Massive Attack,    y 'I only want you', de Eagles of Death Metal algo ralentizada, son algunos de los temas del repertorio.

– Quimi Portet decía en una entrevista que hacía «música popular contemporánea». ¿Qué diría Celada?

– A estas alturas, con un bagaje y recorrido, he encontrado algo que me describe. Tiene un poco de ironía, pero es muy simpática la frase. Soy un acompañador de canciones.

Este gran 'acompañador' a las baquetas –que empezó a girar a los 21 años con Albert Hammond– siente que la «inquietud de conocer otras músicas, estéticas y formas de interpretar» ha ido marcado su carrera. «Mi objetivo es meterme dentro de esas melodías y de esas canciones que me gustan para humildemente tratar de servirlas».   

Como curiosidad, a lo largo de su larga carrera sobre el escenario como batería de diferentes grupos le ha tocado en varias ocasiones acercarse a la palestra. Lo cuenta cuando se le pregunta por anécdotas en su medio siglo de trayectoria. Recuerda que cuando fue de gira con El Último de la Fila en 1990 pasaban mucho tiempo en un autobús de camino de una ciudad a otra. «Para divertirnos inventábamos cualquier cosa, ya que eran giras muy extensas», explica. En uno de esos ratos muertos a Celada se le ocurrió una canción llamada 'No me digas que no'. «Decía 'No me digas que nooo' en tono operístico y vibrato, y el resto me contestaba también en ese tono: 'Dime que síiii».

El caso es que la broma fue evolucionando y Celada pasó a autodenominarse 'Jacinto Martín'. «Era algo surrealista, pero me puse ese nombre artístico como autor de esa canción». En varios conciertos, en la Monumental (Barcelona) o Las Ventas (Madrid), Manolo García, le presentó como Jacinto Martín y pidió en vivo que la cantara. «No me quedaba otra... y la cantaba entre las risas y coros para un gran público». El efecto de aquello fue curioso. «Al final de algunas actuaciones incluso hubo quien me pidió autógrafos como Jacinto Martín».