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Vitoria une a un feminismo dividido
Miles de mujeres se echan a la calle y tiñen la ciudad de distintos tonos de morado pero juntas por la igualdad
Morado, púrpura, violeta, malva, violáceo... Puede que sí, que este miércoles se haya visibilizado, más que nunca en los últimos años, que el feminismo tiene ... muchísimos matices, de una gama cromática compleja, incluso a veces difícil de combinar. Sin embargo, en las calles de Vitoria ha quedado patente que, más allá de la polarización, más allá de los discursos políticos, en las manifestaciones –en la capital alavesa ha habido varias y convocadas por distintos colectivos– por el Día Internacional de la Mujer las diferencias se acabaron diluyendo para entonar un grito común en favor de la igualdad.
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Este 8-M se presentaba como el de la división. Llegaba en un ambiente muy enrarecido por las reducciones de penas y excarcelaciones de asesinos y violadores que ha traído la ley del 'solo sí es sí' y el grave cisma que en el mundo feminista han generado temas como la abolición de la prostitución y la libre determinación de género que ampara la recientemente aprobada ley trans. Fue inevitable que todo eso acabara contaminando, aunque fuera de forma sutil, una jornada de reivindicación que siempre discurre en un ambiente festivo.
Pasadas las siete de la tarde, miles de mujeres acudieron a la manifestación que, con algunos minutos de retraso, partió de la plaza de San Antón. Convocada por Euskal Herriko Mugimendu Feminista bajo el lema 'Revolucionar los cuidados para cambiarlo todo' reunió a jóvenes, pensionistas, migrantes, trabajadoras precarias... Minutos antes había partido otra marcha desde la plaza Bilbao convocada por el movimiento abolicionista y el colectivo Itaia había llamado a participar en otra distinta a las 18.30 horas en la plaza de la Virgen Blanca.
«Claro que es inevitable que acabemos manifestándonos por separado porque las 'terfas' (un acrónimo que viene del inglés trans exclusionary radical feminist, que se puede traducir al español como feminista radical trans excluyente) no nos representan a todas... una mujer trans es tan mujer como lo soy yo, incluso aunque no tenga vagina», reflexionaba, acalorada, Laura Huamani, pocos minutos antes de empezar la manifestación.
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«Por muy distintas que seamos, a todas nos debería mover lo mismo: que nos vean en igualdad»
Cuando se le pregunta, Sol Agirre, enfermera jubilada, reconoce que no tiene ni la más remota idea de qué es eso de 'terfa'. Pero ella tiene muy claro que «por muy distintas que seamos, a todas nos debería mover lo mismo: que la sociedad nos vea en igualdad, pero de verdad, no sólo de boquilla», destacaba la señora, «muy emocionada» al comprobar que «pese al desánimo, hemos venido tantas y, sobre todo, tantas jóvenes». «Aunque estamos muy calladas, otros años hacemos más jaleo», reconocía Adela Muñiz, la mar de conjuntada con su paraguas morado, su mechón teñido de morado y su bufanda morada.
Puede que Adela llevara razón. Porque aunque no faltó la inevitable batukada y se corearon las habituales consignas, es cierto que el ambiente, por decibelios y quizás también por ánimo, estuvo lejos de ser el de otros años. Con todo, fue una marcha multitudinaria, que transcurrió con absoluta normalidad hasta que al finalizar, en la Virgen Blanca, dos personas subieron hasta el tejado de San Vicente con bengalas y desplegaron un pancarta en la que se podía leer 'Badator greba feminista orokarra/Se viene una huelga general feminista'.
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La manifestación fue el acto central del día pero ya desde la mañana, el Sindicato de Estudiantes llamó a «vaciar las aulas» y a tomar las calles. Las protestas salpicaron el centro de la ciudad, con más de medio millar de jóvenes universitarias y también alumnas de bachillerato y de secundaria que, en un comunicado, expresaron su rechazo frontal a la reforma de la ley del 'solo sí es sí'. «Es una vergüenza y lo decimos claramente: esto no tiene nada de feminista», censuraron.
Ruptura política
Hasta ahora, el 8-M ha sido una fecha transversal también en las instituciones alavesas. Con matices, a pesar de sus profundas diferencias a la hora de entender el feminismo, todos los partidos con representación en la Diputación y el Ayuntamiento siempre se habían mostrado unidos en bloque por el Día Internacional de la Mujer. Pero el PP alavés decidió desmarcarse de la declaración institucional en el Consistorio que sí aprobaron PNV, PSE, EH Bildu y Elkarrekin por «no contemplar los efectos devastadores de la ley del 'solo sí es sí'. Sin embargo, los populares sí se sumaron a las declaraciones institucionales, con prácticamente idéntico texto, que, sin ir más lejos, se leyeron en Bilbao y San Sebastián.
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